Una gesta para mostrar que luchando se puede
El deportista amateur Siso Mazarrasa realizó la prueba más dura de triatlón de Europa para apoyar la lucha contra el cáncer de una amiga y a la fundación Fmaec





La noticia le cayó como un jarro de agua fría. Su amiga de la infancia sufría un cáncer de colon que le estaba consumiendo su vitalidad y alegría. Entonces Siso Mazarrasa, un deportista amateur afincado en Málaga desde 2001, pensó que si se proponía un gran reto y lograba superarlo quizás podría enviarle las fuerzas necesarias para luchar contra la enfermedad. El Soplaoman, la prueba más dura de triatlón de Europa, se convirtió en su objetivo. Durante nueve meses entrenó con la mente puesta en ella y en la Fundación Malagueña de Asistencia a Enfermos de Cáncer, Fmaec. Llevar su nombre y recabar apoyos para este fin solidario se convirtió en su propósito. También en una dura responsabilidad que le hizo no abandonar. Incluso en momentos de extrema dureza.
Este mayorista de pescado de 43 años está acostumbrado a las pruebas de resistencia. Pero la primera edición del Soplaoman, celebrada en Cantabria, eran palabras mayores. "Yo soy una persona que busca siempre superarse y no hay un reto más duro que éste", afirma Mazarrasa. En dicha competición se empieza nadando 10 kilómetros en "un mar abierto a 12 grados, en el Cantábrico, lo cual no es muy divertido", asegura. A pesar del fuerte oleaje, terminó la prueba en 3 horas y 10 minutos, realizando el quinto mejor tiempo. Tres competidores quedaron eliminados en la primera fase.
Salió con hipotermia y tenía una hora y media para recuperarse. Esto lo consiguió, pero el problema fue que tragó tanta agua en la travesía que cuando comenzó los 77 kilómetros de carrera nocturna por alta montaña se empezó a sentir mal. "Había entrenado muchísimo, Dani García, subcampeón de España de ultratrail, me ayudó, me dio pautas para superar la prueba y me puse el segundo, pero en el kilómetro 16 empecé a caer puestos", recuerda Siso. Tenía un virus estomacal severo que le provocaba mareos y deshidratación, ya que su cuerpo era incapaz de recibir líquidos ni alimentos.
"Fui avanzando como podía, siempre pensé en ella, en que su lucha sería aún peor, que esto se trataba de un proyecto solidario, no podía abandonar y tomé la determinación de seguir hasta que cayese al suelo", explica. Le quedaban 13 kilómetros y ya no podía aguantar más. Pero recibió un correo electrónico en el móvil de Dani García que le decía "sin sufrimiento no hay gloria". Esas palabras le hicieron tirar un poco más y logró llegar a la meta.
Un medicamento para cortar el virus le hizo sentirse cada vez mejor, ya en lo alto de su bicicleta. Con su tesón siguió ascendiendo puertos de montaña hasta terminar los 113 kilómetros con el segundo mejor tiempo. A pesar del bache de la carrera, Siso Mazarrasa logró terminar el Soplaoman en el cuarto puesto. De los 13 que lo iniciaron, tan sólo seis personas concluyeron la prueba. Estuvo 21 horas y 38 minutos nadando, corriendo y pedaleando, con tan sólo una hora y media de parada.
"Me tocó sufrir para demostrar que sufriendo y luchando se pueden conseguir las cosas", considera el deportista. "Si hubiese ido sólo a competir me hubiese retirado, pero era un proyecto de mucha responsabilidad, tenía que terminar", agrega y subraya que "siento que he podido ayudar a esta amiga con una gesta bonita". Ella lo llamó y le dijo: "Esto me ha dado fuerzas para seguir luchando, para superar mi cáncer". Entonces Siso Mazarrasa supo que su objetivo estaba cumplido.
Consigo siempre llevó una hucha para Fmaec. Él mismo donó los 100 euros que le devolvieron de la inscripción al terminar la prueba. Dice que no recaudó mucho, pero que la prueba tuvo repercusión mediática y "nos han escuchado, hemos podido dar nuestro mensaje", considera. El próximo reto con Fmaec será atravesar el Estrecho de Gibraltar a nado ida y vuelta.
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