Los partidos de la oposición critican el modelo del Málaga Valley
PSOE, Málaga Ahora, Ciudadanos y Málaga para la Gente creen que solo es marketing y piden un mayor arraigo local
A ningún partido de la oposición le gusta el Málaga Valley. Al menos, el modelo que se ha seguido hasta ahora y que lleva funcionando casi una década con dinero del Ayuntamiento de Málaga y su alcalde, Francisco de la Torre, como principal valedor. Los portavoces de PSOE, Málaga Ahora, Ciudadanos y Málaga para la Gente critican su modus operandi y piden directamente su desaparición o que inicie un nuevo rumbo.
Málaga Valley surgió como un club empresarial en el que se debate dos veces al año sobre temas de actualidad y al que han acudido desde 2006 grandes directivos de empresas españolas y extranjeras. Con el paso de los años se ha convertido en una marca para englobar las acciones tecnológicas de Málaga, siendo su objetivo aumentar la visibilidad de esta ciudad a escala nacional e internacional. De la Torre y el abogado Javier Cremades son los impulsores de este proyecto al que el Ayuntamiento destina 175.000 euros anuales.
"No hay un efecto más allá del marketing. Falta implicación sobre el terreno y con las empresas locales", denuncia la portavoz socialista María Gámez, quien recalca que "como operación de marketing para la ciudad está muy bien, pero nos está costando mucho porque lo que estamos pagando es una foto en una escalera" [todos los asistentes a los encuentros de Málaga Valley se hacen tradicionalmente una fotografía de familia en la escalinata del Ayuntamiento]. Desde el PSOE defienden que "está muy bien atraer empresas, pero hay que hacer algo más que eso y ponerlas en contacto con las firmas locales, de forma que puedan invertir en ellas o asociarse para que haya una repercusión práctica sobre las empresas malagueñas". Gámez solicita la creación de un fondo o, en su defecto, una mayor sinergia entre las grandes empresas que acuden al Málaga Valley y el tejido local.
El portavoz de Ciudadanos y socio del PP en el Ayuntamiento, Juan Cassá, ha sido uno de los más beligerantes con Málaga Valley, una de las niñas bonitas de De la Torre. En una entrevista concedida el pasado 5 de septiembre a Europa Press pidió directamente su desaparición porque "no creemos nada" en esta iniciativa y este partido lo mantiene. Según Cassá, "con el Málaga Valley lo único que hemos hecho ha sido pulirnos 500.000 euros porque no ha salido ni un proyecto" y subraya que "con grandes titulares y grandes reuniones no se genera empleo". El portavoz de Ciudadanos piensa que "no tiene ningún sentido" mantener Málaga Valley porque "aparte de para reunir a mucha gente, ¿sirve para algo?", se pregunta.
Eduardo Zorrilla, portavoz de Málaga para la Gente, va en la misma línea. "Nuestra postura siempre ha sido muy crítica con el Málaga Valley. Tiene más de propaganda que de contenidos, funciones y objetivos claros. Es mucho ruido y pocas nueces y solo está sirviendo para que el alcalde se haga dos veces al año una fotografía con personalidades empresariales". Zorrilla defiende que "tal como está no sirve para nada" y cree más importante convertirlo en "un foro socioeconómico en el que se analice la estrategia para Málaga". Eso, en teoría, ya se hace en la Fundación Ciedes y así también lo reconoce Zorrilla.
Ysabel Torralbo, portavoz de Málaga ahora, señala por su parte que "Málaga Valley ha sido un pufo desde sus inicios y ha entorpecido la posibilidad de hacer cosas bien hechas". Torralbo hace hincapié en que "es un negocio privado y somos críticos porque la gestión de las nuevas tecnologías es importante y la gestión de Málaga Valley no es ni transparente, ni eficiente, ni productiva".
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