Jaime Fernández Pimentel recibirá la Medalla de la Ciudad de Málaga y será nombrado Hijo Predilecto

El escultor es autor de obras tan célebres como Las Gaviotas del Eduardo Ocón, El Cenachero o el Burrito Platero

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Sesión celebrada en el salón de plenos.
Sesión celebrada en el salón de plenos. / Ayuntamiento de málaga

El Ayuntamiento de Málaga celebra este jueves una sesión en el Salón de Plenos, presidida por Francisco de la Torre, para entregar la Medalla de la Ciudad y el nombramiento de Hijo Predilecto al artista Jaime Fernández Pimentel.

La Academia de Bellas Artes de San Telmo hizo la petición el 26 de abril de 2023, y la Comisión de Derechos Sociales y Cultura aprobó el pasado jueves 19 de junio la propuesta del 13 de diciembre de 2024, donde se acordó iniciar el expediente de concesión de la Medalla de la Ciudad y nombramiento de Hijo Predilecto de la Ciudad a Jaime Fernández Pimentel como reconocimiento a su trayectoria artística.

Con la entrega de esta distinción, la ciudad de Málaga quiere reconocer todos los méritos y destacar el trabajo artístico de Pimentel, en homenaje y reconocimiento a ‘El Cenachero’, una de las figuras más representativas de la ciudad.

Jaime Fernández Pimentel nació el 2 de Julio de 1933 en Málaga. Hijo del empresario Miguel Fernández Requena y Guillermina Pimentel Medina, hija del Pastor de la Iglesia Evangélica de la calle Ollerías de Málaga, José Pimentel de la Vega. Padres y abuelo paterno, junto a sus hermanas Guillermina y María Luisa, fueron un pilar fundamental en la infancia y adolescencia de Jaime.

Su padre por diseñar una ruta vital con un contenido y unas derivas que no convencieron nunca a un Pimentel profundo, sentimental y ávido de sensaciones. Su madre y sus hermanas por convertirse en refugio de confidencias, cariño y comprensión. Su abuelo, por abrirle las puertas a un mundo intelectual y espiritual que conformaría la futura visión cosmológica que sobre Dios y el hombre tendría Pimentel, y que reflejaría décadas después en sus series Apocalipsis y Génesis.

Su vida tuvo lugar entre en el número 53 de calle Carretería y la casa de verano que su padre construyó en Los Rubios. Málaga, las playas y los campos de la Axarquía marcaron por completo a Pimentel. En aquellas costas conoció a Ingeborg Von Raabl Weber, que despertaría su pasión artística por el cuerpo femenino.

Su relación, que no pasó de lo platónico, así como la comprensión y personalidad de la austriaca, definieron años de amistad y el autodescubrimiento personal del joven Pimentel. El 19 de julio de 1956 se produciría el hito más importante de la vida de nuestro querido Jaime, al conocer en Torremolinos al embajador de Noruega en Francia, Rolf Otto Andvord. Sería él quien lo convertiría en escultor y con quién compartiría los siguientes veinte años, que terminaron con la muerte del diplomático en marzo de 1976.

Fue el embajador quien le procuró una buena formación en Noruega junto a la reconocida Anne Grindalem para abrirle las puertas del mundo del arte con una exposición en el Palacio de la Biblioteca Nacional en febrero de 1961. Posteriormente, le presentaría al alcalde de Málaga, Francisco García Grana, quien se convertiría en un gran amigo del novel escultor y su mejor comitente.

Durante los años 1962 a 1964, últimos de la alcaldía de García Grana, Pimentel tuvo la oportunidad de realizar para Málaga algunas de las mejores obras de su producción y que con el tiempo se convertirían en grandes iconos de Málaga. 'Las Gaviotas' del Eduardo Ocón, 'La Niña' de Lagunillas, 'El Cenachero', 'El Biznaguero', o el 'Burrito Platero' ubicado en el Parque y que por décadas ha cargado a sus lomos innumerables generaciones de niños malagueños. Estos años conformaron a Jaime Pimentel como un escultor de renombre y lo auparon al olimpo de los artistas locales más respetados y queridos.

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