Pedro Alonso, en la San Diego Comic-Con de Málaga: "La segunda temporada de 'Berlín' va a ser más potente que la primera"

El actor también está escribiendo la que espera que sea su primera película de ficción como director

De 'Indiana Jones' a 'Juego de Tronos': hablan los andaluces detrás de estas producciones en la Comic-Con de Málaga

Pedro Alonso posa para la entrevista en el marco de la San Diego Comic-Con de Málaga. / Javier Albiñana

Primer día de la San Diego Comic-Con de Málaga, con expectación y nervios y lejos del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, Pedro Alonso muestra serenidad horas antes de reencontrarse con los miles de fans que lo esperan. Vestido íntegramente de negro, se mueve con la calma de quien conoce el magnetismo del misterio. En el Hotel Miramar, el actor que dio vida a Berlín en La Casa de Papel parece quitarse la máscara, no la de Dalí que lo convirtió en icono mundial, sino la de personaje para dejar asomar al hombre que habita detrás del fenómeno global para hablar de su trayectoria y de la industria cinematográfica.

Pregunta.¿Qué tal está, lo primero de todo?

Respuesta.Muchas gracias por preguntar. Bien, acabo de ver a un compañero de la Escuela de Arte Dramático. Ha sido lindo, hace calor. He acabado de rodar la segunda temporada de Berlín, que ha sido extrema en lo físico, en lo espiritual, en lo psicológico. Ha sido una carga de trabajo descomunal. Intentando regalarme espacio para la descompresión, para mí, para descansar. Y preparándome para ir a Latinoamérica a descansar, pero también, en cuanto me recupere un poco, a acabar un guion que estoy consiguiendo con Paco Becerra, que es lo siguiente que me gustaría intentar hacer. Me voy a dar un tiempo para mi propio material, para obra propia, porque llevo un rato fuerte trabajando para otros. Ha estado muy bien y lo agradezco mucho, pero me toca atenderme ahora mismo un poco. Órdenes de la vida.

P.Dice que está trabajando en proyectos suyos propios. ¿Puede contar algo todavía?

R.No sé si sabes que yo he estrenado este año una miniserie documental que yo he escrito y he producido y la he dirigido y ha sido un paso gordísimo que me ha supuesto cuatro años de trabajo muy, muy exigente, pero lo he hecho, lo he hecho. Es verdad que era un proyecto muy mío, muy particular y ahora quiero intentar dar el paso a la ficción. Estoy coescribiendo con Paco Becerra, Premio Nacional de Teatro, con la primera obra que hizo, que es un talentazo increíble, estamos siguiendo un guion. Espero que pueda ser mi primera película como director, estoy en eso. Y hasta que no acabe ese guion, he recompuesto mi agenda. Voy a darme unos meses, hasta que no tenga el primer guion no tomaré decisiones sobre qué retomar, pero es muy posible que intente levantar mi primera película de ficción el próximo año.

P.¿Por qué ha decidido dar el salto a dirigir y a escribir?

R.Escribo desde hace 10 u 11 años. Pinto mucho... A medida que he ido ganando foco, atención en mi vida, he ido confirmando que algo que antes pensaba que era un problema, que era que me gustaba hacer muchas cosas, no es un problema, forma parte de mi naturaleza. El rollo es acabar las cosas, saber dosificarte, atender unas primero, otras después. Aveces me siento menos un actor que un autor, que un pintor, que un creador, pero un creador que de vez en cuando pinta, de vez en cuando escribe, de vez en cuando interpreta. No sé si soy más un performer, no sé cómo se llamaría eso. A veces no sé cuál es la palabra, pero sí es verdad que me gusta, además de trabajar para otros como actor, investigar en mi propia visión de las cosas, en lo que me apetece contar, para seguir aprendiendo. Esa vertiente de la expresión y del arte como búsqueda personal, a mí me interesa mucho. Eso se está derramando. Lo he ido atendiendo y de pronto he visto que estaba produciendo un proyecto audiovisual. Escribir, escribo sin parar, pero como tengo varias tareas, de repente he sentido que estaría bien hacerlo con alguien para poder dosificarme y atender varios frentes, pero hacia lo que viene siento que quiero ir a más, con el trabajo de obra propia, entonces es muy probable que mi siguiente paso sea levantar un largometraje que estoy escribiendo y que pretendo dirigir.

P.¿Cómo ve ahora la industria española?

