Málaga

Incineran por error los restos de dos ancianos al confundirse un operario con otro nicho en Marbella

Una de las dependencias del tanatorio San Pedro Alcántara, en Marbella

Una de las dependencias del tanatorio San Pedro Alcántara, en Marbella

"Si mi abuela levantara la cabeza...Ella nunca habría querido incinerarse". María José J. Arenas es nieta de José y Ascensión, cuyos restos mortales descansaban en un nicho desde que ambos fallecieron hace 33 años (17 en el caso de ella). Hasta ahora...El cementerio de Marbella ha incinerado por error sus cuerpos al confundir el número de la unidad de enterramiento con la de otros fallecidos. "Los pobres estaban juntos y ahora no sabemos dónde...Ya no podremos visitarlos ni llevarles flores", denuncia la mujer. La familia, que tilda de "surrealista" lo sucedido, ha puesto el caso en manos de un abogado para denunciar la posible negligencia. Y mientras tanto, espera recuperar la urna con las supuestas cenizas de los ancianos.

Fue a comienzos de este mes de marzo cuando una de las hijas de los difuntos acudió al tanatorio San Pedro Alcántara para limpiar el nicho. El temporal de frío había provocado que, esta vez, tardara más de lo habitual en reencontrarse con ellos. No lo hacía desde Navidad. Con estupor comprobó que allí no estaban sus padres. Habían exhumado los cuerpos sin notificárselo a ella ni a ningún otro familiar, pese a estar en vigor un contrato de alquiler de lápida hasta el año 2030 que habían ido pagando anualmente. 

Tres versiones distintas

Desde entonces, según el testimonio de María José, una de las nietas, la empresa de servicios funerarios les ha aportado "hasta tres versiones distintas", de las que recelan. En un primer momento les argumentaron que los restos de José y Ascensión (él enterrado en 1989 y, ella, en 2006) habían sido depositados, por error, en una fosa común después de que los operarios "pasaran recogiendo restos de nichos abandonados por sus familiares". 

Al día siguiente, recalca la afectada, los familiares fueron informados de que, en realidad, los restos se encontraban en el cementerio de Marbella y llegaron a advertirles de que "en tres días, si no los recogían, los tirarían". Tras conocer esta versión contradictoria, pidieron una cita con un responsable del tanatorio, que los atendió al siguiente para facilitarle una explicación distinta de lo ocurrido, aunque parece que definitiva. "Una señora pidió la exhumación de tres nichos. El operario se equivocó de lápida y, en lugar de sacar la 1437 sacó la 1337", le indicaron. Ningún familiar de esa mujer había estado presente, supuestamente por decisión propia, en la exhumación de sus allegados.

"Hay cientos de incineraciones y esto ha sido la primera vez"

Fuentes del tanatorio han confirmado a Málaga Hoy esta última versión que ha supuesto la incineración del matrimonio y han asegurado que han actuado "con total claridad". "Nosotros hasta el martes no pudimos averiguar que se había sacado un nicho de otra familia. Esto ha ocurrido por un error numérico del último eslabón, que ha sido un operario", subrayan. Se trata, matizan, "de restos cadavéricos y no de fallecidos".

La empresa sostiene que se ocupa de "cientos de incineraciones", y argumenta que es "la primera vez" que se produce una confusión de estas características. "La mecánica de trabajo no se hace al alzar. Hay una documentación previa firmada y una comunicación sobre las exhumaciones de cada día. Pero al trabajador le bailó un número", señalan. En cualquier caso, reconocen lo "lamentable de que alguien visite un nicho y encuentre que el cadáver ha sido exhumado". Pero, sentencian, "no ha habido ningún ánimo en cambiar los restos" sin el consentimiento de la familia.

En palabras de un portavoz del tanatorio, se adoptarán las "medidas oportunas" con la persona que erró. "Ha sido un error humano porque en la documentación consta el certificado de cremación. Estamos a disposición de la familia para cualquier aclaración u ofrecerle un informe a su abogado. Tenemos toda la documentación", resalta. Y a renglón seguido explica que, para su tranquilidad, a los allegados de los difuntos que han sido incinerados sin corresponder les han puesto en contacto con los dueños de la otra lápida para que les indiquen dónde han esparcido las cenizas.

Los afectados, por su parte, insisten en esclarecer lo sucedido. Tienen previsto interponer una denuncia contra la empresa para que ninguna otra persona vuelva a vivir un episodio similar. Uno de los nietos ya ha contactado con la otra familia para recuperar la urna con las cenizas, aunque desconfían de que correspondan a sus abuelos. "Solo sabemos que están en un lugar muy bonito", detalla María José.

También su madre está enterrada en el mismo tanatorio y confiesa la incertidumbre que le genera el error que los responsables han cometido. "He pagado 50 años para que no la muevan de ahí porque ella no quería ser incinerada. Si de golpe y porrazo la sacaran... ¿qué tranquilidad tengo de que esté descansando en paz?", remacha.

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