"Baja el cuchillo y hablamos": el último servicio de Tango 5, el "buen guerrero" de Málaga

"Saca el escudo de captura, Harry". La orden ya vaticinaba que la actuación a la que el grupo de policías se enfrentaría era de riesgo. Una situación límite en la que encontraron de noche a un presunto maltratador -que ahora está en prisión- hostigando en una vivienda a su pareja con un cuchillo en el cuello. Se cumple un año de la muerte de Alberto Ferrer, el oficial del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) que sus compañeros conocían como 'El Rubio'. Era el "buen guerrero" de la Policía Local de Málaga, que, para honrar su memoria, ha difundido un video con esa última actuación en la que acabó reduciendo al supuesto autor. Su indicativo era Tango 5.

Las imágenes, que el propio agente grabó con una cámara Go-Pro que solía llevar en el pecho, reflejan la tensión que aquella noche del 3 de enero de 2021 se vivió en un inmueble de la capital malagueña. "Baja el cuchillo y hablamos", insistió el policía en varias ocasiones al individuo, que esgrimía un arma blanca con la que amenazaba con agredir tanto a su pareja como a sí mismo en presencia de tres menores.

"Como no lo baje, a la cabeza", llegó a advertir Ferrer a sus compañeros ante el grave peligro que corría la víctima. Pero no fue necesario abrir fuego. La intensa negociación del oficial, a quien caracterizaba su don de palabra, permitió hacerlo dudar y convencerlo de que bajara el cuchillo, instante en el que tanto él como el resto de policías consiguieron desarmarlo. "Fuera, al suelo, detenido. 'Roma 30', controlado, detenido", espetó el agente.

Tanto la víctima, como sus hijos, que habían sido puestos a salvo antes, sufrieron "gran angustia", recuerdan desde la Policía Local, que ensalza la "acertada intervención" de los policías que actuaron, con Alberto Ferrer al mando. "Lograron evitar, una vez más, que ocurriera un mal mayor", señalan.

Apenas unas semanas después, el oficial sufrió un aneurisma cerebral que le llevó a pelear por su vida durante casi 20 días. La plantilla de la Policía Local aguardaba confiada el momento en el que se reencontraría con uno de los suyos. Ferrer dejó su uniforme cuando se cumplían ocho años desde que formara parte de una selecta formación de 44 efectivos sometidos a situaciones de máxima exigencia. Pertenecer al grupo, creado en 2018, fue para él "un sueño hecho realidad", según contaba poco después de su muerte uno de sus compañeros más cercanos. "Esta unidad era lo que él siempre quiso. Cuando entró, estaba como un niño con sus zapatos nuevos", reconocía el efectivo.

Tenía una abultada hoja de servicios y, prueba de ello, son las 12 felicitaciones que la Policía Local le otorgó como reconocimiento a distintas actuaciones que supo resolver con solidez. Porque era, subrayan otras fuentes consultadas, un “profesional con dedicación absoluta”, uno de los policías “más valientes” que tiene el Cuerpo. "Coincidíamos cuando había intervenciones complicadas en mi zona. Sabía mandar y ser compañero, siempre el primero. La Policía Local de Málaga llora a uno de sus mejores", manifestaba uno de los agentes con los que actuó.

Casi dos décadas vistiendo el uniforme

Durante las casi dos décadas que estuvo vistiendo el uniforme -ingresó el 21 de febrero de 2001- prestó servicio en varias jefaturas, como la de Churriana, Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero. En 2019 ascendió a oficial del GOA. Padre de un niño de 8 años, "al que adoraba", tenía predilección por el deporte, amaba la plaza y la naturaleza, naturaleza, con la que siempre trataba de mantener el contacto. "Al trabajo venía corriendo y, cuando acababa, cogía la autocaravana con su mujer y su hijo", detallaban efectivos del grupo en el que estaba destinado.

En el homenaje que la Policía Local ha dedicado a Ferrer destaca que "todos los que te hemos conocido siempre te tendremos en nuestros corazones", mientras que también muestra "todo el apoyo y la fuerza del mundo para su familia".