Málaga

"Lo sorprendente es que lograra liberarse de los sistemas de sujeción"

  • El Hospital Clínico niega un fallo de protocolo o atención en el ataque de un enfermo mental a otro el pasado domingo

Los sistemas de sujeción que utiliza la Unidad de Agudos del Hospital Clínico están "homologados y autorizados" y disponen de unos "dispositivos de seguridad para evitar que se suelten". Por eso desde el centro hospitalario aún no se explican cómo un enfermo de la Unidad de Salud Mental que sufría una crisis logró librarse de la sujeción y agredir, "en un corto espacio de tiempo", a su compañero de habitación, causándole graves heridas en los ojos.

El hospital ha abierto una investigación interna para determinar las causas que provocaron el desagradable suceso, pero fuentes del mismo explican que no se debió a ningún "problema de protocolo, de organigrama ni de atención". A pesar de ello se ha procedido a hablar con el personal que estuvo en contacto con el enfermo en el periodo en el que se produjo la agresión. Las primeras pesquisas que maneja el Hospital Clínico es que el agresor, de "complexión fuerte", logró librarse de la sujeción mecánica de una de las muñecas y que con la mano libre se quitó las demás. Los enfermos mentales que son ingresados en la Unidad de Agudos lo hacen porque sufren alguna crisis, por lo que se procede a sedarlos de manera suave, a administrarles la medicación adecuada para superar el capítulo y a sujetarlos a la cama para que no se autolesionen ni agredan a nadie, y lo hacen con estos sistemas que evitan daño al paciente en los miembros sujetos (manos, tronco y pies) y con un dispositivo de seguridad para evitar que se suelten, aclararon desde el hospital.

Desde el Sindicato Médico explicaron , en este mismo sentido, que es "chocante que de un control a otro" y sin manifestar el enfermo una alteración mayor a la que ya le estaba siendo tratada, lograra liberarse de las sujeciones, pero también concretaron que "esto es un hecho aislado, que no suele ocurrir, por lo que es arriesgado decir qué ha fallado y habrá que esperar a la investigación".

La consejera de Salud y Bienestar Social, María Jesús Montero, lamentó ayer la agresión y pidió a la vez que "no se estigmatice a las personas con estos trastornos para que no se asocien conductas violentas con personas con enfermedad mental". Del mismo modo, confirmó que el paciente que agredió a su compañero de habitación "se encontraba con sujeción mecánica" y que, "al parecer, se ha soltado de esta sujeción". "Habrá que estudiar detenidamente que es lo que ha pasado, al margen de que la Policía misma también lo está investigando", recalcó Montero, quien también se puso a disposición de la investigación policial "por si precisan de más información". En cuanto a los protocolos sanitarios en el control a estos pacientes se remitió a lo que determine la posterior investigación interna, "como ya está ocurriendo en el día de hoy [por ayer] por parte de los psiquiatras que atienden a esta persona que sigue ingresada en el hospital, al igual que su compañero agredido".

El agredido, un marroquí de 41 años, continúa ingresado en estado grave en la Unidad de Cuidados Críticos, aunque ayer no se temía por su vida, y pendiente de su evolución por las graves heridas que le afectan al nervio óptico. Durante la jornada de ayer se le estuvieron realizando varias pruebas diagnósticas. El agresor, un joven ecuatoriano de menos de 30 años, también se encuentra ingresado en el mismo hospital, en la Unidad de Agudos, y puesto a disposición judicial, ya que el caso está en manos de la Autoridad Judicial, mientras la Policía Nacional investiga los hechos tras personarse en el hospital el día que sucedió la agresión.

El ataque sucedió en la madrugada del pasado domingo cuando un enfermo mental que estaba ingresado en la Unidad de Agudos tras sufrir una crisis, consiguió zafarse de las sujeciones, tras lo que procedió a atacar a su compañero de habitación, que se encontraba en las mismas condiciones, sedado y con tratamiento médico para superar el brote. El ataque lo realizó con sus propias manos, atacando directamente a los ojos y llegando a arrancárselos; aunque la víctima también resultó herida con traumatismo leve, que pudo deberse a un pequeño choque con la mesita, por los movimientos a los que estaba siendo sometido.

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