La odisea de los estudiantes de la UMA frente al alquiler: "Me come la beca entera"

El problema de la vivienda afecta a los alumnos en el inicio de curso, que pagan 450 euros o más por habitación en el campus sin incluir gastos o 400 euros en otros barrios

Una imagen del inicio de curso en la UMA este martes.
Una imagen del inicio de curso en la UMA este martes. / Carlos Guerrero

Nicolás Macías estudia Ciencias Ambientales en la Universidad de Málaga. El joven de 20 años, natural de San Pedro de Alcántara, lleva tres años cursando la carrera y los tres años en pisos diferentes. Lo cuenta a este periódico en pleno inicio del curso 2025-2026 frente a su facultad. ¿El motivo? La subida de precio del alquiler. La vivienda se ha convertido en un problema estructural para cualquier español medio y ahora también para los alumnos de la institución malagueña. Lo dice la propia UMA. "No es solamente que no haya disponibilidad, que también, sino el elevado coste que tiene. Es un problema que preocupa a la Universidad, a los alumnos y a sus familiares", afirmaba Nicolás Fernández, coordinador de atención al estudiante en la UMA en declaraciones a la Cadena Ser.

Hace tres años, Macías encontró un piso en el Cónsul, cerca de la parada de metro, buscando con mucha antelación. "Las cosas no estaban tan mal como ahora. De un año para otro el casero nos dijo que las cosas estaban subiendo y nos lo subió 50 euros. Se montaba todo en más de 400 euros sin gastos", explica. Al curso siguiente, el alumno de Ciencias Ambientales se cambió. "Mi hermano se iba de Erasmus y entré en su lugar. Estaba mejor de precio. Pagaba 350 con todo, pero el casero lo subió a 400 euros más gastos. A mí me parecía caro", denuncia.

Una imagen de Macías.
Una imagen de Macías. / M. H.

Fue entonces cuando Macías decidió ponerse a buscar una nueva habitación para este nuevo curso. Ahí comenzó la odisea. "He estado todo el verano buscando. A través de un conocido de mi pareja encontré piso en Teatinos, pero no me lo podía permitir. Los precios son una locura", critica. Finalmente, el alumno de tercer curso de Ciencias Ambientales buscó por TikTok una acomodación en una vivienda de Portada Alta a "un precio más razonable".

L. Z., joven de 19 años, también ha visto cómo le subían el alquiler de un año para otro. "Fuimos a firmar el contrato de renovación. La casera nos dijo ese mismo día que nos iba a subir el precio. Nos quedamos a cuadros", relata molesta. La estudiante de la UMA pagaba 370 euros al mes más gastos y ahora con la subida se queda en 390 euros en en un piso para cuatro personas en el Parque del Norte. Al avisar una semana antes de Selectividad, sin mucha antelación, L. Z. trató de encontrar una habitación a través de Idealista y grupos de WhatsApp. “Fue imposible. Los pisos en Teatinos están carísimos. No bajaba nada de 450 euros más gastos", relata.

La alumna, natura de Córdoba, critica la situación actual de la vivienda en el campus de Málaga. "Una habitación en mi ciudad está a 200 euros. Aquí nada baja de 450 o 490 euros. Eso no lo puedes pagar y si no tienes beca... Yo la tengo y voy súper justa. Debo pagar trenes para ir a mi pueblo, el autobús a Teatinos, la bombona, la comida", cuenta. L. Z. quiere empezar a buscar una nueva habitación a partir de febrero o marzo para encontrar "algo más barato". "Los precios están súper altos. El alquiler me come la beca entera y no me da", reconoce.

Otra foto del primer día de clase para los universitarios malagueños.
Otra foto del primer día de clase para los universitarios malagueños. / Carlos Guerrero

Racismo y transfobia

Para Bisila Dougan es su tercer año en Málaga estudiando Ingeniería Telemática. Viniendo de Madrid, la alumna de 22 años no se esperaba "estos precios" cuando aterrizó en la ciudad andaluza. "Málaga en cuanto a la vivienda está complicado, sobre todo para los alumnos que acaban de empezar la universidad. Todos los pisos se convierten en Airbnb en verano. Al inicio del curso es complicadísimo. Todos están buscando al mismo tiempo o han renovado. La cosa está súper cara", declara.

Dougan ha estado dos años mudándose y buscando vivienda. Este curso decidió continuar en el mismo piso donde reside junto a cuatro chicas más en Puerta Blanca. Paga 450 euros y gastos aparte. "A mí me han dado la posibilidad de renovar. Hay otros pisos donde no te dejan o sólo puedes estar en periodo escolar y en verano te echan porque los van a poner súper caros en Airbnb", denuncia.

La joven de 22 años cuenta que las habitaciones más baratas que ha visto están por 400 euros. "El tema de las inmobiliarias está fatal. Algunas te pueden llegar a estafar o te piden a fianza de dos o tres meses. Este lo encontré por Idealista y la propia dueña me entrevistó", explica. A la hora de buscar piso, Dougan ha sufrido a veces discriminación. "No te preguntan las cosas básicas tipo qué haces, qué estudias. Te preguntan en seguida de dónde son mis padres o si soy española si ven que el apellido es diferente", relata.

Lillia Matas, estudiante de Comunicación Audiovisual, lo ha pasado bastante mal hasta encontrar un piso este nuevo curso. "Además de las subidas de precio en los alquileres estos años y que este curso se ha notado más, el principal motivo por el que más me ha costado encontrar piso ha sido mi identidad de género", se sincera. "La mayoría de pisos está segregado en chicos y chicas. En ninguno de los dos entraba. Me limitaba bastante. En los pocos mixtos que encontraba no todos estaban de acuerdo. La dificultad ha sido enorme", relata la estudiante trans.

La alumna Lillia Matas, en una foto reciente.
La alumna Lillia Matas, en una foto reciente. / M. H.

A finales de agosto, la joven de 20 años dio con una habitación con baño propio. "Sin incluir los gastos, pago más de 600 euros mensuales. Tenía pensado como máximo 450 euros. Me he visto obligada a aceptar ese alquiler porque se me acababa el tiempo y era el único que me habían dado una respuesta. Es más caro de lo que tenía pensado", reconoce Matas, que se planteó en un momento determinado mudarse a un estudio, pero se le iba de precio y no le llegaba el presupuesto. Cabe recordar que Idealista publicó a finales de agosto un informe nada halagüeño donde situaba a la capital como una de las cinco ciudades españolas más caras para compartir vivienda. La ciudad se encontraba sólo por debajo de Madrid (527 euros), San Sebastián (475 euros) y Palma (450 euros) con un precio medio de 425 euros. Un problema sin resolver el de la vivienda, que tiene cada vez a más malagueños y a estudiantes de la UMA en jaque.

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