Los mineros cumplen con los plazos previstos
Rescate de Julen en Totalán
La brigada alcanza el primer metro de los cuatro que tiene que excavar para acceder al punto donde se cree que puede estar atrapado el niño
Málaga/Jueves. Undécimo día. Los ocho integrantes de la Brigada de Salvamento Minero desplazada desde Asturias hasta Totalán ultiman el rescate del pequeño Julen, atrapado en un pozo desde el domingo día 13. La Subdelegación del Gobierno confirmaba a las 17:50 de este jueves que los efectivos acababan de acceder al pozo vertical para comenzar manualmente la excavación de la galería horizontal que conecte con el orificio en el que se precipitó el niño hace 11 días. Lo hicieron con mucha energía y tras haber permanecido concentrados en la tienda en que se les habilitó en la zona, según explicaba el responsable de los voluntarios que estos días han participado en los movimientos de tierra, Juan Arrabal.
A las 23:30, ya habían excavado el primer metro de los cuatro que tienen por delante, por lo que están cumpliendo con plazos inicialmente marcados, que fijaban la perforación manual en un tiempo de entre 22 y 24 horas.
Sienten la presión, aunque se saben arropados y están totalmente concentrados en su trabajo. Los operarios que hacían los movimientos de tierra se marcharon sobre las 12:30 del tajo para dar paso a los rescatadores. “Ningún minero se queda en la mina, y Julen en estos momentos es un minero”, ése es el espíritu de la brigada, según declaró a Efe el delegado del Colegio de Ingenieros de Minas del Sur en Málaga, después de que los efectivos tomaran el protagonismo en la fase final del rescate.
Durante la mañana, un geolocalizador aseguraba la correcta posición de la ventana del entubado desde la que se tenía que comenzar a hacer la galería horizontal antes de que los mineros iniciaran el descenso en la cápsula. El sistema permitiría confirmar que la ventana del entubado desde la que se tiene que comenzar a hacer la galería horizontal esta alineada con el pozo en el que esta Julen. El objetivo es que la galería que tienen que cavar no se desvíe y llegue al pozo donde está el niño.
Los mineros bajaron en una cápsula expresamente construida para este operativo. En el túnel vertical entran de dos en dos en turnos de 30 minutos. Tienen que trabajar de rodillas y con bombonas de oxígeno, en condiciones de extrema dificultad. Hoy continuarán excavando una galería horizontal de unos cuatro metros que conecte el túnel con el que está Julen. La actuación se lleva a cabo desde una ventana a los 70 ó 72 metros de profundidad. La estimación, pese a que los responsables del operativo ya advirtieron este jueves que no darían más plazos, es que las tareas se prolonguen durante unas 24 horas, pero el tiempo dependerá de la composición geológica del suelo. Pueden avanzar rápido, si el terreno es blando, o lento, si se topan con roca dura. El dispositivo cuenta incluso con el apoyo de expertos en explosivos de la Guardia Civil por si hubiera que hacer microvoladuras, en este último caso.
La brigada excavay asegura el techo de las paredes laterales de la galería horizontal. “Es una labor típica minera del siglo pasado. Una labor artesanal de siempre en la minería”, según declaró el que fuera jefe de la brigada de salvamento entre 2005 y 2009, Santiago Suárez.
El ritmo y el tiempo de esa labor lo determina la dureza del terreno. Trabajan, además, en pendiente para que el material que coma a la montaña caiga hacia el fondo. Cuando lleguen al túnel vertical, meterán una cámara para observar hacia arriba y hacia abajo a fin de localizar al niño.
El plan B, si encuentran roca dura, es realizar esas microvoladuras. Los Tedax de la Guardia Civil y la brigada de salvamento minero habitualmente colaboran en este tipo de rescates. Los mineros de dos en dos porque no hay espacio para un despliegue mayor dentro del túnel. Cuentan con el apoyo logístico del Consorcio Provincial de Bomberos, que entre otras tareas tienen que garantizar la ventilación.
Los mineros salieron sobre las 8:30 del hotel de Rincón de la Victoria en el que están alojados y llegaron a los 8:50 al Cerro de la Corona en medio de una gran expectación. Para esta misión utilizan pala, pico y martillo neumático, que pesa unos ocho kilos. Pero además tienen que transportar un equipo autónomo para respirar que pesa otros 14. En total cargan unos 22 kilos cada uno. El equipo de respiración se usa en caso de falta de oxígeno y recicla el aire que consume para darle autonomía de entre 2 y 4 horas.
El operativo de rescate cumplió este jueves 11 días. Ha estado plagado de contratiempos, primero por el tipo de terreno del cerro, que alternaba zonas de suelo blanda con otras de roca dura. Segundo, por los salientes del túnel vertical paralelo al pozo que tuvieron que ser rebajados por los ingenieros para concluir el encamisado. Hacer ese orificio ha llevado casi cinco días, entre el perforado y el entubado. Este ultimo paso ha sido para garantizar la seguridad de los rescatadores. Una complicada obra de ingeniería que suele llevar meses pero que se ha tenido que hacer contra reloj en apenas unos días para poder rescatar a Julen.
El proceso de entubado de los 60 metros del pozo vertical construido concluyó poco antes de las 6:30 de la mañana de este jueves. A partir de ese momento se procedió a añadir los 12 metros de tubo sobre la boca del túnel y a rellenar el espacio alrededor de este cilindro para crear la plataforma de acceso en esa cota.
Poco antes de las 14:00, desde la Subdelegación del Gobierno informaron de que se ponía fin a los trabajos de acondicionamiento de la plataforma para entrar en el pozo paralelo al que se encuentra Julen. De esta forma, se comenzaba a desplegar el dispositivo de rescate, formado por ocho efectivos de Salvamento Minero desplazados desde Asturias; 10 guardias civiles (ocho especialistas de Montaña y dos de Actividades Subacuáticas); y ocho bomberos del Consorcio.
“Hay un gran optimismo, muchísimo ánimo por encontrar el lugar donde se encuentra Julen”. El portavoz de la Guardia Civil, Jorge Martín, explicó este jueves por la noche cómo se encuentran los ánimos en el grupo de rescate que intentará llegar hasta el pequeño.
La Brigada de Salvamento Minero de Asturias es un cuerpo de élite especializado en rescates subterráneos. Forman parte de un equipo entrenado en rescates en túneles y minas, capaz de intervenciones sin visibilidad y en atmósferas irrespirables. El grupo se creó en 1912 a instancias de la empresa Duro Felguera. Luego se fueron uniendo otras compañías mineras para sumar fuerzas, tener mejores medios e incrementar su eficacia frente a los accidentes. De modo que con los ocho rescatadores desplazados, más de un siglo de experiencia se pone al servicio de un dispositivo sin precedentes en la historia de España: el rescate de Julen.
El equipo ha salvado muchas vidas desde que actuara por primera vez en una explosión de grisú en el pozo de María Luisa, en Langreo. También ha rescatado fallecidos, como en una de sus últimas intervenciones, la del espeleólogo muerto en una cueva de Galdames (Bilbao), en 2017.
La brigada tiene su sede en el pozo Fondón, en Langreo (Asturias). Allí hay un circuito de entrenamiento de situaciones extremas, como galerías en las que tienen que ir tanteando o túneles tan estrechos en los que apenas caben con el equipo. Los trabajos de rescate para sacar al niño del pozo en el que cayó el domingo 13 de enero se erige en una obra de ingeniería sin precedentes que se ejecuta a ciegas y sin estudios previos –por la urgencia de rescatar a un niño de 2 años caído en un pozo de Totalán– y que ha movilizado a más de trescientas personas.
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