"He visto muchas pateras en el mar, pero nunca un caso tan dramático"

Estar en el momento preciso en el lugar adecuado. Ésta pudo ser la clave en el rescate de la patera que tuvo lugar el pasado lunes a cargo del buque Isla de los Volcanes. Este porta mercancías cubre el trayecto Málaga-Melilla, pero su tripulación nunca olvidará la travesía del lunes, que estuvo salpicada por el drama de las pateras y por la escena dantesca de ver a 25 personas luchando por salvar su vida en una lancha neumática que se iba a pique. Después contaron que habían perdido a 20 compañeros por el camino.

Ignacio Lago es el primer oficial de este mercancías y relata lo ocurrido: "Vimos la patera gracias a un aviso que dio el segundo oficial del barco. Él vio algo a lo lejos y se imaginó lo que era. Cogió los prismáticos y cuando lo comprobó, frenamos máquinas y nos acercamos con un bote. Nos fuimos acercando y como ellos no tenían fuerzas para subir a la barca, con los botes salvavidas los subimos a bordo" explica Lago.

La situación que vivieron los miembros del barco les resultaba habitual por los incesantes episodios pero la tripulación nunca se había visto inmersa en una situación como ésta. "Llevo nueve años en la compañía y me he encontrado ocho pateras, aunque ningún caso ha sido tan dramático como éste. Sólo cuando se navega en alta mar se sabe el tráfico tan intenso de pateras que hay", narra impactado el oficial.

En el momento del avistamiento el barco se encontraba a una distancia aproximada de una milla. Frenaron máquinas y se fueron acercando poco a poco hasta la embarcación siniestrada. Finalmente sobre las cuatro de la tarde pudo producirse el rescate de la embarcación y salvaron la vida de 25 supervivientes.

"Me quedé muy impresionado con la escena que vivimos. Es muy normal ver estas cosas en televisión pero verlo en directo es muy fuerte porque ves que se van a morir. Lo más duro es cuando finalmente se suben a bordo y empiezan a contarte lo que les ha ocurrido", confiesa Ignacio Lago. "La historia que más me impresionó fue la de una mujer que había perdido a su marido y a sus tres hijos, uno de ellos aún de pecho. También había un hombre que tenía la pierna totalmente fracturada y el resto de la gente tenía hipotermia", relata Lago conmovido.

Ante la imposibilidad de muchos inmigrantes de moverse, el barco hizo uso de los botes salvavidas con los que subieron a los afectados hasta la cubierta de la nave. Además, las propias características del carguero hicieron más difícil el rescate, ya que no contaban con el despliegue necesario para un salvamento de esta magnitud .

"Nosotros no llevábamos nada en el barco de atención sanitaria porque nos dedicamos al transporte de mercancías, así que sólo les pudimos ofrecer las cosas que encontramos en el barco. Preparamos café y calentamos leche. A través de la radio nos pusimos en contacto con el servicio de asistencia médica y nos fueron diciendo cómo teníamos que actuar", explica.

Después de la proeza la actividad de este barco tiene que continuar y los transportes hasta Ceuta y Melilla no cesan. "Dentro se te queda la sensación de lo que hemos vivido, que ha sido muy fuerte, pero tenemos que seguir con nuestra rutina diaria del transporte", concluye este marino profesional.