El último café, con croissant, en Lepanto: "Es una pena que se pierda este histórico del Centro"
Después de 41 años, la simbólica pastelería de calle Larios ha echado el cierre este jueves. Y la vida sigue
La despedida de Lepanto se adelanta a este jueves tras un acuerdo con la plantilla: "¿Nostalgia? Estamos decepcionados"
“¿Hoy es el último día de Lepanto?” El camarero asiente cuando los clientes le preguntan. Muchos se han enterado por el boca a boca, otros pensaban retomar mañana su rutina. No podrán. Después de 41 años, la simbólica pastelería de calle Larios ha echado el cierre este jueves. Y la vida sigue. Los trabajadores, mientras tanto, recorren la barra y el salón de una cafetería invadida de recuerdos y del cariño de los parroquianos que apuran el último mitad. “Es un histórico, una pena que se pierdan estos negocios”, expresa a este periódico un colega de la hostelería que aprovecha el descanso para resarcirse con un cortado.
Son las 11 de la mañana y la terraza, aún soleada, está preñada de coffee lovers. “Venimos de fuera para una reunión de trabajo. El sitio es mítico y siempre que vamos a Málaga paramos aquí”, comenta otro cliente al tiempo que se afloja la corbata. Y, a renglón seguido, se interesa por si puede acompañar el café con leche con un croissant mixto. “Lo que quede”, bromea a su camarero, que sonríe. La jornada de hoy quedará grabada en la memoria de aquellos que se han deleitado con sus productos. Pero la empresa no se despide por completo del mundo de la restauración. Los propietarios se volcarán en el actual servicio de catering que ofrecen desde hace años, el negocio con el que obtienen la mayor parte de su rentabilidad.
Apenas restan 10 horas para que la emblemática cafetería de estilo parisino baje definitivamente su persiana. Y entre los empleados reina el silencio. Lo hacen, prudentes, con la expectativa de que la empresa, que el pasado mes de septiembre presentó un ERE, materialice este viernes a las 12:00 el principio de acuerdo que han alcanzado y que contempla la indemnización de 30 días por año trabajado. No habrá, por tanto, subrogación de los trabajadores. “Nos vamos todos a la calle, con la cabeza bien alta. Podíamos haber terminado de maravilla pero después del desliz que hemos tenido lo hacemos así”, apostillaba ayer a Málaga Hoy el portavoz del comité, José Luis Moreno. Se marchan sin nostalgia y negándose a participar en despedidas de la histórica pastelería.
Lepanto echa el cierre con la obligación, eso sí, de agradecer a quienes durante tantos años le fueron fiel pese al tsunami de cierres en la centenaria calle Larios. Porque antes ya lo hicieron otros. La revalorización de la principal arteria, como la de toda la ciudad, viene provocando la desaparición de muchos negocios antiguos en favor de las grandes franquicias que podían permitirse el lujo de pagar los precios al alza de los alquileres. Algo que ya ni todas pueden o quieren hacer. De los establecimientos históricos y tradicionales, tan solo permanecen, eso sí, casi impasibles al paso de los años, cuatro de ellos: Farmacia Mata, la heladería Casa Mira, una verdadera institución malagueña en su sector, el Quiosco Arturo y la Joyería Marcos. El resto, incluso firmas de postín, han caído como los grandes imperios ante la revolución que ha vivido la calle con el paso del tiempo.
La cafetería de los toldos morados ya deja de ser uno de los supervivientes del Centro. Todo apunta a que el local será previsiblemente ocupado por La Canasta, otro conocido referente de la hostelería tradicional local. Para su reapertura, etendría que someterse a una profunda reforma de la que todavía se desconocen detalles.
El ERE afecta a todos los trabajadores de la clásica pastelería y también a dos personas que trabajan en el obrador de la empresa, en Benalmádena. Tras varias reuniones durante el periodo de negociación del ERE el desencuentro entre la empresa y los empleados se enquistó al punto de que estos llegaron a amenazar con la convocatoria de una huelga al no "justificar pérdidas" por escrito para cerrar y despedir a la plantilla, con una veintena de trabajadores.
Será este viernes cuando los camareros den por concluida su relación laboral con Lepanto. “Si lo tienen todo preparado, firmaremos. Esto ya se cierra”, explicaba el representante laboral. Acaba así a una etapa en la que han tenido que superar, "sin la empresa", los ecos de la crisis del Covid, conteniendo la respiración con cada avance de la vacuna y cada bajada de la cifra de contagiados. “Nosotros somos los que hemos sacado esto adelante y cumpliremos hasta última hora”, aseguraba el portavoz del comité.
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