Un ratón obliga a aterrizar y desalojar un avión con destino Málaga en Dinamarca
Los viajeros continuaron el viaje en otra areonave
Desalojan un avión con destino a Málaga por un altercado con dos pasajeros que protestaron porque en el suelo había restos de galletas
Sorprendente suceso el que ha experimentado el pasaje de un vuelo con destino a Málaga. La presencia de un ratón, que al parecer apareció en la comida de una pasajera, ha obligado a un avión que se dirigía a la capital de la Costa del Sol a aterrizar en Dinamarca, según ha asegurado un portavoz de la compañía aérea Scandinavian Airlines System (SAS), operadora del vuelo, a la agencia AFP.
A tenor de los datos facilitados por la compañía, la aeronave volaba el pasado miércoles desde Oslo, capital de Noruega, hasta Málaga, cuando el roedor fue descubierto a bordo del pasaje y obligó a parar de imprevisto en Copenhague. Por protocolo, los pasajeros realizaron el resto del viaje en otra aeronave, y se procedió a realizar una inspección en la que apareció el pequeño polizón.
"Lo crean o no, una señora sentada a mi lado abrió su comida y un ratón apareció de un salto", publicó uno de los viajeros en su perfil de Facebook.
Desalojan un avión con destino a Málaga por un altercado con dos pasajeros que protestaron porque en el suelo había restos de galletas
Cabe recordar que no es el único imprevisto surgido en las últimas semanas en un avión con destino a Málaga. La noche del 28 de agosto una mujer que volaba de Barcelona a Málaga, acompañada por un hombre, protagonizó un altercado a pocos minutos de que partiera el avión que obligó al desalojo de todos los pasajeros. El desencadenante, que el suelo donde se ubicaba su asiento supuestamente tenía restos de galletas, acomodándose sin permiso en otra butaca más espaciosa y que suponía un coste adicional, según pudo saber Málaga Hoy.
La aeronave de la compañía de bajo coste Vueling tenía previsto partir sobre las 22:10 desde el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y aterrizar en Málaga apenas una hora y media después. Si bien, varios retrasos demoraron el embarque. Sobre las 23:05, los viajeros esperaban ya en sus asientos asignados a que el avión despegara cuando una mujer llamó la atención de una azafata para protestar por la suciedad que había en la moqueta de su parcela. Según manifestó, había restos de galletas.
La empleada le habría pedido disculpas y justificado que se debía a la rapidez entre un vuelo y el siguiente, además de darle la opción de poner una reclamación. Parecía que la cosa había quedado ahí y la mujer, acompañda por un hombre, se había quedado conforme con las explicaciones de la tripulación cuando se cambió a un asiento que era más espacioso y requería un añadido económico en el precio del billete.
Otra azafata, tras comprobar que la mujer se había sentado en otra butaca que no le correspondía, le pidió en repetidas ocasiones que volviera a su asiento a pesar de la negativa de la viajera, que insistió en que no acataría la orden si no limpiaban el suelo. En este contexto y con el resto de pasajeros indignados por la actitud de la mujer, el hombre que la acompañaba en el vuelo advirtió a la tripulación de que no se cambiaría de sitio, por lo que el comandante dio aviso a la Guardia Civil y ordenó la expulsión de la pareja de la aeronave al considerar que "no eran aptos para el vuelo", han precisado fuentes del Instituto Armado.
A la llegada de los agentes, ambos individuos continuaron negándose a abandonar el avión. Es por ello que la patrulla ordenó el desalojo completo del avión y acompañó fuera a los supuestos responsables del altercado, a quienes se les prohibió volver a embarcar y viajar en ese vuelo. Desde el Instituto Armado han explicado que no resultaron detenidos; tampoco consta que fueran sancionados a la espera de que la aerolínea o el propio comandante puedan presentar denuncia contra ellos.
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