Dos hermanos, 'policías' improvisados en El Palo: retienen a las supuestas ladronas que le robaron la pensión a un anciano
Así fue la búsqueda, "papelera por papelera", para que Pepe recuperara su pensión, que le habían sustraído del bolsillo
Detenidos dos hombres por una serie de atracos violentos en Málaga: uno de ellos a una farmacia y otro a un restaurante
Ocho minutos fue el tiempo que emplearon dos hermanos en atrapar a las presuntas ladronas que le habían robado a un anciano su flamante pensión, de 2.000 euros. Se lanzaron en su persecución, acorralándolas en una calle para retenerlas hasta la llegada de la Policía. La escena transcurrió este viernes, a plena luz del día, en la barriada malagueña de El Palo. Hubo, según su testimonio, dos detenciones, pero ni rastro del sobre con el dinero sustraído.
"¡Han robado a Pepe!"
Aunque no se consideran héroes, el papel de improvisados policías que ambos adoptaron les llevó -sin pensarlo- a rodear a los supuestos cacos para que no escaparan. Los hermanos -Ana María y Juan Carlos- trabajan como operarios de la empresa de limpieza de Málaga (Limasam). Esa mañana, como cualquier otra, ella le sacaba brillo a la calle Mar cuando los gritos de él la pusieron en alerta: "¡Han robado a Pepe!".
Un hombre que paseaba a su perro aseguraba haber sido testigo. "Caballero, me parece que se le ha caído algo", espetó a la víctima para advertirle de que dos mujeres le habían arrebatado lo que parecía ser un sobre con dinero. Al echar mano al bolsillo del pantalón, el octogenario se percató de que ya no estaba. Y vecinos al rescate. Ana María, al descubrir que Pepe había sido el anciano damnificado se apresuró en prestarle auxilio. "Estaba barriendo y me eché a correr con la escoba en la mano", cuenta la mujer en declaraciones a este periódico. Juan Carlos, que había sufrido un accidente laboral y en ese momento no estaba trabajando, comenzó una batida con su motocicleta para interceptar a las ladronas. "Entré en el mercado y, mientras, mi hermano siguió buscándolas, hasta que dio con una de ellas. Entonces salieron todos los comerciantes de la zona", describe.
La primera reacción de la presunta ladrona fue negar su relación con los hechos. Y oponer resistencia. El responsable de una ferretería cazó a una segunda persona, también relacionada, supuestamente, con el robo y que se había dado a la fuga a pie. "La cogió del brazo y la arrinconamos hasta que llegó la Policía", narra Ana María.
El objetivo pasaba a ser que Pepe recuperara el dinero de su pensión. La operaria de Limasam decidió mirar "papelera por papelera" y hasta "debajo de los coches" de la zona en busca de los 2.000 euros, que parecían haberse esfumado. En uno de los recipientes de basura encontró la cartilla del banco en el que la víctima confía sus ingresos, pero ya no estaba el dinero. La investigación determinará si hubo una tercera persona implicada, a la que las primeras pudieron entregarle el botín.
Ana María asegura que, si bien conoce a la víctima -padre de buenos amigos suyos- habría actuado de idéntica forma si se tratara de cualquier otro vecino. Porque su indignación, dice, es saber que los ancianos son el blanco más fácil de "bandas organizadas" para los robos en cajeros automáticos y también al descuido. En El Palo, según su testimonio, no están siendo frecuentes los asaltos a personas mayores, pero teme que las dos arrestadas "salgan a la calle y sigan robando". "Era la primera vez que la veíamos, no son españolas ni del barrio", detalla.
Cuenta que Pepe, repartidor de helados en sus años mozos, siempre se había valido por sí mismo. Pero recientemente "había dado un bajón". "Siempre le digo que ya no puede ir solo...Su mujer y sus hijos lo quieren acompañar, pero es cabezota", se lamenta.
Dos años robándole la pensión a una pareja de ancianos
No ha sido el único robo reciente a un anciano. A comienzos de este mes, la Guardia Civil detuvo en Cuevas de San Marcos a dos hombres que, durante años, le robaron parte de su pensión a una pareja de mayores. Según la investigación, las intimidaban para que, los días posteriores al cobro de su paga, les proporcionaran el dinero.
Una de las víctimas había acudido al cuartel para denunciar que dos jóvenes se aprovechaban de su avanzada edad y se apropiaban del efectivo. La situación se repetía desde hacía ya dos años. Ellos, temerosos a represalias, accedían a entregarles distintas cantidades mensualmente. Hasta entonces, no se habían atrevido a alertar de lo ocurrido.
La Guardia Civil arrestó a los dos individuos por varios delitos: uno de robo con violencia e intimidación en el interior de vivienda, además de otro de obstrucción a la justicia.
Los agentes establecieron un dispositivo para localizar a los autores. Aunque en un primer momento no fueron encontrados, casualmente, días más tarde, recibieron una llamada en el Centro Operativo de Servicios (COS) alertando de que se está produciendo un robo con violencia en el interior de una vivienda de la localidad. Era la casa en la que vivían los dos ancianos.
Los autores habían violentado la puerta de la vivienda para acceder a su interior, agrediendo físicamente a la víctima para sustraerle 450 euros en efectivo, huyendo del lugar. Tanto la víctima como el otro morador del inmuebnle se negaron a denunciar, ya que los habían amenazado con prenderle fuego a la vivienda con ellos dentro si lo hacían.
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