Un heredero posible al ficticio anillo ferroviario

El Gobierno habló de una inversión cercana a los 400 millones

La CE dijo que infringió la norma de ayudas

Blanco, Griñán y Garmendia, en el centro de la foto, en 2011, cuando se presentó el anillo ferroviario.
S. S.

Málaga, 08 de agosto 2018 - 01:34

La buena nueva que trae consigo el acuerdo del Gobierno central y Virgin, con una inversión millonaria que abre la puerta a reutilizar una infraestructura baldía desde hace años y en la que se gastaron 13 millones de euros, rescata de la memoria el fracaso del anillo ferroviario de Antequera. En apenas unos años, el proyecto pasó de venderse como la infraestructura que iba a situar a Antequera y la provincia en la cima internacional en materia ferroviaria, a ser nada. Más allá de los cerca de 400 millones de inversión que se llegaron a vincular con la construcción de los anillos de prueba, la realidad es que no se movió una sola piedra a pesar de que el Gobierno del momento avanzó el proceso de expropiación.

Las empresas privadas a las que el Gobierno apeló durante años para que optasen a la construcción y explotación del anillo esquivaron la operación, y la instalación, a ojos de la Unión Europea, se demostró innecesaria. El nivel de despropósito quedó resumido en un informe que la Comisión Europea dio a conocer a mediados de 2016, en el que acusaba al Gobierno de haber infringido las normas comunitarias.

Tras presentarse en 2011, el proyecto quedó enterrado por Europa a mediados de 2016

El origen del anillo se remonta al 18 de febrero de 2011, cuando meses antes de las elecciones generales, los ministros de Fomento, José Blanco, y de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, presentaron el proyecto. La información confirmaba la apuesta por invertir, con la ayuda de fondos europeos, unos 350 millones en el que iba a ser el mayor anillo de ensayos del mundo. En el mismo se podrían probar trenes a velocidades de hasta 520 kilómetros por hora. Se llegó a decir que su construcción se iniciaría en 2011, alargándose las obras cuatro ejercicios. Los estudios concluían que el circuito iba a generar unos 7.000 empleos -4.800 directos y 2.404 indirectos- y atraería una inversión privada de unos 60 millones. El Ministerio de Economía llegó a anticipar 130 millones a Adif para dar los primeros pasos, lo que provocó la censura de la Comisión Europea.

La llegada del PP no mejoró la salud del proyecto. Los nuevos responsables del Ejecutivo ya hablaban a las claras de vincular el anillo a la existencia de empresas dispuestas a financiar los costes. Tras muchos meses, la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, en un acto en la capital anunció que licitaría las obras del circuito principal.

Ninguna empresa se presentó al concurso. Y a pesar de que fueron varias las ocasiones en las que se amagó con volver a abrir la licitación, nunca se hizo. Casi cinco años después de que naciese la idea del anillo, la propuesta quedó definitivamente enterrada por Europa, que consideraba el proyecto no se ajustaba "a las normas de la UE sobre ayudas estatales" y que no existía "ningún interés en el mercado porque esas velocidades no serían comercialmente viables".

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