La 'guerra' contra las terrazas pasa el relevo a los toldos ilegales
El Ayuntamiento retira las tres primeras estructuras en bares de Echeverría de El Palo, varias veces apercibidos por la infracción



Tras activar la guerra contra las terrazas ilegales, con la retirada de varios cientos de mesas y sillas en el centro histórico y la zona de Teatinos, el Ayuntamiento de Málaga inicia ahora la pugna contra los toldos irregulares. Las primeras actuaciones en la materia tuvieron lugar a primera hora de ayer en Echevarría de El Palo, donde los operarios de la empresa contratada por el área de Comercio se encargaron de desmontar las estructuras del bar El Odeón, a la que siguieron las de Neremar y la Casa de la Pasta.
Aunque la orden afectaba únicamente al toldo, los empleados del primero de los establecimientos afectado optaron por retirar las mesas y sillas, ante la sorpresa de los clientes habituales que a esa hora daban cuenta de su desayuno. La reacción de algunos de estos vecinos, al observar la presencia de seis agentes de la Policía Local y del camión encargado de retirar la estructura, fue la de cuestionar la actuación: "Lo único que hacen es quitar trabajo". "Como la cosa está tan bien, encima apretando", apostilló uno de los trabajadores de El Odeón.
Pero, ¿por qué se actuó contra estos tres establecimientos? Desde el Consistorio se apuntó que se trata de locales que vienen desoyendo de manera reiterada las órdenes de desmontaje emitidas en los últimos meses, con más de dos apercibimientos. Incluso, en uno de los casos, existe un pronunciamiento a favor del Ayuntamiento de los tribunales, tras la presentación de un contencioso administrativo. En este sentido, se alega que la normativa sólo permite toldos con sustentación fija al suelo en casos puntuales y siempre que se cumplan requisitos como que sean aceras de más de seis metros, que la estructura no ocupe más de un tercio de la acera y que esté separada de la fachada dos metros.
El incumplimiento de los empresarios es manifiesto, por cuanto no se da ninguno de estos supuestos. Según la delegada de Promoción Empresarial, Esther Molina, la acción desarrollada "era demandada por los vecinos y los comerciantes". "Se trata de una zona en la que había que intervenir, al haber una acera que no tiene los seis metros de ancho; suponía incluso un riesgo para los viandadantes, porque algunos incluso tenían que bajarse a la carretera para poder pasar", añadió.
"Juan, ha sido un placer; José, ha sido un placer... Todos se pueden ir", comentaba de manera irónica uno de los camareros de El Odeón, ante la previsión de que la eliminación del toldo toque de lleno al negocio. Algo que dio por hecho el propietario, Miguel Ángel Gallardo. "Como no se solucione el tema de los toldos, tendré que despedir a tres empleados, tres familias numerosas con niños", dijo.
Si bien admitió que lo ocurrido ayer era objeto de aviso desde hace meses, criticó la actitud del Ayuntamiento en esta materia. "Tienen una vía pública demasiado ajustada, tendrían que ser más flexible y más aún en el tiempo de crisis actual; deberían abrir más la mano", añadió. Y recordó que él ha pagado las autorizaciones correspondientes. "A principios de septiembre pagué más de 10.000 euros de toldo, ocupación de vía pública y ocupación de toldo; recaudar sí han recaudado", se quejó, al tiempo que afirmó que lleva tres años pagando multas. Preguntado por el problema del toldo anclado a la fachada del edificio, precisó que dispone de una autorización por parte de la comunidad de propietarios desde 2000 en la que se le permite su instalación. "40 efectivos de la Policía Local para quitar un toldo, el día que me lo vuelvan a poner espero que vengan otros 40", sentenció.
Tras el paso de ayer, la cuestión es si irá a más. Sobre ello, Molina precisó que este fenómeno está muy localizado en ciertas zonas y apeló "a la conciencia y la buena voluntad de los empresarios". "Muestro mi predisposición a reunirme con los empresarios; lo que está claro es que las instalaciones ancladas al suelo y con carácter fijo están prohibidas por la ordenanza; se podrían permitir algunas pero siempre que en las zonas autorizadas", expuso.
"Para nadie del área es agradable ejecutar estas acciones", comentó, al tiempo que señaló que se mantendrá viva la vía de la sanción a aquellos que no respeten la norma. Multas que pueden oscilar entre 1.500 y 3.000 euros. No obstante, la delegada comentó que en los tres primeros establecimientos afectados no se prevé sanción alguna, al entender que "levantar la estructura es suficientemente contundente". Lo que sí tendrán que asumir estos empresarios es el coste de la operación de ayer.
También te puede interesar
Lo último
‘Superestar’ en Macondo
EDITORIAL
Un presidente antieuropeo en Washington
El catalejo
Varapalo al campo andaluz

Notas al margen
David Fernández
Vox siempre estará en deuda con Sánchez