Entrevista | Salvador Merino. Director del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol

“Dirigir ocho años el aeropuerto internacional de Málaga ha sido un regalo”

  • Merino dejará la dirección del aeropuerto el 30 de junio tras ocho años en los que la instalación ha ganado siete millones de pasajeros

Salvador Merino, en su despacho.

Salvador Merino, en su despacho. / Javier Albiñana (Málaga)

Salvador Merino deja la dirección del aeropuerto internacional de Málaga tras ocho años intensos en los que la instalación ha disparado el número de pasajeros hasta rozar los 20 millones. Va a iniciar un nuevo proyecto profesional en Brasil de la mano de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) con el que afirma que se siente “muy ilusionado”.

Concede esta entrevista en su despacho, que cederá a partir del 1 de julio a Pedro Bendala, que asumirá las riendas de la instalación malagueña. 

–¿Qué balance hace de estos ocho años al frente del aeropuerto de Málaga?

–Estupendo, tanto desde un punto de vista personal como profesional. Ha sido un privilegio venir al aeropuerto de Málaga, que es el cuarto de España. Llegué en 2011, un año después de la inauguración de la terminal 3 y faltaba un año para la inauguración de la segunda pista. Ha sido profesionalmente un verdadero regalo. En estos ocho años hemos intentado hacer las cosas para que el pasajero y las compañías aéreas estén más cómodos en el sentido de puntualidad, seguridad y sentirse a gusto.

–Parece que el transporte aéreo sigue al alza pese a la competencia de otros medios de transporte.

–El transporte aéreo ha crecido en una etapa de crisis. Es un medio seguro, que permite enlazar lugares distantes y en muchos casos a precios muy asequibles.

Salvador Merino en un momento de la entrevista. Salvador Merino en un momento de la entrevista.

Salvador Merino en un momento de la entrevista. / Javier Albiñana (Málaga)

-El caso de Málaga es un ejemplo. Cuando usted llegó el aeropuerto tenía 12 millones de pasajeros y lo va a dejar con 19 millones.

–He tenido la suerte de estar en un destino como Málaga. Ha habido varios factores que han permitido ese crecimiento. Uno de ellos es la eficiencia, eliminando procedimientos innecesarios; otro es que tenemos un personal magnífico, tanto los de Aena como del resto de empresas que operan aquí. Aena tiene unos 500 empleados y el resto en la temporada de verano alcanza unos 10.000. Es un esfuerzo de muchas personas.

–¿De qué siente más orgullo tras su paso por este aeropuerto?

–Que todo se haya hecho de una forma fluida. Ha habido un fuerte crecimiento de pasajeros y de compañías y se han hecho muchas cosas en esta etapa. Se inauguró, por ejemplo, la segunda pista y su uso fue progresivo. Siempre ha estado disponible y se utilizaba en función de la demanda. Los primeros años se utilizó solo en verano y desde abril del año pasado ya se abre todo el año. El acceso sur se inauguró en 2014, posteriormente se incrementó el número de filtros de seguridad para facilitar el paso, se puso en servicio el parking exprés para evitar la congestión y los aparcamientos en doble fila para cargar y descargar pasajeros...

–Las empresas de rent a car estaban muy enfadadas con ese cambio del parking. ¿Ya se han calmado las aguas?

–Los cambios siempre te sacan de tu zona de confort, pero fue una transición rápida. Pasamos de tener 60 plazas de carga y descarga de pasajeros a 300 y con el sistema de barrera se garantiza que siempre hay plazas disponibles. Está funcionando bien.

–¿Qué están mejorando ahora en el aeropuerto?

–Se hacen mejoras de forma continua. Llevamos desde el año pasado modificando la terminal 2 para ponerla al nivel de la T3. Se está poniendo nueva climatización y el revestimiento. Ya se ha hecho en el hall de facturación y en el muelle C. En invierno haremos la obra en el muelle B. Por otra parte, hemos renovado toda la oferta de restauración. Se han puesto 25 puntos nuevos, de los que solo quedan tres por terminar y que se harán también en invierno. Estamos además con un proceso de cambio en las tiendas y en el campo de vuelo.

–¿Cree que el aeropuerto puede seguir creciendo a un ritmo tan fuerte como en estos últimos años?

–No lo sé. En Aena siempre somos prudentes. El aeropuerto de Málaga tiene capacidad para acoger hasta 29 millones de pasajeros por lo que hay margen para los próximos años. Málaga es un destino muy bueno y está creciendo de forma equilibrada porque crece más en invierno que en verano.

–¿Qué le dicen los dirigentes de las líneas aéreas?

–Nuestro principal mercado ha sido siempre el inglés y no solo está consolidado sino que además va a crecer un 9% esta temporada de verano. En general, se prevé un crecimiento de asientos del 7% para este verano siendo Francia, Italia, Suecia o Irlanda los que más tiran. A la vez está habiendo aumentos en las conexiones con Oriente Medio y África.

Salvador Merino detalla los proyectos llevados a cabo desde 2011 en Málaga. Salvador Merino detalla los proyectos llevados a cabo desde 2011 en Málaga.

Salvador Merino detalla los proyectos llevados a cabo desde 2011 en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

-Lo que falta históricamente es la conexión con Latinoamérica.

–Las compañías son las que deciden. Tienen recursos limitados y buscan las rutas más rentables. En España hay hubs en Madrid y Barcelona que conectan con Latinoamérica. En cualquier caso, Málaga es objeto de deseo y ya llevamos algún tiempo trabajando, aunque todavía no se ha producido ese salto. Hay que estar esperanzados, pero nunca vender la piel del oso antes de cazarlo.

–Y ahora se va a Brasil. ¿Qué va a hacer allí?

–Es un proyecto muy bonito. Aena ha conseguido la concesión de la gestión de seis aeropuertos brasileños, siendo el principal el de Recife, y voy como responsable de organización y recursos humanos.

–¿Está preparado para recibir miles de currículos de brasileños?

–Todavía no [se ríe]. Habrá que ver quienes son los mejores candidatos y profesionales.

–Tendrá que aprender portugués.

–Claro, lo bueno es que como soy gallego llevo algo de recorrido.

–¿Qué se lleva de estos ocho años en Málaga a escala personal?

–Tanto que voy a volver para quedarme a vivir cuando me jubile. No es solo el clima, sino que me encuentro a gusto con la gente. No he hecho muchos amigos, pero los que he hecho y el trato que he tenido con la gente ha sido muy bueno. Los malagueños son muy abiertos, muy vitalistas, gente saludable... Para mí eso es fundamental.

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