La mil y una vidas de una empresa familiar
La nave de Maderas Menur en Coín se calcinó el año pasado y ayer abrieron otra en el mismo lugar
Era el domingo 8 de abril de 2012. Estaba soleado y se respiraba tranquilidad absoluta en el polígono industrial de Coín, pues todas las empresas estaban cerradas. El propietario de una panadería vio, sobre las 8:45, humo en la nave de Maderas Menur y llamó rápidamente a los bomberos. Fue un camión de Coín pero se desató un incendio enorme, por lo que también acudieron efectivos de Alhaurín de la Torre, Antequera, Ronda y Vélez Málaga. Unas horas después estaba controlado pero las instalaciones, unos 5.000 metros, quedaron totalmente calcinadas. Los propietarios de la empresa, la familia Méndez, iban y venían con las caras descompuestas. Se acababa de hundir un negocio familiar, gestionado por cuatro hermanos, que había sido inaugurado por el padre en 1981, un coíno que aprendió el oficio de carpintero al emigrar a Francia y que, a su regreso, montó una carpintería de apenas 20 metros cuadrados.
Pasada la desolación inicial, estos empresarios tenían claro que debían resurgir de sus cenizas y ayer, un año después de la tragedia, inauguraron una nave de 5.000 metros cuadrados en el mismo lugar y tienen varios proyectos nacionales e internacionales en cartera. "El año ha sido muy duro pero teníamos que tirar para delante para poder conservar los clientes y los empleados, por lo que tuvimos que tomar decisiones rápidas", indicó Pedro Méndez, gerente de la compañía.
Se quedaron prácticamente sin nada -solo se salvó un almacén- y tuvieron que empezar casi de cero. Solo una semana después del incendio alquilaron una nave de 1.000 metros cuadrados de salón y 4.000 metros de patio en Pizarra. Tuvieron que adquirir maquinaria, maderas, montar una oficina... "Compramos algunas cosas y otras las alquilamos. Fue un follón", recuerda Méndez, quien destaca que supuso un "desembolso grandísimo" que abonaron con el dinero que recibieron del seguro y de familiares y amigos. El gerente señala también que no han obtenido ninguna ayuda por parte de las Administraciones e, incluso, se queja de que a lo largo de este año han tenido que superar una auténtica maraña burocrática que ahora prefiere olvidar para centrarse en el futuro.
Menur está especializada en la fabricación de mobiliario para exteriores. De hecho, una de sus principales ramas de negocio es la producción y venta de camas balinesas, quioscos, chiringuitos, pérgolas o papeleras para hoteles y otras empresas turísticas. Su regreso a Coín viene acompañado de nuevas ilusiones. La semana pasada enviaron tres contenedores a Mallorca, se han presentado a un concurso para el abastecimiento de quioscos en el paseo marítimo de Marbella y han iniciado contactos con importadores de Alemania, Suecia y Francia. Han creado un departamento de I+D para innovar en los procesos de tratamiento y fabricación de la madera e, incluso, con su celeridad habitual, prevén hacer su propia planta de biomasa en las mismas instalaciones en un plazo de un mes.
Otro de los retos de la compañía es recuperar su plantilla. Llegaron a tener 80 empleados y ahora poseen 25. "Fue imposible mantenerlos a todos pero queremos retomarla en cuanto recuperemos nuestro volumen habitual de clientes", señaló Méndez.
La investigación determinó que el incendio se originó por un cortocircuito en la zona donde había numerosos barnices. De ahí fue pasando de nave a nave. No hace falta decir que en su nueva instalación han extremado las medidas contra incendios. "Hemos colocado un sistema mucho más estricto y riguroso, con detectores de humo o grandes ventanas en el techo", narra Méndez, quien reconoce que sigue con el miedo en el cuerpo. "Todavía tengo sobresaltos por la noche. La semana pasada saltó una chispa y nos iba a dar algo a todos. Tardaremos años en que se nos quite ese temor", indicó el gerente de esta firma familiar, que ha conseguido cumplir el sueño de volver al inicio. "Cuesta creer que estemos aquí", comenta satisfecho. La resurrección de una empresa que lo perdió todo en una mañana de domingo y que ha conseguido sobrevivir a base de trabajo, tesón y mucha gente implicada en el proyecto.
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