La ruta de tres ladrones por los supermercados de Málaga: detenidos con 600 euros en productos robados
Desde detergente hasta quesos y desodorantes, la Policía intervino un vehículo atestado de artículos
Bandas organizadas convierten los supermercados de Málaga en su terreno de caza
Primero fue un carrito que entró y salió sin pasar por caja. Luego, una mochila que se llenaba y vaciaba con una precisión casi profesional. Los policías locales, sigilosos y de paisano, apenas tardaron en detectar que algo no encajaba. Un vehículo gris que se detenía frente a supermercados distintos, un hombre que deambulaba con paso tranquilo y dos mujeres que aguardaban dentro su momento. La escena se repitió tantas veces que acabó por confirmar las sospechas: no era una coincidencia, sino una ruta de presuntos hurtos perfectamente planificada. Tres detenidos y un coche atestado de artículos de droguería y alimentación, según fuentes próximas al caso.
La actuación del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga daba comienzo hace unos días. Una vigilancia rutinaria terminaría destapando una cadena de hurtos. Los agentes, según fuentes próximas a los hechos investigados, detectaron un turismo sospechoso que realizaba sucesivas paradas en varias tiendas de alimentación de la capital. El patrón se repetía: un hombre se apeaba con una mochila al hombro, entraba en la tienda de alimentación en la que había fijado su atención y regresaba, minutos después, con el mismo bulto, pero rebosante. En el exterior, sus dos compinches le daban cobertura.
La secuencia volvía a reproducirse, esta vez frente a un supermercado situado en la Plaza Basconia, donde el sospechoso volvía a entrar a vigilar, como en paradas anteriores. Al salir, subía de nuevo al coche para escapar a toda prisa. Esa fue la pista que hizo que los policías decidieran hacer un seguimiento al conductor.
La vigilancia tuvo una última parada en la avenida Simón Bolívar. Allí, los agentes dieron el alto al turismo al que perseguían haciendo uso de señales acústicas y luminosas. Los nervios de los tres ocupantes los delataron. Durante la inspección, la Policía descubrió una gran cantidad de productos —desde detergente de platos, champús y geles hasta alimentos envasados— distribuidos entre el maletero y los asientos traseros. Ninguno de los ocupantes pudo aportar justificantes de compra. Los agentes estimaron que el valor total de los objetos superaba los 400 euros, si bien tras cotejar las denuncias presentadas por los supermercados afectados la cifra se elevó hasta los casi 600.
Con el cambio de legislación en España, desde 2014 los hurtos por valor inferior a 400 euros pasaron de ser una falta administrativa a un delito penal. Si bien ello no ha frenado los robos, sí ha supuesto que varíe ligeramente el perfil de quienes los perpetran, ahora más especializados.
Los supuestos ladrones se movieron en tres supermercados separados por escasos minutos a pie —uno en calle Armengual de la Mota, otro en Martínez Maldonado y un tercero en la prolongación de la Alameda.
Las amenazas a una cajera: "Os vamos a rajar"
Una de las empleadas de un cuarto establecimiento reconoció a una de las mujeres detenidas y aseguró que días antes la había sorprendido intentando apoderarse de artículos. En aquella ocasión, según su testimonio, la empleada fue, presuntamente, amenazada de muerte, con frases como “os vamos a rajar” y “os vamos a dejar tiradas en la calle”.
Las fuentes consultadas señalaron que, en el momento de la intervención policial también decomisaron una cantidad significativa de dinero cuya procedencia está siendo analizada. La principal sospecha es que podría estar vinculada con la actividad delictiva.
El dispositivo se saldó con tres detenidos, a los que trasladaron a dependencias policiales para, posteriormente, pasar a disposición judicial. La investigación continúa abierta a fin de determinar si el grupo podría estar relacionado con otros hurtos cometidos en la provincia bajo un mismo patrón de actuación: desplazamientos en vehículo, robo de productos de pequeño valor y reventa posterior.
De ese mercado negro había alertado recientemente Sergio Cuberos, fundador y director general de Maskom Supermercados, una de las cadenas locales más veteranas. Detrás de estos grupos criminales, aseveraba, subyace un mercado paralelo que alimenta, "puerta a puerta", el delito. “Se revenden los productos a mitad de precio”, detallaba. En ese escenario hay quien compra salmón, ibéricos o cosméticos robados. El problema más serio con el que batallan los responsables de estas tiendas de alimentación son las bandas organizadas.
Entra sin prisa, pero con cálculo. No viene a comprar, aunque conozca los estantes mejor que muchos clientes. Tiene claro dónde están los productos de mayor valor y de cuánto tiempo dispone antes de que alguien repare en él. Carrito en mano, o sin él, mirada distraída, paso tranquilo. Su ruta no es improvisada. Sabe, sobradamente, por dónde salir sin llamar la atención. Uno aguarda fuera, el otro llena los bolsillos. En menos de cinco minutos, el golpe está hecho. Patinete, motor, fuga. En las tiendas de alimentación malagueñas los robos se han profesionalizado. Ya no son hurtos al descuido, ni gestos desesperados de quien roba para comer. Son operaciones calculadas, silenciosas.
También te puede interesar
Lo último
Contenido patrocinado
Contenido ofrecido por el Ayuntamiento de Jabugo
En noviembre, el municipio onubense une a la incomparable belleza de sus caminos y senderos una completa programación de actividades, donde destacan el Encuentro Naconal del Ibérico y las I Jornadas Prehistóricas