"Un político condenado o en la cárcel es un fracaso de toda la sociedad"

Leandro Martínez. director de dermatología de los hospitales regional y clínico

Martínez aboga por una Feria que recupere más su identidad malagueña, con menos música comercial y más ritmos tradicionales para que sea una fiesta más auténtica

El dermatólogo, en el edificio del Hospital Civil, donde trabaja.

10 de agosto 2014 - 01:00

A sus 37 años, Leandro Martínez dirige la unidad intercentros de Dermatología del Clínico y el Regional. Asumió el reto en enero pasado, tras la fusión de ambos servicios. Es malagueño. Aquí estudió Medicina e hizo la especialidad en el Hospital Regional. Luego se perfeccionó en los hospitales Ramón y Cajal, en el Gregorio Marañón, de Madrid, y en el General, de Chicago, en Estados Unidos.

-¿Qué siente cuando ve tanta gente tomando el sol a las tres de la tarde?

-Bueno, a mi a esa hora no me pilla tomando el sol. Siento satisfacción porque casi todo el mundo, aunque se expone, ya tiene hábitos lógicos de fotoprotección. El otro día veía a un niño de unos ocho o nueve años con su camiseta de protección y su gorrito, tan normal, jugando. Ves cómo ha cambiado la historia. Aunque todavía uno se asusta, pero ya se asusta menos. El otro día fui a correr a la playa y salían tres jóvenes de veintitantos años quemados como cangrejos...

-¿Hay una franja horaria en la que no debe tomarse el sol?

-Entre 12:30 a 16:30 la intensidad de los rayos ultravioleta es mayor. Pero es una satisfacción ver ya que la gente se pone crema, que repite en lo de ponerse cremas, que usa camisetas, gorros.

-¿A esa hora las playas deberían estar vacías?

-Eso es lo que decimos utilizando una hipérbole. Pero hay gente que solo puede disfrutar de la playa el sábado o el domingo y no se pueden ir y volver. Si tuviéramos que hablar con criterios de fotoprotección, tendrían que estar vacías. Pero como digamos esto no van a funcionar los chiringuitos, ni la playa. Se debe tomar el sol de manera moderada. El problema es que la gente sigue asociando el bronceado a belleza, a bienestar, a verse más guapo. A diferencia de las poblaciones asiáticas que quieren piel blanca, blanca, blanca. Aquí hasta se asocia el bronceado a éxito. La gente busca el bronceado. Cuando no te ven bronceado te dicen 'qué mal aspecto tienes, a ver si coges vacaciones'.

-¿Hay que romper ese mito del bronceado?

-Sí. Pero el sol da salud, es necesario. Es imprescindible para la síntesis de la vitamina D, para la absorción del calcio, provoca la liberación de endorfinas y bienestar. El estado de ánimo se ve afectado positivamente por la exposición solar. Pero no es necesario un exceso en la exposición solar, no hay que abusar. Esa necesidad de sol con 15 o 20 minutos diarios es más que suficiente. Pero en verano, en Málaga, ¿quién no va a disfrutar de la playa, del aire libre, de actividades recreativas? Pero hay que buscar un equilibrio y hacerlo fotoprotegidos con cremas, gorros; evitando la franja horaria de máxima intensidad. Y debo recordar el envejecimiento, que por ahí nos hacen más caso. La piel envejece muchísimo con el sol. Arrugas, manchas, aparición de capilares, pérdida de luminosidad... La piel envejece antes con el sol. Y eso solo hay que verlo con la gente que tiene que exponerse sí o sí, como la de la construcción, los pescadores.

-¿Qué sería Málaga sin el sol?

-¿Qué sería del ser humano sin el sol? Se calcula que en Málaga tenemos más de 300 días de sol al año. Es el paraíso. Sin el sol no sería posible la vida. Pero el exceso no es bueno y el defecto, tampoco.

-Los dermatólogos tratan las enfermedades venéreas. ¿Hay más casos?

