Para mirar más allá de la poza

El río Chíllar gana cada verano varios grados en popularidad. Este es quizás el que está registrando más afluencia de aficionados a este tipo de barranquismo de baja dificultad, sobre todo durante los fines de semana. Sin embargo, el río Chíllar es más que pozas de agua y chapuzones. Sólo hay que mirar a sus márgenes.

La vegetación de ribera goza en este punto de una interesante variedad y abundancia: helechos, culantrillos, selaginelas, teris vitata, emborracha cabras (coriaria myrtifolia), zarzas, tarajes o saucos. Estas plantas y arbustos conviven junto a pinos carrascos y piñoneros, algarrobos o lentiscos, entre otras variedades propias de las sierras Almijara y Tejeda.

Y si además del mero morbo por identificar la poza en la que la turista holandesa Mary Anne Goossens, de 48 años, estuvo atrapada entre junio y julio 18 días sin comer hasta que fue rescatada, el visitante del Chíllar se fija con atención y tiene un poco de suerte también podrá observar una fauna variada y hermosa: caracolillos, libélulas, caballitos del diablo, ranas, sapos parteros, salamandras, lagartijas, culebras, abubillas, arrendajos, cernícalos o petirrojos, además, claro está, de la cabra montesa o los jabalíes que, entre otros, pueblan esta zona próxima a Nerja.

Esta riqueza vegetal y animal no ha pasado desapercibida para la empresa Ruta Botánica que organiza hoy su primer recorrido por el río Chíllar precisamente para observar la botánica, su geología, clima y fauna. El recorrido, previsto para 25 personas, arranca a las 09:00 de la mañana en los aparcamientos de la cantera para discurrir río arriba.

La empresa, especializada en turismo ambiental y en el desarrollo de productos naturales para uso medicinal, alimentario y cosmético, ha planteado un recorrido de seis horas en el que compaginará la explicación sobre las variedades de la vegetación y la fauna con charlas sobre el buen uso y fórmulas para minimizar el impacto. También dará a conocer las especies invasoras que han comenzado a colonizar este enclave de excepcional riqueza natural.

La actividad de esta empresa en el río Chíllar se suma a las excursiones que organizan otras pequeñas compañías de la zona, más centradas en el mero ocio y que incluso se comercializan bajo el nombre de safaris.