Tres mil gracias

Felicidades Málaga. Enhorabuena malagueños, ya entráis en el selecto club de ciudades del mundo que poseen metro. Ha sido un proceso complejo, cargado de dificultades, pero ya es una realidad incuestionable gracias al trabajo de muchos actores.

En primer lugar gracias a la paciencia infinita de todos los malagueños, pero muy especialmente a los que vivieron de cerca unas obras que parecían interminables, con molestias que mañana ya serán valores que enriquecerán vuestro patrimonio.

Gracias a aquellas personas que desde un principio vieron que este proyecto era tan necesario como factible. Manuel Chaves, Concepción Gutiérrez, Luciano Alonso y Luis García Garrido apostaron fuertemente desde el año 2000 en la Junta de Andalucía para que Málaga fuese una capital con Metro.

Gracias a Francisco de la Torre y a Javier Berlanga, porque en aquellos primeros instantes supieron exigir la máxima calidad para nuestro metro, y muy especialmente a Juan Ramón Casero que desde su elevada capacidad negociadora ha hecho posible el logro del día de hoy.

Gracias a las organizaciones civiles que constituyeron aquella Mesa por el Metro. El apoyo incondicional de asociaciones de vecinos, asociaciones de empresarios y comerciantes, sindicatos, amigos del ferrocarril, etc. fue valioso en los momentos que hubo riesgos para la continuidad.

Gracias a los medios de comunicación, que también desde los primeros momentos supieron poner en valor la trascendencia de esta infraestructura para Málaga, que hoy nace para seguir creciendo, y muy especialmente a esos cronistas del día a día que han dejado escrita la bitácora de estos 15 años, muy especialmente a Manolo Becerra y Chus Heredia primero y a Ignacio Lillo, Miguel Ferrary y, desde estas páginas, al perseverante Sebastián Sánchez.

Gracias al Banco Europeo de Inversiones, y muy especialmente a Carlos Guille, primero, y Magdalena Álvarez, después, porque sin su comprensión cercana hubiese sido imposible disponer del apoyo económico necesario.

Gracias a los directivos de la concesionaria y de la UTE, en especial a Santiago Ruiz, Gonzalo Blanch, Fernando Lozano y Luciano Hidalgo, que mantuvieron la ilusión por el proyecto hasta en los momentos más difíciles.

Gracias a los técnicos del Ayuntamiento y muy especialmente a Francisco Ruiz eslabón básico para alcanzar acuerdos, y a la Policía Local y Bomberos. Así como a los directivos y técnicos de la Consejería y de la Agencia de Obra Pública: Rosa Aguilar, Rafael Candau, José Luis Nores, Teófilo Serrano, Miguel Ángel Cañizares y muy especialmente Enrique Urkijo, el primer director técnico del proyecto.

Valgan estas palabras, también, para rendir un homenaje de recuerdo a aquellos tres mil operarios que han hecho posible la infraestructura más importante de la historia de Málaga. Conviví mil días de manera muy cercana con ellos, de los que tengo grandes recuerdos y conservo en mi memoria muchos de sus nombres o apodos. La mejor manera de respetar su trabajo y sus logros es estando con ellos, pensando que es tan importante el día D de la inauguración, cómo el D+1, cuando esa infraestructura empiece a servir para lo que fue concebida allá por el año 2000 y que ellos construyeron, porque entonces me sentiré más orgulloso si cabe de haber trabajado a su lado.

Los elogios que se formulan a los demás se toleran sólo en tanto quien los oye se considera a sí mismo capaz de hacerlo; cuando en cambio, los que escuchan comienzan a sentir envidia de las excelencias del que está siendo alabado, al punto prende en ellos también la incredulidad. Os dedico estas palabras tomadas del discurso de Pericles, el mejor de la historia por su apelación a la conciencia ciudadana. Hicisteis algo increíble y excelente, único. Doy fe. Sentiros orgullosos del trabajo realizado. Tres mil gracias.