Málaga

Los vecinos se quejan de que el Ayuntamiento de Málaga minimiza los incidentes en el Centro

  • El altercado por la bandera se quedó en una "anécdota", pero sirve de ejemplo del "descontrol"

Escenificación para denunciar las viviendas turísticas del Centro.

Escenificación para denunciar las viviendas turísticas del Centro. / L. G.

La trifulca entre dos grupos de jóvenes en el Centro de Málaga a cuenta de una bandera catalana colgada de un balcón de un apartamento turístico –que resultó ser una toalla de la enseña de la Comunidad Valenciana–, la emprendieron a ladrillazos gritando “¡Viva España, cabrones!”, vuelve a sacar a la palestra algunos de los problemas más acuciantes que sufren quienes viven en este barrio malagueño, resultado sobre todo de la masificación turística, según denuncian, y del avance hacia un “modelo de turismo de borracheras”. Los vecinos se quejan, además, de que desde el Ayuntamiento se minimizan los incidentes que tienen lugar en el Centro.

“¿Patinetes? No hay ningún problema... ¿terrazas?, ¿ruido? Tampoco... y así con todo”, ironizó ayer el vicepresidente de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo, Alejandro Villén, quien aseguró que la primera reacción por parte de los dirigentes municipales “siempre suele ser negarlo”. “Después le restan importancia, lo minimizan o nos dicen que son casos aislados”, lamentó. “Hacen declaraciones en medios y luego, si acaso, actúan”, continuó. Son muchos los asuntos que se van acumulando y La Feria –con el recurrente problema del botellón– es “la guinda de todo el descontrol concentrado en 10 días”. “Esta es la historia de todos los años en la Feria, estamos en el día de la marmota”, declaró.

No obstante, en este caso, al “descontrol en la calle durante la Feria”, se suman los problemas con la proliferación de pisos turísticos. Por eso, el episodio de este pasado jueves, si bien se quedó en un hecho “anecdótico”, según reconoció el propio vicepresidente de la asociación, “por la intervención de una vecina” que amenazó con llamar a la Policía, es un claro ejemplo del problema global con el que conviven desde hace años.

Uno de los grupos de jóvenes, con la bandera colgada en el balcón. Uno de los grupos de jóvenes, con la bandera colgada en el balcón.

Uno de los grupos de jóvenes, con la bandera colgada en el balcón. / M. H.

El fugaz incidente ocurrió “en segundos”, tal y como relató a Málaga Hoy Rosana –la vecina de la calle Pozos Dulces que fue testigo del mismo y que pide identificarse con uno de sus nombres de pila para no sentirse señalada–. Ella presenció el enfrentamiento y recriminó a los jóvenes su actitud, al tiempo que alertaba a la Policía Local.

Según confirmó el concejal de Seguridad, Avelino Barrionuevo, hasta cuatro agentes del Grupo Operativo de Apoyo (GOA) que patrullaban por la zona con sus perros, se personaron en el lugar. La llamada a la sala del 092 constaba a las 19:57; en la misma una mujer alertaba de una pelea entre dos grupos, unos lanzando “piedras, platos y vasos” desde una vivienda, y otros, desde la calle, tirando ladrillos. Minutos después, a las 20:04, y tras no observar restos de ningún objeto en la calle ni ser requeridos por nadie, los policías cerraron el parte.

Sienten que no cuentan para el Consistorio y que les han declarado como colectivo "hostil"

Villén insistió en que se ven “desprotegidos”, pero matizó que el descontento no tiene que ver con los agentes de la Policía Local, sino con el Ayuntamiento de la capital, para el que “sentimos que no contamos y que somos molestos”.

La situación tiene a los vecinos del Centro “enfadados”, según aseguró Villén, que precisó que existe la impresión en el colectivo de que se han convertido en “hostiles” para el Consistorio. De hecho, subrayó su sensación de que desde la Casona del Parque “han roto relaciones con nosotros” tras la movilización del pasado mes de mayo en la que escenificaron el entierro de una vecina para denunciar la proliferación de viviendas turísticas. “Desde entonces ha cambiado mucho la situación y son mucho menos amigables”, explicó Villén.

En la capital hay ya unas 9.000 viviendas turísticas, según detalló Villén, que criticó que el exponencial aumento de estos apartamentos ha supuesto una pérdida “brutal” de residentes en los últimos dos años y “hace que los problemas que antes teníamos en las calles ahora estén en los edificios”. Además de este asunto, apuntó que siguen sin aprobarse las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), algo que los vecinos llevan esperando desde 2015 y que, según dijo, si no se hace este año las mediciones caducan y habría que volver a empezar. “Nos iríamos a un proceso de nueve años”, señaló.

“Como visión general, hay mal ambiente, hay una sensación de que no contamos para nada, que todo lo que se hace es por los hosteleros y turistas; si no hubiese turistas aquí limpiarían igual de mal que en el resto de los barrios”, consideró el vicepresidente de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo, que reiteró que “nos tratan como a mentirosos, y no se puede negar todo el tiempo que no pasa nada”. Así, concluyó que tiene la sensación de que “el Ayuntamiento tiene órdenes de que no se intervenga con el turismo”. “Al turista no se le toca”, apostilló.

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