Presupuestos Ayuntamiento Málaga 2019

El precio de mantener a Málaga digna con 570.000 habitantes

  • El Ayuntamiento de Málaga prevé gastar 821 millones de euros este año

  • El 40% se va en personal, pero hay que pagar luz, agua, limpieza...

  • El mayor ingreso procede del IBI

Varias personas pasean por la calle Larios en Málaga.

Varias personas pasean por la calle Larios en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

Málaga capital tiene 570.000 habitantes empadronados y, al margen, recibe a centenares de miles de personas cada año por todo tipo de motivos. Tener una ciudad en condiciones dignas sale muy caro, hasta el punto de que la partida de gastos del Ayuntamiento de Málaga recogida en el presupuesto de 2019 asciende a 821 millones de euros, pero es necesario para mantener la calidad de vida y los servicios que se pueden disfrutar. Y eso sin contar con lo que aportan la Junta de Andalucía, el gobierno central, la Diputación y otros entes en sus respectivas competencias, como la sanidad o la educación.

A la hora de hablar de un presupuesto público normalmente se pone la atención en el capítulo de inversiones, en los nuevos proyectos a desarrollar en su calle, su barrio, en la ciudad. Pero las inversiones son un grano de arena dentro del presupuesto. De hecho, en el de 2019 se contemplan 78 millones de euros, el 9,5% del total, y muchas de ellas son repetidas de ejercicios anteriores porque no se han llevado a cabo. 

¿En qué se va el 90,5% de los gastos del Ayuntamiento de Málaga, es decir, 743 millones de euros? El 40% del presupuesto (334,2 millones de euros) se destina a las nóminas de los trabajadores, correspondiendo la mayor partida (111,4 millones) a la retribución básica del personal laboral fijo y 73,3 millones de euros a los pagos correspondientes a la Seguridad Social. A eso hay que añadirle un extenso número de apartados dentro del capítulo uno de gastos de personal. Solo en complementos específicos de los funcionarios hay que gastar 37,4 millones de euros, más de ocho millones se van en abonos por productividad o 5,5 millones en trienios. En el presupuesto hay también 1,3 millones de euros para gratificaciones o 312.000 euros para ayudas escolares. Más de 330 millones de euros al año es mucho dinero, pero esos más de 2.500 empleados –que van desde arquitectos o administrativos hasta policías, agentes sociales o bomberos– son los que permiten que la ciudad funcione.

Luego está el capítulo dos, el de gastos en bienes corrientes y servicios, en el que hay previsto gastar 319 millones de euros de los cuales 107, un tercio del total, son para tener la ciudad limpia. Posiblemente nunca se haya parado a pensar cuánto cuesta tener la capital a pleno rendimiento todos los días del año. Solo en luz, la factura al ayuntamiento de Málaga es de 21 millones de euros. El consumo de agua es casi un millón de euros, el de gas 2,7 millones, el de combustible para los vehículos de propiedad municipal 7,8 millones, en el vestuario de los empleados que lo requieran se invierte otro millón de euros, en reparaciones y labores de mantenimiento de todo tipo se gastan más de 50 millones de euros, en productos de limpieza son 290.000 euros, en seguros de los vehículos 2,4 millones... Si usted en su casa tiene numerosos recibos al mes, se puede imaginar los que llegan al ayuntamiento.

Pero, como en cualquier familia, para poder pagar todo eso también llegan ingresos y es la obligación del equipo de gobierno que, al menos, sean tan altos como los gastos para evitar el mayor endeudamiento posible e incluso acabar en la quiebra, como se ha visto en algunos consistorios durante los años de crisis y la pérdida de ingresos por convenios urbanísticos. El presupuesto municipal para 2019, que se espera aprobar este mes de julio, estima un ingreso total de 823,5 millones de euros, casi un par de millones más que los gastos para que haya un pequeño colchón.

Para tener todos los servicios que necesita una ciudad que quiere ser puntera como Málaga hay que pagar impuestos y, dentro de ellos, el más importante para todos los consistorios es el de Bienes Inmuebles (el famoso IBI), con el que se esperan recaudar 123 millones. En total, por impuestos directos Málaga prevé ingresar 243 millones de euros.

Otra fuente de dinero son las tasas y servicios públicos. Esto es un cajón de sastre en el que se incluyen desde las multas de tráfico (por las que se estima percibir 13 millones de euros) hasta la celebración de bodas civiles en el Ayuntamiento (unos 24.000 euros). En este apartado, en el presupuesto se afirma que se ingresarán 33,2 millones de euros por el transporte público –en este caso el Consistorio tiene que poner casi 30 millones extra para que la EMT pueda ser viable–, 8,9 millones por la concesión de licencias urbanísticas, 4,5 millones por la recogida de basura, ó 3,1 millones por las visitas a la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro. Se incluyen, casi como anécdota, 316.000 euros que deberán pagar desde este año los propietarios de viviendas turísticas como tasa de basura, aunque este tema está en los tribunales.

Tener una ciudad civilizada y moderna tiene un precio, que se paga con gusto si el dinero público se emplea bien. Cada uno de los ciudadanos lleva un pequeño alcalde dentro que piensa en qué se debe invertir dinero y en qué no. Pero el día a día es el que es y nada es gratis.

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