Un proyecto de Málaga que busca controlar células vivas con estímulos externos recibe una ayuda de 1,7 millones
El investigador del Ibima y del Hospital Regional Juan Luis Paris consigue la prestigiosa ERC Starting Grant de la Unión Europea
El proyecto para el búnker de protonterapia para tratar el cáncer en el Hospital Regional de Málaga está terminado
Un proyecto de vanguardia dotado con una ayuda de 1,7 millones de euros de la Unión Europea aspira a desarrollar en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) una tecnología para controlar células vivas dentro del cuerpo usando nanotecnología y señales como la luz o el ultrasonido. El investigador Juan Luis Paris, profesional del servicio de Alergia del Hospital Regional de Málaga, ha sido galardonado con una ERC Starting Grant, una de las ayudas más competitivas y prestigiosas de la UE, destinadas a proyectos altamente innovadores liderados por investigadores jóvenes con trayectorias prometedoras.
El proyecto abre una nueva frontera para la medicina del futuro: el control remoto y flexible del comportamiento de células vivas a través de estímulos externos como la luz, los campos magnéticos o el ultrasonido, ha señalado este jueves Ibima en un comunicado. "La idea es poder seguir dando órdenes a las células terapéuticas una vez que ya están en el cuerpo del paciente. Así podríamos adaptar su actividad en tiempo real si cambian las condiciones clínicas", ha explicado el investigador.
El reto que aborda este proyecto parte de una gran limitación en las terapias celulares actuales: una vez administradas las células al paciente, no es posible reprogramarlas o ajustar su comportamiento si aparecen complicaciones o si el tratamiento no progresa como se esperaba. La iniciativa propone introducir ensamblajes de nanopartículas capaces de responder de manera específica y diferenciada a estímulos externos, liberando señales químicas dentro de las células para inducir funciones concretas.
Esto permitiría, por ejemplo, activar o desactivar determinadas respuestas celulares según convenga en cada momento del tratamiento, lo que supondría un avance transformador en campos como la inmunoterapia o la medicina regenerativa. A diferencia de tecnologías previas como la optogenética —que consiste en modificar células mediante ingeniería genética para introducir elementos que respondan a la luz y que, habitualmente, solo permiten controlar una función celular a la vez—, este proyecto aspira a regular múltiples funciones celulares de manera independiente y sin interferencias entre ellas.
Para lograrlo, se propone combinar estas estrategias con nanopartículas diseñadas para responder a distintos estímulos externos. El proyecto constará de dos fases: una prueba de concepto en líneas celulares modelo, seguida de estudios aplicados en dos contextos clave como son la inmunología y la medicina regenerativa. "Con esta tecnología podríamos llegar a un punto en el que sea posible programar las células del paciente para responder a nuestras órdenes, incluso días o semanas después de haberlas administrado", ha destacado Juan Luis Paris.
Además del potencial en medicina personalizada, el enfoque de este proyecto también podría aplicarse en otros campos donde las células vivas actúan como herramientas, como la biotecnología industrial o el desarrollo de modelos avanzados de enfermedades in vitro.
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