Los abogados de la familia de Haitam, muerto en un locutorio en Torremolinos, piden una segunda autopsia
Hablan de "discrepancias técnicas" y aseguran que, tras el visionado de las imágenes, no se observan "comportamientos violentos o agresivos" con la Policía
Protesta en Las Delicias para pedir justicia por la muerte del fallecido en Torremolinos: la familia niega que fuera "un ladrón"
La familia de Haitam Mejri, el hombre de 35 años que falleció a comienzos de mes tras sufrir una parada cardiorrespiratoria cuando iba a ser detenido en un locutorio de Torremolinos, ha solicitado la práctica de una segunda autopsia al cadáver ante la “existencia de discrepancias técnicas apreciables entre distintos profesionales”. Reclaman que el examen forense se haga "con presencia de un perito ajeno al servicio judicial", a fin de "aclarar la causa del fallecimiento mediante criterios estrictamente médicos y periciales". Con estas nuevas diligencias pretenden acreditar que se trató de un “homicidio”. Así lo han explicado este jueves sus abogados, Samuel Tejada y Miriam Rosales, que insisten en la actuación “desproporcionada” de la Policía, quien lo redujo con dos pistolas eléctricas -táser-.
"No se sabe si es una asfixia, si es una electrocución o un golpe"
Si bien todavía no se conocen los resultados definitivos de la primera necropsia en el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, las primeras conclusiones apuntan a que la muerte era violenta. "Falta determinar la causa concreta de la violencia concreta, que es la que genera la muerte. No se sabe si es una asfixia, si es una electrocución, si es un golpe. Eso está por determinar", ha descrito la abogada. Porque el uso de la fuerza excesiva lo que provoca es una muerte porque alguien sabía que había un riesgo de muerte, y aún así han dicho 'me da igual, voy a seguir”, han subrayado los letrados en una comparecencia ante los medios de comunicación junto a la familia.
Afirman también que, después del visionado de las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad en el lugar de los hechos, no se ha observado que el joven mantuviera un comportamiento “agresivo ni violento”, pero, sostienen, la valoración final corresponderá a la jueza. Preguntados por si la supuesta violencia policial solo se vincula al uso de las pistolas táser, han dicho que, según se desprende de un vídeo, "hay más causas aparte, hay más situaciones violentas, por lo menos al escuchar las manifestaciones de cuando todavía estaba vivo".
Su versión de lo sucedido aquel 7 de diciembre es que Haitam entró en un locutorio para pedir un cargador y que en ningún momento tuvo intención de robar. La familia defiende que el fallecido soltó las tijeras de papelería que cogió en el propio establecimiento cuando la Policía se lo requirió, sin mostrar una actitud agresiva hacia los agentes, que finalmente le redujeron con dos pistolas táser. Al respecto, piden que los agentes que actuaron puedan proporcionen las imágenes que captaron la cámara que se activa al usar estas armas.
"Nuestro objetivo es el esclarecimiento completo, objetivo y transparente de las circunstancias que rodearon el fallecimiento", han destacado en un comunicado leído ante la prensa. Que "salga la verdad al 100%". Solo así, entienden, se podrá "apartar todo ese tipo de versiones que se están dando de gente que ni estaba allí y que no tienen el conocimiento adecuado" para ello.
La semana pasada, cabe recordar, decenas de personas se concentraron en el barrio de Las Delicias, junto a un negocio que regenta la madre de Haitam. Familiares, amigos y vecinos reclamaban “justicia” para el fallecido, al que la versión oficial vincula con un presunto intento de robo en el local y que sus allegados rechazan de forma tajante. Entonces detallaron que Haitam "no era un ladrón" y que, aquel día, accedió al establecimiento de telefonía porque "necesitaba cargar el teléfono móvil" para pedir un taxi. Según su relato, el joven se había quedado sin batería y primero acudió a otro local cercano a pedir un cargador, pero no tuvo suerte porque iba "nervioso". Después entró en el locutorio.
La familia relató que allí no lograron entenderse con él cuando dijo que no podía pagar en ese momento, y que el responsable del local pensó que pretendía robar y "lo encerró". La Policía Nacional, durante su intervención, lo redujo haciendo uso de dos pistolas táser. Haitam murió, según las primeras pesquisas, tras sufrir una insuficiencia cardiorrespiratoria.
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