Los 4.000 taxistas de la provincia podrán colaborar en una campaña contra la violencia de género

Las asociaciones de taxistas y el Instituto Andaluz de la Mujer inician una campaña contra la violencia de género. En concreto, la acción se compone de pegatinas para el exterior de los vehículos, colgadores para los espejos, tarjetas de visita y cursos de formación para los conductores.

Estefanía Martín Palop, coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) de Málaga ha destacado que es muy importante que la sensiblización llegue a toda la sociedad, y que la flota de los aproximadamente 4.000 taxis de la provincia es un lugar excepcional para su difusión “es muy importante no solamente para aquella mujer que pregunte, sino para aquella mujer que simplemente lo vea, o el ciudadano que vaya subido en el taxi y lo pueda leer”. En estos documentos aparecen, diversas consignas de concienciación contra el maltrato, algunos consejos, el teléfono de información 900 200 999 y la dirección web del IAM. El coste de los 4.000 colgadores de los espejos retrovisores, que ha financiado la Junta de Andalucía, ha alcanzado los 400 euros.

Por su parte, José Antonio Mate, presidente de la asociación de autónomos del taxi Aumat, ha afirmado que su entidad aceptó inmediatamente cuando el Insituto se lo propuso porque “difícilmente se puede encontrar a un taxista que no se haya topado en algún momento determinado un caso de violencia, en el que la clienta se encuentra desorientada y no sabe realmente qué hacer”, por lo que ha destacado la función de los cursos de formación. Asimismo ha señalado que su asociación va a ceder los locales para las clases y también va a costear las pegatinas y las tarjetas de visita con la campaña al dorso.

También el delegado territorial de la Junta en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, ha defendido esta campaña porque la información puede llegar a casi todos los sectores de la población y por el hecho de que muchas veces son los taxistas las primeras personas con las que las víctimas se encuentran cuando intentan abandonar la casa donde han recibido el maltrato.