La cortina que miraba al mar y olía a puerto
Málaga ayer y hoy
Cortina del Muelle Actualmente la plaza de la Marina es uno de los puntos céntricos de la ciudad, pero hasta principios del siglo XX era un espacio cubierto por el mar y zona portuaria

Hacia 1870, lo que hoy en día es la plaza de la Marina, era un espacio abierto mar y al puerto que surgió a finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando las viejas murallas marítimas fueron derribadas y sobre sus cimientos se levantaron esta fachada al mar, acertadamente llamada Cortina del Muelle. En esa época había una continuidad entre la ciudad y el puerto, sin separaciones. En una acera estaban los elegantes edificios decimonónicos, ocupados por familias de la burguesía local y por empresas relacionadas con las actividades portuarias, y en la otra el puerto. Según el historiador Víctor Heredia, las limitaciones del calado de los viejos muelles impedían que los barcos de mediano y gran tamaño se aproximaran, lo que "obligaba a que barcazas y barcas de menor tamaño se encargaran de trasladar las mercancías de los muelles a los buques surtos en el centro de la dársena".
Este problema impulsó la modernización del puerto para dotarse de modernos muelles con capacidad para atender a los barcos mercantes de vapor que empezaban a dominar el transporte marítimo. Las obras se prolongaron, en una primera fase, entre 1876 y 1897, poniendo fin a la estampa que vemos en la foto. Hasta entonces, las mercancías se agolpaban en los estrechos muelles, en los que destaca el tinglado de hierro costeado en 1847 por los comerciantes malagueños para tener un lugar cubierto en el que guardar sus mercancías a salvo del sol y de la lluvia. Fue ampliado en 1856 y tuvo varias ubicaciones en el puerto, y fue desmantelado en la década de 1950.
La foto representa el puerto en un momento de esplendor comercial de la ciudad, ya que a la altura de 1870 la agricultura, la industria y el comercio presentaban un estado floreciente "aunque poco después comenzarían los síntomas de la crisis de final del XIX", aseguró Heredia. La transformación urbanística de esta zona tuvo dos fases. La primera fue el relleno de los muelles a finales del XIX, que alejó el agua de las casas y generó unos nuevos espacios que se convirtieron en el Parque y en parte de la actual Plaza de la Marina.
La siguiente fase se produjo a mediados del siglo XX. La Alameda había sido abierta al tráfico en su parte central en 1925. Las demoliciones de los edificios de la Cortina del Muelle y de la Acera de la Marina se prolongaron durante la década de 1940, y ya a finales de la misma se abrió un concurso de ideas para la nueva plaza de la Marina.
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