La mecánica cuántica, Twitter y ciertas ausencias relevantes

"En pie", dijo el macero mayor y, como en misa, todo el auditorio se levantó. El salón de actos de las Escuelas de Informática y Telecomunicaciones se llenó de color, como una caja de lápices Alpino. Birretes naranjas, amarillos, azules, rojos, verdes, malvas y grises formaron sobre la escalera la comitiva arcoíris en la que no faltó Miguel de Aguilera, aspirante a rector.

Para cerrarla, sobrios de negro, los rectores de las otras nueve universidades andaluzas y detrás Adelaida de la Calle junto a José Antonio Griñán, que sostuvo el bastón de mando. El que tuvo que romper el hielo fue el secretario general, que leyó el resumen de la memoria del curso pasado a la velocidad del rayo y sin que, milagrosamente, la lengua se le trabara ni una sola vez. Cifras, proyectos, reconocimientos, logros fueron citados con tal urgencia que lo que se dedujo fue que un curso da para mucho y no hay tiempo de extenderse tanto.

La lección inaugural fue pronunciada por el catedrático Antonio Puerta. Jugó en casa y reflexionó sobre los grandes avances científicos en las tecnologías de la comunicación en el último siglo. No había más que mirar alrededor para certificar esto. Mientras que el doctor hablaba de electromagnetismo y mecánica cuántica algunos lanzaban un tweet o se chateaban gracias al teléfono móvil.

No se supo desde las alturas, el lugar reservado a la prensa, si también lo hicieron las autoridades sentadas en las primeras filas. Lo que sí se notó fue la ausencia de Elías Bendodo, presidente de la Diputación, al que la rectora dedicó unas palabras de felicitación en su discurso que tuvo que obviar.

El alcalde llegó, pero tarde, ya que tuvo que esperar a hacerse la foto de familia en el congreso del PP. Al lado de su silla vacía se sentó el Consejero de Cultura, Paulino Plata. Junto a él, la delegada del gobierno andaluz, Remedios Martel, el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna y Francisco Triguero, secretario de Universidades de la Junta. También asistieron el obispo y autoridades municipales, sindicales y militares.