Remodelación de La Rosaleda o la promesa de un nuevo estadio en Málaga sin ubicación ni plazos

Si algo deja en claro la renuncia a que Málaga sea sede del Mundial 2030 es, además del fracaso de las tres administraciones que estaban implicadas, es que la ciudad necesita un estadio acorde a una urbe de 600.000 habitantes y una provincia de 1,8 millones. Porque la falta de una infraestructura deportiva a la altura y el ajustado tiempo para conseguirlo es el principal motivo de dejar caer la sede. El alcalde, Francisco de la Torre, se ha comprometido –verbalmente, eso sí– a la remodelación del estadio o a la construcción de uno nuevo. Pero sin fechas ni plazos.

"Cuando algo se dice públicamente, eso lo hace vinculante", ha dicho De la Torre tras afirmar que hay un compromiso "como propietarios [por el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y la Diputación] firme de que habrá un nuevo estadio ya sea en La Rosaleda o en otra ubicación". Sin decir que son innumerables las veces que en política lo que un día se dijo al otro es papel mojado y los compromisos no valen demasiado si no van acompañados de presupuestos y licitaciones.

De momento, el regidor ha abierto dos opciones: bien continuar con la remodelación de La Rosaleda, ya sin las complicaciones del férreo y apretado calendario que exigía el Mundial, "los tiempos eran un condicionante pero ya no lo tenemos", bien en otro lugar distinto a La Rosaleda. "Ahora no está la limitación de 2030, 2031, 2032 o 2033", también ha señalado De la Torre, dejando abierta una posibilidad que podría demorarse tanto como la solución al Guadalmedina, que viene siendo un compromiso adquirido programa electoral tras programa electoral.

También ha abierto el alcalde el melón del club y su propiedad, señalando que con este calendario abierto hay posibilidad de que cambie la propiedad del club y este nuevo e hipotético dueño –toda vez que el equipo sigue siendo del jeque Al Thani y está inmerso en un complicado y tedioso juicio por este mismo motivo– aporte en la futura infraestructura deportiva. Cabe recordar que el económico ha sido también uno de los motivos del retraso en las obras de La Rosaleda, en tanto que se buscaron privados que pudieran aportar para aligerar el montante a aportar por Junta, Diputación y Ayuntamiento.

"No tenemos ni estadio ni club a la altura de la ciudad", ha dicho De la Torre, el único en intervenir en una rueda de prensa en la que también estaban Carlos García, delegado de la Junta de Cultura y Deporte, y Cristóbal Ortega, vicepresidente de la Diputación de Málaga. "El Mundial es algo que habría venido bien, pero sin un estadio ya hecho es difícil", se ha lamentado el regidor.

La oportunidad, cuando se decida tomar, pasa por rehacer el coliseo actual cuya ventaja es "que es un estadio metido dentro de la ciudad y que se puede ir con transporte público e incluso ir andando". Pero también por un nuevo estadio en el que poder "actuar con visión de futuro y no con visión de Mundial, pero implicaría salir fuera [de la ciudad], haremos lo necesario para ello", ha indicado el alcalde. También ha asegurado que de los 705.000 euros que se comprometieron por las administraciones para los estudios, puede dedicarse lo que aún no se ha gastado en un nuevo informe que determine cuál sería la mejor opción.

Aunque el alcalde no ha señalado ninguna opción ya hay una zona que ha sonado recurrentemente: Puerto de la Torre. Y más precisamente una parcela en San Cayetano. Esta opción tenía varios puntos a favor, entre ellos no estar encajonada ya por construcciones preexistentes o estar junto al río Guadalmedina, como sí lo está La Rosaleda. También sería más barata la obra. Pero habría que hacer urbanización y toda la infraestructura como los aparcamientos o llevar el transporte público hacía allí, lo que implicaría un esfuerzo mayor. En su momento se descartó esta opción porque era imposible llegar para el Mundial. Ahora, vuelve a abrirse. Aunque sin un plazo marcado en el calendario.