El 'after' de tres jóvenes en Málaga: rompen el techo de una marquesina tras bailar sobre ella mientras se graban

Los servicios jurídicos de la EMT ya han denunciado los hechos para localizar a los responsables por los daños provocados

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Dos jóvenes se suben al techo de una parada de autobús en calle Cuarteles

Amanece en calle Cuarteles, escenario del broche de lo que parece haber sido una noche de fiesta. Dos jóvenes, con acento español, se suben al techo de una parada de autobús, mientras el tercero de los amigos graba las imágenes. Ambos bailan sobre el techo, a unos metros del suelo. El más osado de ellos, con el torso descubierto y gafas de sol, pone a prueba sus destrezas ante la cámara y tira de algún gesto obsceno. El final, a tenor de las imágenes, es predecible. Uno de los protagonistas se tambalea y cae al suelo al desprenderse la parte superior de la marquesina, que acaba cediendo.

El vídeo se ha viralizado a través de las redes sociales. Apenas dura unos segundos, pero podría ser determinante para identificar a los autores, a los que la Policía trata de localizar para que respondan por los daños provocados.

La estructura que resultó afectada es una de las más frecuentadas por los usuarios de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), que ha recurrido a su departamento de servicios jurídicos para denunciar los hechos, según ha podido confirmar este periódico. La investigación se centra en encontrar a los jóvenes, para lo que se está intentando buscar a testigos que presenciaran aquella noche la hazaña.

Una vez sean localizados, podrían enfrentarse a una sanción económica, que variará en función del coste que supona la reparación del cristal de la parada. De superar los 400 euros, los investigadores les podrían imputar un delito de daños. En tal caso, se castigaría con una pena de multa que iría de los 6 a los 24 meses de cárcel.

El caso de la Cruz de la Plaza de San Juan de Dios vandalizada

A finales del pasado mes de mayo, la Cruz de la plaza de San Juan de Dios volvió a anochecer en su sitio después de haber sido restaurada. En agosto del año pasado amaneció una mañana cercionada por la mitad y en el suelo tras ser vandalizada. Los vecinos apuntaban a unos turistas de fiesta. La Policía Local inició la investigación.

A principios de ese mes, la pieza ya estaba restaurada y en las instalaciones de Quibla, la empresa que se había encargado de los trabajos. Pero en el Ayuntamiento de Málaga estudiaban cómo proceder a su traslado e instalación. La problemática venía de la "estrechez de las calles" hasta llegar a la céntrica plaza.

Así, el montaje se llevó a cabo de forma manual, y para ello contaron con poleas instaladas en los balcones de los edificios aledaños y un sistema especial que consiste en una placa soldada en los antiguos anclajes unida a la cruz por una bisagra para facilitar su transporte.

Más actos vandálicos

No era el primer incidente que sucedía entonces en Málaga relacionado con su patrimonio histórico. Hace más de un año, antes de traer una competición a la capital y durante un directo en streaming, el ex futbolista Gerard Piqué incitó a bañarse en la fuente de la Plaza del Obispo. "Al que se meta [en la fuente] le das una entrada doble", gritaba Piqué, presidente de la Kings League, desde el plató a un reportero que está en el lugar. El premio para un grupo de seguidores de la competición deportiva es un doble pase para La Rosaleda en el evento que organizó en octubre en Málaga, la Kings y Queens Cup.

A la vez que el reportero en Málaga repetía las órdenes de Piqué, varios jóvenes se lanzaban a la fuente de la Plaza del Obispo, que data del siglo XVIII, lo que está expresamente prohibido en la Ordenanza Municipal de Málaga y que conllevaría una multa de hasta 750 euros, según el artículo 37 de las mismas.

El mismo año, en junio, sacar a un turista de una papelera en plaza Uncibay requirió de 30 minutos y la actuación de los bomberos y personal de Limasa. El primer aviso, a la 1:00 de la madrugada, afirmaba que sus amigos lo habían metido en el contenedor de basura. El joven salió ileso, descamisado y con ganas de seguir la fiesta.

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