La torre del puerto de Chipperfield, 'sola': ni el alcalde de Málaga ni el puerto ni el arquitecto acuden a la presentación

Los promotores defienden su interés en el paseo de Levante que generarán para la ciudad, aunque se abren a que lo paguen fondos europeos o las administraciones, "no es un proyecto especulativo", ha afirmado Jordi Ferrer

La torre del puerto de Málaga: historia y contradicciones, de Seguí a Chipperfield

Vista de la torre del puerto que propone Chipperfield desde el paseo de Levante.
Vista de la torre del puerto que propone Chipperfield desde el paseo de Levante. / M. H.

Ni David Chipperfield, el arquitecto estrella fichado para relanzar el proyecto, ni Carlos Rubio, presidente del Puerto de Málaga, ni Francisco de la Torre, alcalde de la ciudad. Ninguno ha estado en la presentación del proyecto de la torre del puerto, sin duda el más polémico de la ciudad en lo que va de siglo, también el que más cambiaría la ciudad y su dársena. Ni una referencia, tampoco, a los 144 metros de altura a los que crecerá la torre, hasta que se les ha preguntado, al menos. En cambio, han sido largas las explicaciones sobre los proyectos accesorios que nada tienen que ver con la propia torre, como el cambio del paseo entre La Farola y el dique de Levante, en una voluntad, han dicho, de acercar más la ciudad al puerto.

A cambio de la torre de más de 30 alturas, han subrayado, la ciudad ganará 54.000 metros cuadrados de zonas verdes, espacios para el paseo o carriles bici que proponen en una actuación accesoria al proyecto. También las varias plazas públicas que proyectan, el espacio comercial o gastronómico. Y un nuevo centro para hacer congresos con 2.500 metros cuadrados. Más pequeño, eso sí, que el Palacio de Ferias existente.

Muchas y muy extensas han sido las explicaciones sobre el paseo, las plazas públicas que pretenden hacer o lo que aportará en gastronomía, turismo, o cultura el edificio por parte de Jordi Ferrer, CEO de Andalusian Hospitality, la promotora del proyecto. También lo es de Hesperia, uno de los socios de esta empresa junto con Al Alfia, un fondo relacionado con la familia real catarí. Tanto él cómo Rodrigo Antón, director de la oficina de Chipperfield en Santiago y Jorge Mañas, socio fundador de TAG Partners, una de las empresas que participan en el proyecto, han sustentado el interés general de la construcción de la torre en el aporte a la ciudadanía, por medio de este paseo o distintas plazas. Las dimensiones, más allá de los 144 metros de altura, serán de 59 metros en sus caras más anchas, por 19 metros en las estrechas. "No es un proyecto especulativo", ha afirmado Jordi Ferrer.

Ferrer ha afirmado que la arquitectura "es sobria y mediterránea" y que "no busca protagonismo", sino "devolver la ciudad al mar". Antón, por su parte, ha indicado que el despacho de Chipperfield conoce la presión ciudadana que hay sobre la torre, "ningún proyecto de este tipo ha tenido consenso al principio", indicando que también sucedió con la ampliación del Neues Museum (Berlín), que a posteriori tuvo un gran consenso en la comunidad arquitectónica y tuvo gran parte de culpa de que le concediesen el Pritzker a Chipperfield.

En cuanto a los plazos, han asegurado que serán tres años o tres años y medio una vez empiecen las obras, si no hay complicaciones en la cimentación en el dique. "Es más difícil construir de cota cero para abajo que hacía arriba", ha señalado Mañas, por lo que, de empezar las obras en 2026, podría estar entre 2029 y 2030. Antes, deberán tener el visto bueno de Puertos del Estado y, después, que el Consejo de Ministros levante el veto de uso hotelero sobre suelo portuario. Para eso será necesario que demuestren el interés general del proyecto. También que hagan un proyecto definitivo sobre el que construir. Que no han afirmado tener aún.

Cabe recordar que tanto la Academia de Bellas Artes de San Telmo como la plataforma ciudadana Defendamos nuestro horizonte, llevaron el planeamiento a un contencioso. Que se deberá resolver, así lo ha afirmado el ministro de Transportes, Óscar Puente, antes de que nada vaya a la mesa donde se reúnen los titulares de las carteras ministeriales.

La Academia de Bellas Artes de San Telmo presentó un escrito al Puerto señalando, justamente, que la diferencia entre ambos proyectos implicaban cambios sustanciales, lo que exije la caída del trámite de concurrencia, en cuyo caso habría que repetir. Este aún no ha sido respondido. Pero Rubio afirma que, pese a tener alturas distintas, bases distintas y dos arquitectos firmantes, el proyecto es el mismo. Deberá responder a las alegaciones. De momento, el proyecto coge rumbo a Madrid, tras haber sido informado positivamente por el Puerto sin que lo conociera, ni siquiera, su Consejo de Administración. Tampoco el alcalde de la ciudad.

Sobre estos cambios sustanciales, Ferrer ha defendido que lo que se aprobó en el trámite de concurrencia fue la propuesta empresarial de Andalusian Hospitality y que la nueva propuesta entra dentro de los parámetros que se aprobaron tanto en el concurso como en la modificación del Plan Especial que aprobó el Ayuntamiento de Málaga. En el trámite de concurrencia, publicado en el BOE, el punto a del sobre número 2 era, justamente, la presentación de un proyecto básico. Con peso en la adjudicación.

El hotel resultante será un cinco estrellas gran lujo y que contará con 382 habitaciones. De estos, un 30% serán de la máxima categoría. Queda por conocer cuál será la firma que gestione el espacio. Están en negociaciones con tres "firmas de lujo" de las más importantes del sector, ha indicado Ferrer, aunque no ha señalado por cuál tiene preferencia por "confidencialidad".

La promotora ha elevado la inversión a los 200 millones de euros, anunciando la creación de 1.000 puestos de trabajo entre los directos y los indirectos.

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