EDITORIAL
Toda preparación es poca ante los temporales
Tienen ganas de luchar y se nota en cada movimiento. Cada regate es un portazo a los desahucios, al vivir en la calle o a los problemas con las drogas. Los goles, que celebran como las grandes estrellas que ven por televisión, son tantos en pro de una vida digna sin la exclusión social que sufren la mayoría de personas que ayer participaron en el VII Campeonato Nacional de Fútbol Calle 2015 para personas sin hogar.
Málaga, Sevilla, Madrid, Murcia y Valencia se unieron ayer en las instalaciones deportivas del U. D. Mortadelo en este evento organizado por Rais Fundación. Seis equipos y un único objetivo: promulgar el deporte como integrador social.
El concejal de Derechos Sociales, Julio Andrade, echaba el balón a rodar por el césped de las instalaciones de Cruz de Humilladero haciendo el saque de honor con el que comenzaban los seis partidos de la primera eliminatoria. Tras dos intensos encuentros de 10 minutos cada uno, los equipos de Málaga, Valencia, Madrid y Mostolendas -combinado de jugadores de Móstoles y Alcobendas- pasaban a semifinales. Sevilla y Murcia se quedaban a las puertas de la competición, pero la derrota es nimia frente a sus historias personales.
El capitán y defensa del equipo de Málaga, Jorge González, fue víctima de un desahucio. "Soy de Menorca pero vivo desde hace unos tres años en Málaga. Conocí Rais después del desahucio, a través de unos amigos que me llevaron al albergue municipal. Sabía que la fundación ayudaba en la búsqueda de empleo y reinserción social", relataba González, quien comenzó a participar de la iniciativa después de conocer al entrenador del equipo, Andrés Guerrero.
"Es una alternativa que ofrecemos a las personas que acuden, una herramienta de cambio para dar un giro a su situación de exclusión. Además, mi labor como entrenador potencia mi papel como técnico social porque se utiliza la relación entre jugador y entrenador para ganarnos su confianza y sacar de ahí sus historias", explicó Guerrero, diplomado en Trabajo Social y entrenador de fútbol profesional que lleva dos años al frente del conjunto -formado por cerca de una veintena de jóvenes-, entrenando dos veces por semana.
Messi, Cristiano Ronaldo, Casillas o Raúl son sus ídolos y, el Real Madrid, el equipo favorito de la mayoría. Para Samba, defensa del equipo local, su estrella es el sevillano Sergio Ramos. Samba es uno de los veteranos, lleva entrenando para el evento unos siete meses y otros tantos viviendo en un piso con su pareja gracias a la ayuda de la fundación. No obstante, instó a las instituciones a que su colaboración fuera mayor. "Hoy [por ayer] es un día clave para la gente de la calle y este tipo de actividades nos dan mucha vida, pero para nosotros es más importante la ayuda laboral o de vivienda", reclamaba.
Otro de los protagonistas fue Moohcine, que reside en los pisos de acogida de la asociación Málaga Acoge. Este marroquí se coló con poco más de 10 años en un camión y llegó al Puerto de la capital. Junto a él, Ahmen y Cheeta también contaron con la ayuda de esta organización para reconducir sus vidas en la Costa del Sol y, gracias al deporte, superaron las barreras de la exclusión social.
Se cumplieron los pronósticos y el equipo malagueño, que partía como favorito y contaba con animadores en la grada dejándose la garganta a gritos y ánimos, terminó alzando el primer premio. Mostolendas fue subcampeón tras sufrir una goleada 8-0; mientras Murcia terminó con el premio al juego limpio. No obstante, el proyecto -patrocinado por Vodafone- iba más allá de lo competitivo: "Primamos la participación, el trabajo en equipo, la lucha por objetivos compartidos y el respeto de lo que nos une y los recursos que tenemos".
El evento sigue la línea del cometido de Rais Fundación: mejorar la situación y calidad de vida de las personas en exclusión social extrema, especialmente aquéllas sin hogar, impulsando los cambios sociales necesarios para ayudarles a salir de la calle, recuperar sus lazos familiares y conseguir un empleo. "Hay historias muy duras que vivimos día a día y para nosotros este campeonato nos hace desconectar de ese entorno. Venir aquí es cambiar de chip, jugar al fútbol, conocer a nuevas personas...", resumía la murciana Lucía, única mujer participante en el torneo.
El evento deportivo contó además con una sorpresa para los participantes: el capitán y defensa del Málaga C. F., Weligton, entregó las medallas y trofeos a los jugadores. Además, el club blanquiazul estuvo presente mediante el representante del área social de su Fundación, Sebastián Fernández, Basti. "El deporte une culturas y personas de todo el mundo; por eso mantendremos los contactos para colaborar mutuamente con Rais y su labor con las personas sin techo. El Málaga CF pondrá su granito de arena para ayudar a que las personas sin recursos sean felices, indicó el exfutbolista.
Después de haber pasado por Madrid, Sevilla, Alcobendas, Bilbao y Valencia; el compañerismo, la igualdad y el esfuerzo fueron ayer los protagonistas en la capital para marcar un gol contra la exclusión social.
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