R.Cuando empecé a hacer televisión, lo he dicho varias veces, le pegabas una patada a un bastidor y tumbabas un plató y ahora te encuentras con trasatlánticos. Yo he rodado con barcos hechos en plató. Cuando yo empecé en la televisión, que es lo que más he hecho, en España se hacían al año cuatro series, ahora no sé cuántas se hacen. A veces parece que lo que se hacía en Miami se está haciendo en España. O sea, que Miami era como un sitio de producción para el mundo latino y parece que ha pasado ese eje a Madrid. En Madrid ahora mismo están pasando muchas cosas. Dicho esto, yo nunca olvido que hay mucha gente de la profesión que yo conozco que vive en condiciones precarias. Es muy difícil vivir como actor medio-largo plazo. Pero que estamos viviendo cosas que yo no hubiese ni soñado. Se hace una serie que compite en el mundo, que tiene vocación de que la vea muchísima gente. De repente hay gente que se dedica más al entretenimiento, pero hay firmas de gente nueva que está haciendo cosas increíbles. Es un momento efervescente y estimulante. Nvegar no es navegar hoy, es navegar hoy, mañana, el pasado. La década que viene. Y a mí, que no me peleo con el entretenimiento, con el mainstream, me interesa siempre que las cosas tengan una conexión, que haya algo que me aliente a reforzar mi compromiso y lo que meto en las cosas. Me preocupa un poco esto del algoritmo, pero eso siempre está ahí. Hay un momento en el que si una nota funciona, la gente quiere más de esa nota. Y el capitalismo siempre va a querer más de la nota. Que suene la campana, producir, producir, facturar. Toma riesgos si quiere no quedarse instalado en una zona de confort y yo eso lo hago alentando a Berlín, que es un personaje que me da muchas cosas y con el que sigo pasando vértigo, al que amo, en una casa que me cuida mucho y al mismo tiempo de vez en cuando acabo y desaparezco. Y como lo vengo haciendo estos años, me he producido y he hecho la serie, he publicado un libro, he escrito en prensa... Y quiero que eso vaya más. En lo personal lo que procuro es agradecer lo bueno que me pasa y darle una vuelta de vez en cuando para intentar seguir creciendo sobre todo por dentro.

P.Ha hablado del mainstream y quería saber su opinión sobre la inteligencia artificial.

R.La historia nos demuestra que siempre que ha habido grandes herramientas que han aparecido, algunos se han tirado de los pelos. Cuando apareció la televisión dijeron que iba a matar al teatro. Cuando apareció la imprenta dijeron que la tradición oral se iba a pervertir y que el alma de los relatos se iba a morir. Yo no creo que el problema sea el Photoshop para que la gente haga malas fotos, sino el uso del Photoshop. De pronto el Photoshop se puede comer el espíritu de una foto. Pues con la IA igual. La IA es una herramienta increíble. En 15 años ha cambiado una parte de nuestra sensación de lo que es la realidad con los móviles. Lo que viene ahora es un salto que no podemos ni imaginar. Y con todo esto de los ordenadores cuánticos a mí me estalla la cabeza. En algunos sentidos puede ser estremecedor, da miedo, da vértigo. Y en otros es una oportunidad increíble. Si logro tomar la distancia justa y no dejarme arrastrar por la histeria colectiva que domina el mundo ahora mismo, creo que es una herramienta que nos puede dar muchas cosas. Dosificar la herramienta para que la herramienta no se lo coma. Muchas veces sobre los miedos de la IA veo más la cabeza de la gente que habla del miedo que el problema de la IA. Obviamente la IA parece que puede mover cosas que son muy locas. Pero muchas veces es la cabeza, el de enfrente, el que ve los demonios en el asunto del que se habla. Entonces procuro neutralizar mis propios demonios. Y luego utilizar las cosas que la vida me da de la forma más sana y saludable posible.

P.Antes ha nombrado a Berlín, que es uno de los personajes que más fenómeno ha causado a nivel global, que lo quieren mucho, pero ¿cómo le afectó que llegase esa avalancha de repente de fenómeno mundial?

R.Es una novela. He salido vivo. He salido vivo de un proceso. Cuando eres actor, de una forma muy clara, el asunto es... ¿Podré ser actor, me dejarán trabajar, podré vivir de mi profesión, me dejarán crecer, crear? ¿Podré encontrar un espacio en el que yo sienta que tengo algo que aportar? Sentirte libre, confiar, arriesgar, que alguien te vea y diga: "Sí, sí, quiero que tú juegues en mi equipo". Al principio ese es el gran drama. Sobrevivir en la profesión es un drama. Berlín me ha dado muchas posibilidades. Un personaje que además a mí me interesa, me sigue estimulando, que me parece un regalazo de la vida. Dicho esto, esa ola ha sido tan grande, tan grande, que te pone en un lugar de una visibilidad para la que nadie te ha enseñado. Para la que no estás entrenado. Y que te confronta como actor, pero como persona, como amigo, como hijo, como pareja. Puede mover muchas cosas en tu entorno y una cosa es la idea del éxito, o de lo que sea el éxito. Se supone que alguna gente puede decir "pues has tenido un éxito". Pero ese éxito es, en gran medida, humo. Para mí el éxito es estar en paz, dedicarte a lo que te gusta, crecer, seguir estimulándote. Que esa idea del éxito no coma este espacio de éxito íntimo, es un trabajazo. Porque lo otro se lo puede comer todo. Pero yo creo que lo vi rápido. Dije: "Cuidado, esto va a pasar". He visto que eso sucede mucho. Hay algo perversamente adictivo en ese nivel de atención. Por eso yo lo atiendo de vez en cuando, y de vez en cuando desaparezco por salud. Procuro no perder la perspectiva de que eso no soy yo. De hecho, no lo soy. Agradeciendo lo mucho que me ha dado, pero procuro seguir encontrando mi camino para devolver ese agradecimiento. Es una novela todo lo que ha pasado. En algunos momentos es muy linda, en otros momentos es exigente.

