La 'gymkana' de calle Granada

La coincidencia en las últimas semanas de los andamios y cubas de cuatro obras han estrechado al máximo el tránsito de cientos de turistas por esta vía del Centro urbano

1. Un obrero espera a que pase un grupo de turistas por la calle Granada para poder continuar con un carro lleno de escombros procedente de una obra en esta vía. 2. Vista del tramo de calle Granada en la que confluyen la rehabilitación de la iglesia de Santiago, el hotel del Marqués de la Sonora y la rehabilitación de otro edificio. / Javier Albiñana
S. Sánchez

Málaga, 15 de mayo 2017 - 02:04

Calle Granada es, por méritos propios, uno de los grandes puntos del Centro histórico de Málaga. Su estrechez, su serpenteo desde la Plaza de la Constitución hasta la Plaza de la Merced, su cercanía al Museo Picasso, la convierten en itinerario indispensable para los cientos y miles de turistas que casi a diario hacen parada en la capital de la Costa del Sol. Pero estas mismas condiciones geométricas la convierten en una especie de gymkana a sortear por estos mismos visitantes, así como por los nativos del lugar, cuando coinciden en su delgada superficie hasta cuatro obras al mismo tiempo. Y eso es justamente lo que está ocurriendo estos días en tan significativa vía urbana.

En apenas un espacio de 30 metros de largo, el viandante se encuentra con al menos cuatro o cinco obstáculos en el paseo, ya sea en forma de andamio o cuba para el acopio de materiales. La complejidad del tránsito se ha visto aumentada en los días pasados, cuando a los trabajos ya casi culminados de la iglesia de Santiago (aún había varios elementos para la terminación de las actuaciones en la fachada) se ha sumado el arranque de las obras del futuro hotel del Marqués de la Sonora.

El paso definitivo dado por la actual propietaria del inmueble, del que apenas se mantienen en pie las fachadas protegidas, constata la reactivación de un proyecto casi olvidado, al tiempo que fuerza a los comercios del entorno más próximo y a recorridos turísticos tradicionales a compartir el espacio con unos trabajos que, de acuerdo con las previsiones de la promotora, se alargarán al menos dos años. El plazo marcado en el calendario de la empresa reduce el que aparece impreso en la cartela informativa de la Gerencia de Urbanismo, que eleva a 36 meses el periodo de actuación.

La obra recién nacida en el Marqués de la Sonora, antaño en manos de Salsa, ahora en las del fondo de inversión Activum S. G., comparte vecindad con otra intervención de rehabilitación del edificio que hay justo enfrente, con una separación de poco más o menos dos metros. Una aproximación que convierte la calle en una mínima senda de paso peatonal.

Y todo ello coincide con intervenciones que, por sus condiciones, exigen de un cierto movimiento de vehículos para el acarreo de materiales de construcción, con el riesgo que ello puede tener para los usuarios de a pie. Por estas circunstancias, las exigencias que desde el Ayuntamiento se ponen a las empresas que intervienen en este pequeño escenario urbano son máximas.

"La coordinación que nosotros demandamos tiene que ver con las fases de las obras, con los tiempos de descarga de materiales", explica Francisco Pomares, concejal de Ordenación del Territorio, quien incide en que una de las demandas que se hace a las firmas que actúan en la zona es que las labores de descarga se realicen a primera hora, "antes de que la calle coja más transito". "No es fácil; tratamos de que no empiece una obra mientras no termine la otra, pero también es cierto que no puedes paralizar las obras porque tienen sus calendarios", señala. De acuerdo con estas previsiones, la masificación de este pequeño tramo de calle se alargará aún algunos meses. Antes, en estos días, las estructuras situadas en la iglesia de Santiago desaparecerán, dando algo más de aire a la calle Granada.

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