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Laura Cabello –una malagueña de 23 años de Alhaurín de la Torre– se hizo una escapada para ver a unas amigas en Sicilia (Italia). Partió el sábado pasado y volvería el martes. Pero la alegría del viaje empezó a tornarse en pesadilla cuando el lunes se hizo un test de antígenos antes de volar de regreso y dio positivo.
Le extrañó porque se encontraba asintomática y porque además hacía diez meses que había superado el Covid. Optó por hacerse una segunda prueba que volvió a dar positivo. En la clínica, “de malos modos”, la mandaron a que se aislara en su hotel.
Luego, de allí la trasladaron en ambulancia a un hotel supuestamente medicalizado, pero que en realidad estaba abandonado y lo abrieron para confinarla a ella. “Esto es terrorífico. Estoy sola. Esta noche no he dormido nada. Está todo polvoriento, con camas sin colchones y sillas encima. Es un sitio para tenerme aislada y aquí no hay nadie más. Es una situación surrealista”, comenta esta joven que es enfermera veterinaria.
Cuenta que en el edificio sólo había un hombre que le dijo que no cerrara la puerta de su habitación. Ella le pidió que dejara encendida la luz del pasillo porque le daba miedo ya que las habitaciones están sucias y con aspecto abandonado. Pero al final las luces se apagaron. “Por la noche escuchaba los pasos del hombre... Lo oí cerca de mi puerta, así que abrí y estaba allí. No me ha hecho nada, pero la situación es estrambótica”, manifestaba.
La escapada se ha convertido en una película casi de terror. “Me he duchado con un agua marrón. He pedido que me traigan productos, por lo menos para limpiar mi habitación”, relata. Por lo visto, el edificio estaba cerrado porque hacía tiempo no era necesario confinar a ningún positivo. Así que se ha abierto, de momento, sólo para Laura.
“Esta mañana [del jueves] ha venido una enfermera y me ha dado una medicación, pero no sé ni qué estoy tomando”, comenta. La joven asegura todo es rocambolesco. Hasta sostiene que como está con la regla y no tenía productos de higiene femenina, tuvo que apañarse con toallas que lavaba en el lavabo. Gestiones de amigos y familiares, tanto en España como en Italia para interesarse por su situación han acabado con la intervención del Consulado de España en Palermo, la capital de Sicilia.
Miriam Plan, su madre, cuenta que desde Málaga vive con “mucha angustia” la situación de su hija. “Pensábamos tomarnos un avión, pero al final no sirve de nada porque no nos van a dejar entrar allí. El Consulado nos ha garantizado que van a mejorar sus condiciones y ya nos hemos quedado más tranquilos. La situación es angustiosa. Parece ser que es la única que ha dado positivo en toda la zona”.
Laura tiene que permanecer confinada hasta el viernes de la próxima semana. Entonces podrá volver si la PCR es negativa.
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