La crisis deja en punto muerto el traslado del polígono San Rafael
El Ayuntamiento admite la ralentización de las negociaciones con los propietarios de las naves, cuyo desmantelamiento es crucial para la 'nueva' ciudad proyectada al oeste y la ejecución completa del bulevar
Una de las operaciones de mayor envergadura de cuantas se dibujan en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Málaga, el traslado del polígono industrial de San Rafael, se mantiene en punto muerto tras casi cuatro años de contactos y negociaciones con los propietarios de las naves. Este extremo fue confirmado a Málaga hoy por varias fuentes consultadas en la Gerencia de Urbanismo y cercanas a los dueños de las instalaciones afectadas, que coinciden en subrayar la complejidad de una actuación clave para el desarrollo completo del proyecto estrella de este mandato del equipo de gobierno del PP, el bulevar sobre el soterramiento del ferrocarril.
"Las negociaciones están por el momento paradas por la propiedad, porque consideran que éste no es el momento para dar el visto bueno", expusieron desde el departamento encabezado por el concejal Diego Maldonado, al tiempo que apuntaron: "Habrá que esperar a unas condiciones mejores". El principal escollo al que se enfrenta el Consistorio a la hora de impulsar este proyecto es la crisis económica y el desplome de los valores del residencial y ello a pesar de que los propietarios reciben en el planeamiento la máxima edificabilidad permitida, de 1,3 metros cuadrados de techo edificable por cada metro de suelo, menor eso sí al que tenían derecho antes de la entrada en vigor de la LOUA.
"Antes estaba el acicate de que el residencial, cuando estaban las cosas altas, tenía un plus grande sobre el industrial", indicaron. Elemento que en este momento no se da. Las fuentes precisaron que cuando se elaboró el Plan General de la ciudad y se abordó la idea de trasladar este polígono, en el año 2006, los estudios elaborados indicaban que era una operación "que podía ser interesante", puesto que incluso se liberaba a los dueños a asumir las viviendas de protección oficial (VPO) exigidas por ley (que las acometía directamente el Ayuntamiento).
Pero estas buenas previsiones se han venido abajo con la crisis. "Ya estaba en el borde, pero ahora se desmorona porque no se vende una vivienda; es muy difícil que una serie de personas que tienen un negocio en marcha, que es rentable, lo dejen, lo echen abajo y esperen tres o cuatro años para que se hagan las viviendas", sentenciaron desde Urbanismo. Unas fuentes que apostillaron: "Ahora mismo es un tema difícil de plantear".
Incluso, se pone sobre la mesa un escenario parecido a lo que podría ocurrir con San Rafael. "Ya ha pasado otras veces, como en el plan del 83, donde se planteaba el desarrollo de Teatinos, que no se ha desarrollado hasta 1997, porque cuando se diseñó las cosas estaban mal, los promotores no estaban dispuestos a poner un metro cúbico de hormigón en ningún sitio...", explicaron.
En la misma línea, fuentes próximas a los propietarios recuerdan que cuatro años atrás, cuando se dibujó el uso residencial de esos suelos, "se podían justificar los enormes costes que suponen el traslado y el cierre de los negocios, pero esa situación ha cambiado de forma radical". "Es un tema que requiere un enorme esfuerzo de imaginación por ambas partes; aún estamos en un punto muy inicial y hay que ver si se encuentra una vía para que sea interesante para los propietarios, que no sea gravemente lesivo".
"Hoy por hoy, tal y como están las cosas, la viabilidad de esto está en entredicho", dice de forma rotunda esta fuente, que, no obstante, pide no rasgarse las vestiduras por que transcurran hasta ocho años antes de que el traslado de San Rafael sea una realidad.
Ejemplo claro de la trascendencia que el desmantelamiento de este espacio productivo tiene para la avenida sobre el ferrocarril es que la primera fase de la infraestructura, cuya primera piedra fue colocada el pasado miércoles, sólo puede desarrollarse a medias por no disponer de los terrenos necesarios. Este tramo, de 624 metros de longitud, entre las calles Puerto Oncala y Sillita de la Reina, con un presupuesto de 12,2 millones y 23 meses de plazo, sólo incluye de inicio una calzada de dos carriles por sentido, más un vial de servicio que permitirá el acceso hacia las barriadas situadas al sur.
Conforme a los parámetros marcados en el Plan General, en el polígono de San Rafael, la parcela de El Duende y la EMT (324.830 metros cuadrados de superficie) se proyectan 3.225 viviendas, 46.240 metros cuadrados de equipamiento público, 97.000 metros de uso comercial y oficinas, 100.000 metros cuadrados de zona verde. Parcelas a las que sumar las más de 1.300 viviendas también proyectadas en los antiguos suelos de Repsol, donde la entidad Caixanovagalicia proyecta cinco torres, una de ellas de más de 130 metros de alto, con usos residenciales, terciarios y comerciales, entre otros.
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