Calles, viviendas, garajes y sótanos inundados, arboles caídos, alcantarillas rebosantes de agua y retenciones en las carreteras. En total, el servicio de emergencias sanitarias 112 Andalucía registró 95 incidencias en la provincia, principalmente anegaciones, desprendimientos y anomalías como consecuencia de las fuertes lluvias registradas ayer tanto en la capital como en la provincia. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantuvo activa en las comarcas de la Axarquía, Costa del Sol y Guadalhorce la alerta naranja hasta las 20:00.

Los problemas comenzaron en torno a las 6:30 y se prolongaron hasta el mediodía. La zona más complicada era la A-7, en los tramos entre Torremolinos y Guadalmar, con tráfico intenso en ambos sentidos por la tormenta y las balsas de agua acumuladas en la calzada. La situación obligó a a cortar la carretera de Coín dirección Málaga en la zona del túnel hiperronda y la carretera MA-22, que une la zona este de la capital con el Puerto. También la antigua N-340 de Cádiz estuvo colapsada por el tráfico y las precipitaciones.

En Alhaurín de la Torre, la zona de Cortijos del Sol y Capellanía fueron las más afectadas, con coches atrapados, aceras impracticables y el colegio Algazara inundado. La intervención de los bomberos hizo que todo quedara en un susto.

El temporal también ocasionó problemas en el cercanías Málaga-Fuengirola. Según uno de los pasajeros, aunque el tren que iba a coger salió a las 16:10, hora prevista, y realizó las paradas de Málaga Centro, María Zambrano y Victoria Kent, se detuvo antes de llegar a la del Guadalhorce. Una de las vías estaba inundada y únicamente podía pasar un convoy.

Tras permanecer detenido hasta las 16:48, el tren pudo continuar hacia el aeropuerto. Varios afectados mostraron su malestar por el calor y el tiempo de espera. Según detallaron, el viaje suele ser de unos 45 minutos y ayer se retrasó más de media hora. Al llegar a la parada del aeródromo, la estación se encontraba repleta de pasajeros. No todos pudieron subir y aguardaron la llegada del siguiente tren.

Otros de los que sufrieron molestias por los efectos de la lluvia fueron los estudiantes que se encontraban en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga. La acumulación de agua en algunos puntos dio lugar a goteras y hubo que hacer uso de varios cubos. Algunos alumnos optaron por abandonar el centro.

Las críticas por el caos en la ciudad no tardaron en llegar. La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, María Gámez, criticó el "mal estado" del alcantarillado y la "falta de mantenimiento" ante las acumulaciones de agua y los vertidos de aguas fecales en las playas. Asimismo, destacó el desinterés en la red de alcantarillado de la capital, "un sistema insuficiente, con alcantarillas mal colocadas y faltas de limpieza en muchos casos".