P.En varias entrevistas comenta que Berlín es un personaje "malo", pero...

R.No, he dicho lo peor, lo asqueroso, impresentable, indecente. He dicho todo lo que se me ocurre para que quede claro que es un bicho apestoso (risas).

P.¿Por qué la gente le tiene tanto cariño?

R.Porque todos somos en gran medida un bicho apestoso, pero queremos creer que no, que somos guays, y que el mundo es el culpable de que no se nos entienda, o eso es mi impresión a veces. El trabajo como actor, en mi propia búsqueda, pasa por meterte dentro y decir: "Ah no, no solo soy guay, también soy asqueroso, apestoso, contradictorio, somos un abanico increíble de cosas". Con Berlín, como no tiene ningún tipo de problema moral, como le da igual la moral convencional, tú ves a alguien que se mete sin frenos en todas esas oscuridades. Pero lo hace por una razón, yo creo, y es porque quiere realmente disfrutar de un momento de luz. O sea, es un personaje muy romántico, oscurísimo, que se permite a sí mismo lo que sea para llegar a la luz. Tiene un afán por sacarle partido a la vida. Y yo creo que en eso estamos todos, pero no nos lo permitimos. Y verlo desde el sofá de tu casa y preguntarte qué es lo que está haciendo... Pero desde el sofá de tu casa te descomprime partes de tu condición, te permite jugar de una forma que además a veces es muy divertida, porque el personaje tiene un sentido del humor a veces muy jugoso. Es como un parque temático de muchas de las cosas que no nos permitimos en la vida. Es como un vale para jugar un rato a hacer cosas que no te permitirías. Pienso que tiene mucho que ver con eso. Pero bueno, es una visión. Es una visión aquí en un minuto. Imagino que hay 20.000 cosas que he caído en un equipo increíble, que alguien supo escribir y darme y entenderme. Hemos establecido un diálogo y el personaje sigue ofreciéndonos cosas, pero claramente es un rol muy poliédrico. Últimamente he dicho varias veces que yo podría ver una función de Shakespeare como en una película española de los 70. El personaje lo metes en cualquier sitio y funciona. Algo tendrá.

P.En tres palabras, ¿cómo podría describir la segunda temporada de Berlín?

R.Vuelve el rock and roll (risas).

P.Me gusta.

R.Sí, yo pienso que es mejor esta, aún no la he visto montada, pero haciéndola, hubo un momento que dijeron que el personaje es demasiado oscuro, que va a estar en el centro y le iban a dar más luz a todo esto. Les dije: "Cuidado, el personaje es peligroso, caótico, pero ha funcionado en comedia romántica, y a mí me ha encantado hacer comedia romántica". Pero ahora se les ha quitado el miedo, y hemos podido darle al thriller, al oscuro, hacer que el personaje sea otra vez, y no perder cosas que han aparecido en la comedia. El rango estilístico es más amplio que nunca, y eso a mí como actor me divierte mucho. Me hace pasar mucho miedo, porque hay saltos en secuencia que empiezan en thriller y acaban en comedia costumbrista y de repente es un puro drama. Que eso no chirríe no es fácil, tiene que parecer fácil, es una cosa que siempre pasa con Berlín, parece que es fácil. Pero técnicamente es muy desafiante. Pienso que esta temporada va a ser más potente que la primera. Lo siento claro. Y en cualquier caso es otra vez un salto, un salto de espaldas. Y además en España. Hemos rodado en España, entonces hay cosas muy simpáticas con lo español.

P.Hablando de España, ¿qué le parece que hayan traído la San Diego Comic-Con a Málaga?

R.Pues ahora lo tengo que ver para tener una valoración, pero cuando yo empecé en esta profesión, uno iba como pidiendo perdón un poco, comparándose con otras culturas cinematográficas, audiovisuales, o de entretenimiento, de lo que fuese. Y siento que ahora aquí puede pasar cualquier cosa. Que de repente la Comic-Con, que estaba en el centro del mundo y era en Estados Unidos, pues qué bien. Antes había que ir fuera para buscar, ahora hay gente que viene a ver lo que haya que ver aquí. Desde el sentido, entiendo que es una buena cosa, que corra la energía, que se sienta.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último