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Como un verdadero jarro de agua fría... sobre un cigarrillo humeante. Así ha sentando en el sector de la hostelería malagueña la aprobación del anteproyecto de la ley antitabaco que, entre otras cosas, prohíbe fumar en las terrazas de bares y restaurantes. Una medida que no ha sido bien recibida por la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos). "Entendemos que es desproporcionada, que no reduce el consumo y que lo desplaza a otros espacios", asegura el presidente de la asociación, Javier Frutos, que además de todo eso cree que llamará a equívoco a los turistas.
En este sentido, Frutos opina que la norma implicaría que "las personas se levantasen —para fumar— y se aglutinaran dando lugar a un ocio desordenado en la vía pública y molestando incluso el paso de los transeúntes", en el caso de algunos locales. "Las terrazas al final son espacios al aire libre y ventilados que garantizan la convivencia, el respeto entre fumadores y no fumadores, por lo tanto, los clientes de hostelería se muestran siempre satisfechos con esa dualidad de espacios", reflexiona antes de ir más allá y esbozar sus posibles consecuencias.
Así, el presidente de Mahos cree que la medida "generará confusión, especialmente entre los turistas", precisamente el tipo de cliente que más valora las terrazas. "Son muy apreciadas por los turistas. Permiten disfrutar al aire libre prácticamente todo el año, algo que no pueden hacer en sus países de origen".
Además, se da la circunstancia de que "no hay vigente" una medida como esta en "prácticamente ningún destino de Europa". "Sólo no se puede fumar en las terrazas de los restaurantes en Luxemburgo, en los bares sí. Tampoco se puede en Suecia, que tiene unas condiciones climáticas totalmente distintas a España", asegura Frutos, que opina que esta nueva prohibición restaría atractivo al destino frente a competidores mediterráneos que también tienen terrazas todo el año como Portugal, Italia, Croacia o Grecia.
En otro orden de cosas, Frutos recuerda que España ya cuenta con "una restrictiva regulación en cuanto a los espacios libres de humo" y opina que la prohibición de fumar al aire libre "no genera interés" en la sociedad, "como refleja la falta de apoyo a una iniciativa ciudadana europea que tuvo que ser retirada anticipadamente por falta de respaldo". Por último, el también vicepresidente de la asociación de Hostelería de España lanza el guante al Gobierno central y muestra su disposición al díalogo con el Ministerio de Sanidad para la confección de normas.
Además, la futura ley antitabaco actualiza el régimen sancionador por saltarse la normativa: será una infracción leve, por ejemplo, que un menor fume o vapee, lo cual conllevará una multa de 100 euros que deberán asumir sus padres, mientras que las muy graves, como patrocinar cigarrillos electrónicos, alcanzarán los 600.000.
También se amplían las zonas libres de humo a nuevos espacios como vehículos comerciales, piscinas, campus universitarios, estaciones de transporte público, además de las ya mencionadas terrazas de bares y restaurantes, entre otros exteriores.
Asimismo, iguala las restricciones que pesan sobre el tabaco a sus productos relacionados, entre ellos los cigarrillos electrónicos, y prohíbe, por primera vez, el consumo de todos ellos a los menores de edad y no sólo la venta, como ocurre con la actual normativa.
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