Municipal

El Ayuntamiento cede a la presión y se abre a reestudiar el plan antirruido en el Centro

  • Los hosteleros manejan actuar el día de encendido de Navidad: “o cerramos o mantenemos abiertos los locales las 24 horas”

  • Del Río habla de crear una mesa de trabajo sobre las ZAS

Protesta de Mahos en asamblea por el plan contra la contaminación acústica

Protesta de Mahos en asamblea por el plan contra la contaminación acústica

El amago de cierre patronal anunciado anunciado hace un par de semanas por el sector de la hostelería de Málaga capital en protesta por la decisión del Ayuntamiento de declarar 98 calles del Centro y cinco de Teatinos como zonas acústicamente saturadas (ZAS), empieza a surtir efecto. La solidez con la que el equipo de gobierno del PP venía defendiendo la validez del plan para reducir el ruido en estas vías queda sensiblemente rebajada en el momento en que el concejal de Medio Ambiente, José del Río, admitió la posibilidad de reestudiar la hipotética aplicación de una moratoria a la concesión de licencias para la apertura de nuevos bares y restaurantes en los puntos afectados.

La cesión del Ejecutivo local choca con los diversos acuerdos plenarios a favor de la aplicación de las ZAS, el último de ellos para dar luz verde inicial a esta propuesta. Curiosamente, Del Río transmitió esta reapertura de planteamientos en el mismo espacio en el se celebró la asamblea en la que el colectivo Mahos la posibilidad de ir a la huelga.

El edil acudió en sustitución del alcalde, Francisco de la Torre, que horas antes había sido invitado por el presidente de la asociación, Javier Frutos. Tras permanecer más de una hora esperando, Frutos le comunicó a Del Río la negativa de los asistentes a que accediese, arguyendo "que era una falta de respeto que el alcalde no hubiese acudido".

Ya sin Del Río en la sede de la Cámara de Comercio, donde se dio cita más de un centenar de hosteleros, Frutos informó de las determinaciones adoptadas. Finalmente, la cita no sirvió para acordar un paro del sector ni para todo lo contrario. En concreto, el sector se da una semana más de plazo antes de, previsiblemente el próximo 13 de noviembre, volver a reunirse en asamblea con el fin de votar sobre dos medidas concretas a aplicar el 30 de noviembre, coincidiendo con el encendido del alumbrado de Navidad. "O cerramos o permanecemos abiertos las 24 horas del día", dijo de manera resumida el presidente de Mahos.

Sea cual sea la determinación final, siempre que no haya un acercamiento cierto con el Ayuntamiento, la incidencia que tendría sobre la actividad del casco antiguo se antoja importante. El propio Frutos fue claro al indicar que se opta por esa fecha por ser la noche del encendido y por lo que supondría un centro "sin terrazas o con terrazas todo el tiempo para la concienciación social". "Ese día el Ayuntamiento hará un gran evento en el cual habrá música, alumbrado y los niveles acústicos se superarán con creces; creemos que es un buen día para reivindicar lo que pedimos", defendió, al tiempo que consideró que la situación "no es grata".

La decisión de alargar la decisión final está directamente relacionada, según admitió el propio representante del colectivo, con la disparidad de opiniones existentes entre los hosteleros respecto al camino a tomar. Sobre el particular, señaló que del orden del 50% de los presentes en el cónclave no parecía tener claro que lo mejor fuese el cierre patronal. Ganado este tiempo, se espera que los indecisos puedan aclarar sus posiciones.

Otra conclusión de la asamblea de los hosteleros es la disposición a aceptar la mano tendida al diálogo tendida por el Ayuntamiento. Aunque con condiciones. Y la principal es que el sector sólo se sentará a hablar con el alcalde como interlocutor. "Nos hemos reunido en suficientes ocasiones con distintas concejalías, sobre todo la de Medio Ambiente, y hemos llegado a un punto en el que nos abrimos al diálogo sólo en la persona del alcalde", dijo Frutos, quien invitó al regidor a acudir a la reunión de la próxima semana.

Y mientras estos asuntos eran objeto de debate en el interior del salón de plenos de la Cámara de Comercio, el concejal de Medio Ambiente hacía ver a los medios de comunicación la postura del Ayuntamiento. Si bien el edil insistió en que el estado en el que se encuentra la normativa es inicial, teniendo que ser sometida a alegaciones, se mostró partidario ahora de crear una mesa de trabajo en la que sentar a todos los actores implicados, entre ellos empresarios y vecinos, con el fin de profundizar en las medidas finales de las ZAS.

"La ciudad no se merece un cierre patronal", dijo Del Río, que se mostró partidario de no aprobar ninguna acción que genere un claro desequilibrio en contra de los empresarios. El apunte se centró en la preocupación generada entre los hosteleros por la "interpretación" que se puede hacer del artículo 11.2 del decreto de la Junta de Andalucía que regula las modalidades, régimen de apertura o instalación y horarios de apertura y cierre de los establecimientos.

El mismo acota la ubicación de las terrazas de los bares “preferentemente en áreas no declaradas zonas acústicas especiales y que además sean sectores con predominio de suelo de uso recreativo, de espectáculos, característico turístico o de otro uso terciario no previsto en el anterior, e industrial”. Es decir, que podría abrir una vía a la no renovación de las autorizaciones de terraza a los establecimientos asentados en las 98 calles consideradas acústicamente saturadas.

A esto añade la necesidad de que para permitir estas instalaciones en las denominadas ZAS, la decisión "deberá estar motivada en el cumplimiento de los objetivos de calidad acústica en las áreas de sensibilidad habitada”. La lectura inicial que hace el Ayuntamiento de este artículo no parece ir en la línea de la que sí hacen ya alguno colectivos vecinales. De hecho, Del Río fue claro al afirmar: "no se van a levantar las terrazas".

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