Nativos del vaper: los jóvenes que no conocen otra manera de fumar

La "nueva adicción" sustituye al tabaco entre los grupos de menor edad, pero neumólogos advierten de sus riesgos

Más de 3.000 personas mueren cada año en Málaga por culpa del tabaco

Una joven vapeando. / M. H.

Les llaman nativos del vaper. Son los jóvenes que no conocen otra manera de fumar más allá de estos dispositivos. No han probado -o muy poco- el tabaco. En la creencia de que son menos perjudiciales que los cigarrillos de toda la vida, se enganchan a una “nueva adicción”. Pero los neumólogos advierten de que sus riesgos son similares. Así que el consejo de estos especialistas es que ni tabaco, ni vapers, ni cigarrillo electrónico, ni cachimbas. “Nada de nada; irse al campo o a la playa a respirar aire puro”, recomienda bromeando, aunque muy en serio el jefe de Neumología del Hospital Quirónsalud Málaga, José Daniel Alcázar.

Porque ese es el problema que están detectando los sanitarios entre los jóvenes: la sustitución del tabaquismo tradicional por las nuevas formas de consumo. “Igual que existen los nativos digitales, están los nativos del vaper”, explica Alcázar. Los neumólogos alertan sobre sus riesgos. Aunque aún no se conoce todo su impacto en la salud porque llevan poco más de una década, ya hay estudios que confirman una inflamación de los pulmones muy parecida a la que causa el tabaco en los fumadores. Evali, así se llama la enfermedad pulmonar aguda y potencialmente grave que se asocia con el uso de vapeadores. Algunas investigaciones han descrito también la inflamación de los bronquios -que son los caminos por los que entra el aire a los pulmones- entre jóvenes que vapean. Incluso, aunque es menos frecuente, neumonías lipoideas por la acumulación de las grasas que contienen los vapers en los alveolos, que son células pulmonares.

“Ni tabaco, ni vapers, ni cachimbas. Ninguna forma es segura ni buena. La sociedad tiene que conocer los riesgos de las nuevas formas de consumo para proteger a los jóvenes”, defiende Eva Cabrera, portavoz de tabaquismo de Neumosur y neumóloga del Hospital Clínico. Sostiene que estos dispositivos son “el tabaquismo del siglo XXI” y que la industria del sector “se ha reiventado”. Los especialistas recuerdan que los vapers utilizan sustancias tóxicas, cancerígenas y otras no descritas.

“No sabemos el efecto a largo plazo de esas sustancias”, apunta Alcázar, dado que aún no hay un daño en la salud de tantas décadas como con el tabaco. Pero el neumólogo advierte que la inflamación “muy parecida a la del tabaco” que ocasiona, puede con el tiempo derivar en bronquitis crónica o enfermedad obstructiva crónica (EPOC).

El especialista en Medicina Preventiva y deshabituación tabáquica, Salvador Oña, dice que los vapers pueden utilizarse en el caso de los fumadores como “puente” para que dejen la adicción, siempre bajo supervisión médica y con una pauta de reducción gradual. Pero advierte del riesgo que suponen para los jóvenes dado que la nicotina que contienen es adictiva y perpetúa la dependencia. “De modo que pueden ser la puerta de entrada al consumo de tabaco”, señala. Además, al igual que los otros dos facultativos remarca que “el vapeo no es inocuo y tiene peligros por descubrir” a medida que pasen los años.

La edad de inicio en la adicción tabáquica es de 14 años. Oña advierte que aunque un adolescente no fume, si vapea, “se mete sustancias tóxicas, adictivas y probablemente cancerígenas”. En este aspecto, Alcázar insiste que entre los jóvenes, los vapers son “absolutamente desaconsejables” porque esos tóxicos “pueden producir alteraciones genéticas que favorezcan la aparición de tumores”. Son el nuevo tabaquismo. El que, dicen los especialistas, toca prevenir y combatir en el siglo XXI.

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