Cees V., el ciudadano holandés de 50 años asesinado a las puertas de un bar de Torremolinos, residía en Benidorm desde hacía años, pero viajaba a la Costa del Sol junto a su mujer todos los meses porque "le encantaba", asegura a este periódico su hijo. "Tenía muchos amigos en la zona, todo el mundo en La Carihuela amaba a mi padre", manifiesta.

Aunque habla un poco de español, el hijo de Cees V. prefiere comunicarse en inglés. Se encuentra junto a su madre, pero ella no quiere hablar. "No estamos bien. Ahora tenemos que superarlo", reconoce. 

Como tantas otras veces, Cees V. y su mujer estaban unos días de vacaciones en Torremolinos y decidieron ir a tomar algo junto a sus amigos a Heineken Corner, un bar situado en el Pasaje Ciudad de Porcuna y regentado también por holandeses, cuya clientela está constituida mayoritariamente por ciudadanos originarios de este país.

Era noche de fútbol y la expectación, máxima, ya que se disputaba la final de la UEFA Conference League 2022 entre la Roma y el Feyenoord de Róterdam. Poco después de las 21:00, el dueño del bar retransmitió en directo el ambiente del bar. Estaba repleto y todos los clientes observaban atentos el partido. Tras ser enfocados por la cámara, muchos reían. Nadie vaticinaba qué ocurriría tan solo unas horas después. 

Según contó a este periódico I. F., el dueño de la cafetería que se ubica enfrente del lugar donde ocurrieron los hechos, y como ratifica el hijo de la víctima, un hombre de 57 que se encontraba también en el bar comenzó supuestamente a proferir comentarios obscenos a unas chicas jóvenes que también estaban en el bar. Una actitud que Cees V. le recriminó. "¡Solo tenían 16 años!", puntualiza su hijo.

Ambos se enzarzaron en un rifirrafe. El dueño del bar medió entre sus clientes y aconsejó al que supuestamente había lanzado comentarios desafortunados que abandonara el bar. Entre regañadientes, el individuo pagó y salió del local. Todo parecía que había quedado en una riña sin importancia. 

Transcurridos unos 20 minutos, el cliente que había participado en la pelea salió a la puerta a fumar. En ese momento, se percató de que en la acera de enfrente se encontraba el hombre con el que había discutido anteriormente. Ahora, este sujetaba un machete. Alentado por sus gritos, V. se acercó, comenzaron a forcejear y sufrió una puñalada en la zona del abdomen.

La víctima consiguió levantarse y caminar hacia el interior del establecimiento, donde se tumbó. Aunque perdía mucha sangre, permaneció consciente unos minutos. Sin embargo, cuando llegaron los servicios sanitarios, no pudieron hacer nada para salvarle la vida.

Tras asestarle la puñalada, el supuesto agresor huyó por la calle Miami. Si bien, el dueño de Heineken Bar y un familiar de I. F. que se encontraba en la puerta del bar corrieron detrás de él para no perderlo de vista hasta que los agentes llegaran al lugar. El presunto autor de la puñalada consiguió escabullirse y guarecerse en las escaleras de un complejo de apartamentos. 

Sin embargo, los individuos que iban tras su pista lo localizaron. Cuando apareció la patrulla de la Policía Nacional, el presunto agresor tiró el machete y trató de huir de nuevo, aunque esta vez sin éxito. Los agentes lo detuvieron como presunto autor del apuñalamiento e incautaron el arma.

Según han informado fuentes policiales, el detenido comparecerá ante el juez este sábado, y el hijo de la víctima pide que "se le imponga el mayor castigo que exista".

El supuesto responsable también es de origen holandés, aunque reside en Torremolinos desde hace años. Además, es un viejo conocido del bar en el que tuvieron lugar los hechos, ya que lo frecuentaba asiduamente. "Solía ir todas las semanas. Le gustaba mucho jugar al billar", apuntan vecinos de la zona. 

Cabe recordar que el establecimiento a cuyas puertas se produjo el suceso permanecerá cerrado hasta este domingo "por respeto a los damnificados", así ha informado el dueño del negocio en sus redes sociales.