Del Centro a La Trinidad: así ha avanzado la gentrificación en la última década en Málaga
El estudio 'Perspectives Demogràfiques' señala que el encarecimiento de la vivienda afecta a la mayoría de las zonas analizadas
Elena Bárcena: ''A pesar del crecimiento, Málaga sigue a la cola de la distribución de la renta''
Málaga se sitúa entre las ciudades españolas donde la gentrificación ha avanzado de forma más extendida durante la década de 2011 y 2021, ocupando el sexto lugar, especialmente en lo referido al aumento del precio del alquiler. Así lo demiestra un estudio, Perspectives Demogràfiques, elaborado por el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, que analiza comparativamente este fenómeno en los 10 municipios más poblados de España en la última década.
El análisis territorial visibiliza que la gentrificación en la capital ha seguido un patrón similar al de otras "ciudades medias", como Zaragoza: se inicia en el centro histórico y se extiende hacia los barrios colindantes. En concreto, el estudio señala una expansión desde el Centro hacia el oeste, con valores significativos en zonas como La Trinidad y Mármoles, donde el índice de gentrificación se sitúa entre 0,51 y 0,55 -el Centro se sitúa en 0,59, valores comprendidos del 0 al 1, siendo 1 el máximo alcanzado en Madrid-, niveles que reflejan un cambio residencial en la capital.
La gentrificación se refiere a los "procesos en los que la llegada de personas con mayor nivel adquisitivo desplaza, directa o indirectamente, a residentes con ingresos más modestos hacia áreas cada vez más alejadas de los centros". Mientras que el informe señala que Madrid y Barcelona concentran los procesos más intensos, Málaga destaca -junto a Valencia, Palma y Las Palmas de Gran Canaria- por registrar incrementos del alquiler en la gran mayoría de sus áreas analizadas.
Para medir este fenómeno, los investigadores han definido como barrios más gentrificados aquellos donde se combinan varios indicadores: rejuvenecimiento de la población, mayor nivel educativo, ocupación en categorías laborales altas, llegada de personas nacidas en países ricos, aumento de hogares unipersonales o pisos compartidos no familiares y una subida más intensa del precio del alquiler. Estas variables se han analizado a través de agrupaciones censales de unas 12.000 personas de media.
Aunque la intensidad del proceso en Málaga es menor que en Madrid o Barcelona, los autores, Carlos Sanz-Pérez, Antonio López-Gay y Riccardo Valente, advierten de que su extensión es amplia. A diferencia de Zaragoza o Murcia, donde las subidas del alquiler se concentran en áreas muy concretas, en Málaga el encarecimiento afecta a la mayoría de las zonas analizadas, es decir, todos los distritos de la capital.
El estudio insiste en que la gentrificación no es un fenómeno homogéneo y se produce de distintas formas según la ciudad y su localización geográfica. En el caso de Málaga, como en otras ciudades costeras, el proceso se ve influido por su atractivo en cuanto al buen clima, el cambio residencial y el capital humano. En este mapa interactivo se puede ver el índice de gentrificación, más extendido hacia la zona oeste que la zona este del municipio.
Los autores alertan de que estas dinámicas tienen consecuencias directas sobre la "justicia social urbana". Tras la pandemia, estos procesos se han intensificado con las subidas del precio de la vivienda, la globalización de las transacciones y la financiarización de la vivienda, factores que dificultan el acceso "a la población de a pie".
El resultado de este estudio: ciudades cada vez más excluyentes, que expulsan a los vecinos más vulnerables de sus barrios y agravan la segregación socioespacial y la desigualdad urbana. Ante este escenario, el informe subraya "garantizar el uso residencial de la vivienda y evitar la expulsión de vecinos de sus viviendas se convierten en prioridades fundamentales para construir una sociedad urbana más equitativa y justa".
También te puede interesar