Proyectos pendientes de ejecutar en el puerto de Málaga

El puerto por hacer

  • Muelle Heredia, cuyo desarrollo se abre de nuevo a discusión, se suma a las piezas pendientes dos décadas después de aprobarse el Plan del Puerto

  • El Auditorio y la marina de San Andrés, los otros proyectos a desarrollar

Infografía de la 'city' empresarial que se plantea en el muelle 4 del puerto de Málaga.

Infografía de la 'city' empresarial que se plantea en el muelle 4 del puerto de Málaga.

22 años después de que fuese aprobado de manera definitiva el Plan Especial del Puerto, posteriormente revisado casi hasta la extenuación, se abre un escenario casi futurista del desarrollo de los suelos aún pendientes de ocupación. En estas dos décadas, la operación puerto-ciudad ha permitido que Málaga conquiste buena parte del recinto portuario, haciendo suyos los muelles 1 (centro comercial) y 2 (Palmeral de las Sorpresas) y convirtiendo el muelle de Levante en base para la llegada de cruceros a la capital de la Costa del Sol. Y a pesar del evidente avance, quedan pendientes las piezas de mayor simbolismo y trascendencia para la urbe: muelle 4, San Andrés y el terreno ganado al mar en el dique de Levante.

Los terrenos localizados en la parte más al oeste del puerto son los espacios de crecimiento natural de la urbe. En lo empresarial, en lo cultural, en lo turístico. Las próximas décadas se adivinan claves para que el impulso definitivo de estos privilegiados emplazamientos, en los que se piensan desde años atrás el nuevo auditorio, una marina deportiva y, ahora, una gran ciudad empresarial.

El ejercicio teórico firmado por el arquitecto Ángel Asenjo, tras el encargo realizado por el alcalde, Francisco de la Torre, pone en valor la trascendencia del suelo de Muelle Heredia. Su apuesta por instalar en este espacio un nueva city con 15 torres de 6, 12 y 18 plantas, difícilmente acabará materializándose. Porque a la envergadura de una operación de esta dimensión, con un techo de 150.000 metros cuadrados, se añade la complejidad burocrática que supone actuar sobre terreno portuario, incluyendo usos que, como el hotelero, en última instancia necesitarían del visto bueno del Consejo de Ministros.

El valor real de la labor de Asenjo se asienta más que en lo que visualmente tiene de atractivo (o no) el juego de infografías, en el elemento cierto de que, ahora o más adelante, el crecimiento pasa por asentarse en esta franja de terreno junto al mar. Objetivamente, no parece que el Puerto, que en última instancia tiene en su mano avanzar o no en esta intervención, vaya a dar luz verde a una transformación cuya huella se dejaría sentir en la totalidad del muelle.

La disposición de los actuales responsables del organismo, con Carlos Rubio al frente, pasa más bien por aceptar una relectura de la actuación primaria, abriendo la puerta a ampliar a hasta 50.000 metros cuadrados el techo del sector, casi duplicando lo que tiene asignado el planeamiento urbanístico vigente. Es la primera de las dos alternativas a las que da forma Asenjo en su informe urbanístico, en el que la concibe como previa a un potencial y futurible desarrollo mucho más ambicioso.

Diseño del Auditorio proyectado en la zona de San Andrés. Diseño del Auditorio proyectado en la zona de San Andrés.

Diseño del Auditorio proyectado en la zona de San Andrés.

La materialización de esta alternativa requerirá de un nuevo ajuste urbanístico. El enésimo cambio respecto a las previsiones originales de un planeamiento que poco o nada tiene que ver hoy con lo que se pensó en su día. La ampliación del complejo de oficinas y comercial de Muelle Heredia, con aspiraciones a incluir hotelero, supone una novedad apreciable en lo que se contempló dos décadas atrás.

Algo semejante ocurre con la torre hotelera de 150 metros que se promueve en la zona del dique de Levante, cuyo ajuste es objeto de una modificación de elementos para hacer posible su construcción. Un trámite que se alarga ya en el tiempo desde hace más de un año y que requerirá, una vez superado el análisis por parte de la Gerencia de Urbanismo, del visto bueno del Consejo de Ministros.

Aunque las miradas se posan estos días sobre los terrenos del muelle 4, las asignaturas a las que tiene aún que dar respuesta el Puerto, de la mano del Ayuntamiento, son numerosas. La más inmediata, de acuerdo con la estrategia portuaria, pasa por activar la licitación en las próximas semanas del concurso para la construcción y explotación de la marina deportiva de San Andrés, con unos 660 puntos de amarre.

La iniciativa se recupera tras fracasar la primera tentativa, ante la incapacidad de los adjudicatarios originales de ir adelante con una infraestructura valorada en aquel entonces en unos 24 millones de euros. Transcurridos once años desde que fue adjudicado, la posibilidad de ampliar a 50 años el plazo concesional juega a favor claramente de los intereses de la Autoridad Portuaria. Rubio juega sobre seguro, sabedor de la existencia de varios grupos interesados en concurrir al concurso.

Hotel previsto en la zona del dique de Levante. Hotel previsto en la zona del dique de Levante.

Hotel previsto en la zona del dique de Levante.

Una licitación que se dará casi la mano en el tiempo con el arranque de las obras de otra infraestructura significativa para el puerto, los atraques de megayates recientemente adjudicados a un consorcio liderado por la multinacional Igy Marinas, el principal promotor mundial de este tipo de instalaciones. Los datos manejados ponen de relieve la repercusión que tendrá esta actuación, que en el conjunto de los veinte años de concesión dejará del orden de 30 millones en las cuentas portuarias. Pero los estudios económicos elevan a unos 104 millones el impacto económico anual del proyecto. Serán 31 atraques, dos de ellos para embarcaciones de 100 metros de eslora.

Pero si hay una operación que concita el interés de la ciudad y, en particular, del alcalde, Francisco de la Torre, esa es la de la Auditorio. Proyectado desde hace más de una década, el regidor persigue desde hace años la recuperación de la iniciativa. Es tal su convencimiento que pretende que este mismo año sea objeto de licitación.

Antes, no obstante, tendrá que formalizar un acuerdo con el Puerto, propietario de los algo más de 40.000 metros necesarios para este equipamiento. Las negociaciones existentes avanzan por buen camino, con la obligación por parte del Consistorio de compensar con terrenos logísticos en las proximidades de Los Prados a la Autoridad Portuaria. Será en ese momento cuando, definitivamente, De la Torre tendrá vía libre para activar el auditorio.

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