Parece que sí. Hubo un tiempo en el que por el miedo atroz al sida la gente usaba más protección. Ese miedo se ha superado por las nuevas alternativas terapéuticas y el sida no es sinónimo de fallecimiento. Pero la gente se ha relajado. Hay más separaciones, mas divorcios, más cambios de pareja. Y hay una relajación. La gente cuando se mueve dentro de un círculo conocido relaja los hábitos de protección y el uso del preservativo, que es el único método que puede evitar la transmisión de enfermedades de origen sexual. Hay una relajación que llama la atención cuando a las consultas acude gente formada, de niveles socioculturales elevados, que no pueden argumentar desconocimiento. Muchas veces ves que el origen de la transmisión es la ausencia en el uso del preservativo. Hay que recuperar ese método porque es la única barrera que puede prevenir el contagio.

-¿Hay que volver al preservativo?

-No debería olvidarse nunca. Y menos por creer que conocemos a la otra persona. Es que son enfermedades de transmisión sexual. En el caso de la mujer, el virus del papiloma humano hay una prevalencia tremenda. Por suerte ahora está la vacuna... Pero entre personas que no tienen pareja estable o relativa promiscuidad, la prevalencia de la infección por el virus del papiloma (VPH) es grandísima. El problema para la mujer es que puede desarrollar cáncer de cuello de útero. Aunque debo aclarar que el preservativo no protege 100% contra el virus del VPH, pero casi. Para el resto de enfermedades de transmisión sexual, sí. Es curiosa esa relajación. Creíamos que esta lección la teníamos aprendida todos, pues parece que no; que hay que volver a septiembre y volver a examinar a todo el mundo. Hay que recordar aquel 'Póntelo, pónselo'.

-Es director de Dermatología de los hospitales Clínico y Regional. ¿Cómo ve la fusión?

-Se nos abren muchas posibilidades, tanto para los profesionales como para los pacientes. Permite, al aunar fuerzas, ofrecer lo máximo al paciente, sumar experiencias, buscar la excelencia. Permite dar la mejor asistencia, unificada y homogénea. Y a los profesionales les permite crecer, complementarse, sumar esfuerzos. En Dermatología es un proceso que se está iniciando. Habrá que hacerlo de manera participativa y con todos los profesionales.

-¿Y cuáles son sus metas?

-Dar una asistencia de la máxima calidad posible y homogénea independientemente del lugar donde viva el paciente. El otro reto es la integración de los profesionales, avanzar en investigación, en procedimientos. Como es lógico, supondrá un esfuerzo para todos.

-Hace años que en el área de Dermatología se aplica la telemedicina con centros de salud para el control de tumores. ¿Va a potenciarse?

-Llevamos unos diez años. Tenemos una Unidad de Teledermatología que nos ha sorprendido por su eficacia y eficiencia. Trabajamos en toda la patología tumoral. Nos permite descartar toda la patología benigna y darle prioridad a las sospecha de tumores malignos. La intención es avanzar en la teledermatología. Hay que estar abierto a cualquier innovación que suponga un beneficio y aprovechar los avances. La idea es ampliarla como una mancha de aceite, progresivamente y trabajar con centros más lejanos. La asistencia está garantizada para todos los usuarios. Pero la teledermatología reduce los tiempos. Ahora trabajamos con cuatro centros del área metropolitana de Málaga, pero la intención es ir a más.

-¿Las listas de espera le quitan el sueño?

-No, no. Nos hacen trabajar y esforzarnos para que siempre estén controladas y podamos dar la mejor asistencia. No nos quitan el sueño. Sería un mal signo si nos quitaran el sueño.

-¿Los proyectos de turismo sanitario tienen futuro?

-Málaga ofrece calidad de vida, sol... Y eso, unido a la gran asistencia que tenemos, ya sea pública o privada y al nivel de los profesionales, puede ser un buen reclamo. Yo creo que estas iniciativas deben de tener futuro si se plantean de forma que respondan a las expectativas de los pacientes.

-¿Nota la crisis en la consulta?

-Posiblemente tenemos más demanda. Supongo que hay gente que antes tenía seguros de salud privados que ahora no pueden costearlos y la sanidad pública siempre les da respuesta. Hay gente que por la crisis, una de las cosas que ha tenido que recortar son las pólizas privadas y por suerte tienen la posibilidad de recurrir a la sanidad pública. Nosotros siempre estamos, para el hijo pródigo, para el hijo y para todos.

