Se entra de lleno en la última semana del mercado de invierno y en el Málaga hay situaciones que resolver más allá de lo que pueda suceder con el entrenador. Precisamente José Alberto López se pronunció respecto a uno de los temas de mayor impacto, la salida de Antoñín Cortés, que llegó este verano cedido por el Granada. Confirmó el técnico que el malagueño quiere salir para intentar disfrutar de más minutos.

Tenía varias opciones, unas más interesantes que otras (Ponferradina, Burgos...), pero en los últimos días se le han cerrado algunas y otras han perdido fuerza. Así que los agentes de Antoñín disponen de una semana para resolver el caso del canterano o acabará el curso como blanquiazul, lo que le dejaría en una situación comprometida después de que en esta pasada jornada ni siquiera fuese convocado.

De momento el único que ha salido (y con pensamiento de volver) es Iván Calero, cedido al Alcorcón sin opción de compra. Eso ha variado las perspectivas de un Ismael Casas que parecía estar más fuera que dentro. Ante el Ibiza fue titular por la baja de Víctor Gómez. También Jairo Samperio estaba entre los candidatos a salir antes del cierre de esta ventana. De momento, sigue. A ambos les podría beneficiar un cambio en el banquillo si bien ellos también tienen que elevar sus prestaciones. Bastante.

El Málaga también tiene que acelerar en estos días para intentar concretar los fichajes que desea para reforzar una plantilla muy marcada por las lesiones. Un delantero que pueda jugar de nueve y de siete, que aporte ese punto de calidad en los metros finales que ahora mismo brilla por su ausencia. Un centrocampista de cierta jerarquía, que dote de algo más de presencia al equipo, que ha perdido a Luis Muñoz y Genaro Rodríguez por sendas lesiones.

La política seguirá siendo la de austeridad y la de no comprometer las cuentas del curso siguiente. Un ejercicio de responsabilidad para no volver a hipotecar un club que aún sufre los daños colaterales de gestiones nefastas.