La plantilla docente será estable en nueve centros de zonas deprimidas
Educación y los ayuntamientos de Málaga y Marbella han firmado un convenio para crear medio centenar de puestos específicos en colegios de difícil desempeño
Enseñar en un contexto desfavorable, en el que hay que lidiar con los problemas que el alumno carga en la mochila, que son suyos y también de su familia, no es fácil. Los docentes, mientras son un mucho maestros, tienen que ser además un poco padres, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros y burócratas. Los lazos que se trazan entre el entorno y los profesionales facilita el proceso educativo y la permanencia de los que están implicados en el proyecto resulta esencial. Por ello, los centros que reciben alumnado de zonas deprimidas y que están catalogados "de difícil desempeño" llevan años demandando la estabilidad de su plantilla. Ahora, un convenio suscrito entre la Delegación Territorial de Educación y los ayuntamientos de Málaga y Marbella va a hacer posible la creación de medio centenar de puestos específicos en nueve colegios e institutos.
Impulsado desde el Proyecto Hogar, en el distrito Palma-Palmilla forman parte del convenio cuatro centros del barrio, los CEIP Doctor Gálvez Moll, Cerro Coronado y Manuel Altolaguirre, junto con el instituto Guadalmedina. En el distrito Centro figura el CEIP Nuestra Señora de Gracia, en Puerto de la Torre el CEIP María de la O de Los Asperones y en el Bailén-Miraflores el colegio Severo Ochoa y el IES Carlinda. En Marbella, entra dentro del convenio el CEIP Las Albarizas.
"El fin último del convenio es que estos centros mejoren y se pueda trabajar mejor contra el absentismo escolar", explica David Márquez, jefe de Ordenación Educativa en la Delegación de Educación. "En estos centros, como en el resto, hay plazas no ocupadas de manera definitiva, con el convenio van a pasar a convertirse en puestos específicos", agrega. Los aspirantes a entrar en esta bolsa tendrán que presentar un proyecto que se valorará, junto a sus méritos, en una comisión técnica.
Los que mayor puntuación obtengan "estarán ahí mientras se considere que están haciendo bien su trabajo y no tengan un informe negativo por parte de la dirección del centro", comenta el jefe de Ordenación Educativa y subraya que estos convenios ya funcionan en Sevilla -en el Polígono Sur- y en Huelva. "Hemos visto su modelo y funciona", añade Márquez.
"Es un avance, no todo el mundo está capacitado para estar en zonas de compensatoria y así se garantiza que haya una cierta disponibilidad del profesorado que desempeña su labor en estos centros", considera José López, director del colegio Doctor Gálvez Moll y uno de los promotores de la iniciativa. "Hace falta mucha paciencia, una formación básica en trabajo con niños de todo tipo, y eso no lo da la Facultad sino la práctica docente, y mucha apertura de mente. Estamos trabajando con niños en exclusión, con una situación familiar difícil, con muchas carencias, de distintas culturas, de minorías étnicas y no todo el mundo admite a ese tipo de población", subraya López. También apunta a que la adaptación del docente tiene que ser constante y que ha de estar dispuesto a trabajar en red. "Tenemos mucha relación con las ONG que están con nuestros niños por la tarde, con los Servicios Sociales Comunitarios, con otros organismos, eso nos da mucha información y facilita la labor", dice el director del Gálvez Moll.
En el IES Guadalmedina, también en Palma-Palmilla, tan sólo ocho docentes de los 30 que forman la plantilla están de forma estable, por lo que más de dos tercios del personal docente está de paso. Por ello, será uno de los centros más beneficiados con este convenio que se quiere poner en marcha para el próximo mes de septiembre. "Podremos plantearnos proyectos a largo plazo y tener cierta cuota de éxito", estima Juan Manuel Fernández, director del IES Guadalmedina. "Hace falta que sean personas con alta autoestima, perseverantes, tolerantes, firmes y a la vez flexibles, que empaticen con el alumno, que se acerquen a la realidad y la comprendan. Es una realidad que somete a bastante presión y no todo el mundo quiere, una clase son 60 minutos muy intensos", sostiene.
Este director considera la medida "muy positiva a medio plazo para el alumnado" ya que la calidad aumenta "con un grupo humano implicado, comprometido y con ganas de mejorar la situación". Lo mismo considera Patxi Velasco, director del CEIP María de la O, en Los Asperones. "Es una buena noticia y dentro del modelo educativo es una herramienta muy positiva para la atención a la diversidad", dice, aunque su situación es diferente. En su colegio, por la situación transitoria del asentamiento, ninguno de los 14 maestros tiene allí su puesto definitivo. Ahora todos tendrán que formar parte de la convocatoria pública, pero el convenio "da estabilidad a la continuidad" que desde hace años se respetaba desde Educación.
Por su parte, los ayuntamientos deberán incidir en el absentismo escolar proporcionando alternativas al alumnado expulsado.
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