-¿Ha usado ya el Metro?

-Aún no, pero sacaré mi bono. Es una infraestructura sensacional para Málaga. Es fundamental para la ciudad; por población, por importancia, por mejorar la movilidad. Pero debe integrar más zonas de la ciudad. Málaga este está olvidada. Creo que eso es importante para el futuro. Sé que llegará al Hospital Civil. Pero hay que enorgullecerse que Málaga ya tenga Metro. Pero debe ser prioritario que llegue al Guadalmedina y a Atarazanas para que el Metro realmente nos sirva.

-¿Y en superficie o soterrado?

-Soterrado, como cualquier Metro. Soterrado, porque los metros van bajo tierra.

-¿Le gusta la Feria?

Me gusta tanto la del Centro, como la del Cortijo de Torres y la taurina.

-¿Qué le cambiaría?

-La Feria del Centro ha mejorado bastante, ha ido mejorando la estética. Pero creo que debería recuperar la identidad de la antigua Feria del Centro, más malagueña, más con las tradiciones y no tanto con la música comercial y las barras, que por suerte las han ido regulando. A mí la Feria del Cortijo de Torres me gusta mucho. Hay un Real muy bueno y es agradable. De día es difícil y se convierte en una Feria de tarde-noche. Es una Feria muy abierta.

-Malaya, Arcos, ERE, Bárcenas, Pujol... ¿Confía en los políticos?

-Sí. La condición humana nos hace generalizar, pero ni todos los políticos son corruptos ni todos los médicos somos buenos. No tenemos que perder la esperanza. El otro día leía un artículo que decía que parece que nos alegramos cuando a los políticos los condenan o entran en prisión. Pero la verdad es que eso es un fracaso total de la sociedad política y de la sociedad civil. Deberían existir menos casos y los que existan, no silenciarlos y aplicar la fuerza de la ley sin excepción. Pero hay que confiar en la clase política y en todos los políticos que son honrados, que trabajan, que son la mayoría.

-¿Cómo se regenera la política?

-Es muy importante que los que no somos políticos participemos. Ya que nos quejamos, tenemos que tener nuestros deberes e implicarnos. Yo veo importante que la clase política sea también sociedad civil en algún momento de su vida. Me llama la atención cuando los políticos no han trabajado fuera de su partido político y no tienen experiencia en el día a día. Creo que es importante que el político se embeba de la sociedad, que trabaje y que una parte de su vida la dedique a la política.

-¿Que no se profesionalicen?

-Quizás el tiempo que se dediquen a la política tendrán que hacerlo de forma profesional porque son muchas las responsabilidades y exigencias, pero ganan mucho las personas que no toda su vida están en política; sino que tienen la experiencia previa y posterior.

-¿Qué haría con el edificio del Hospital Civil?

-Conservarlo y si hay presupuesto, rehabilitarlo. Es una maravilla, no solo arquitectónica; sino para los pacientes y para los profesionales porque se trabaja con calidad de vida. Es la estructura de hospital del siglo XIX, con jardines, aire, grandes ventanales para lo que había entonces, procesos infecciosos en los que se necesitaba salubridad. Trabajar aquí da tranquilidad. No hay ni sensación de hospital y eso es importante para los pacientes. Un estudio en Japón comprobó que los pacientes se recuperaban antes cuando estaban con vistas a jardines o a vistas agradables.

-¿Los contratos al 75% tienen que acabar?

-La nueva consejera está trabajando en esa línea y sé que es una prioridad que en cuanto se pueda de manera presupuestaria esos profesionales volverán al 100%. Hablamos de profesionales con una vocación y una implicación que bien merecen el mayor respaldo contractual que les otorgue la estabilidad económica y laboral. Debe de ser una de las prioridades del SAS volver a los contratos al 100%.

-¿Algo que añadir?

-Que la gente sea feliz, disfruten del verano mucho, pero protegidos en todos los sentidos y que no duden en dejarse la piel en lo que crean, se lo dice un dermatólogo.

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