La cosa va de ganar y luego ya se verá lo demás. Desde la tranquilidad del triunfo se puede edificar mejor, dentro de un orden, de un plan. Era lo que más preocupaba a Sergio Pellicer, que las prisas se lo llevasen por delante a las primeras de cambio si el Málaga no iniciaba con buen pulso la temporada en Primera RFEF. Hay matices, lecturas y lecciones, pero con puntos. Derrotó al Atlético Baleares a domicilio levantando un 1-0, losa que en otras épocas recientes era sinónimo de fiasco.

La categoría es floja o eso es lo que parece en su arranque. Habrá que ver cuando se midan entre sí los gallitos. Al Málaga, aun en formación y con limitaciones evidentes, le basta con apretar como le basta a un Primera División cuando se le atraganta un poco una eliminatoria copera ante un adversario menor. Eso obliga a ir pidiéndole más a los blanquiazules a medida que tachen fechas del calendario.

El primer reto es poner el candado a la portería de Alfonso Herrero. No se puede encajar en todos los partidos porque no en todos vas a lograr marcar dos goles. También conviene elevar la concentración a todos los niveles y salir con mayor tensión a domicilio. Debe seguir puliéndose el Málaga.

No tocó demasiado la fórmula que le dio el triunfo ante el Atlético de Madrid B. El entrenador mantuvo la alineación con todas las consecuencias con el matiz de Juande, que ocupó el lugar de un Einar Galilea que llevaba toda la semana tocado.

Lo que en principio sonaba a declaración de intenciones se volvió en una autotrampa para los blanquiazules, que abordaron el inicip del partido sin el nervio necesario y vieron cómo el Atlético Baleares, con un par de ideas básicas y piernas fuertes, se adelantaba en el marcado. Dos avisos y un zarpazo a la tercera.

Villapalos se fue de Genaro y finalizó cómodo el 1-0, pero los mallorquines ya habían logrado generar varias ocasiones por el perfil diestro del Málaga, a quien el horario matinal parecía no sentar demasiado bien. A los locales el plan les había salido de fábula. Con la ventaja en el marcador se pusieron más rudos, interrumpiendo a los de Pellicer continuamente.

Tardó media hora el Málaga en enterarse de que ni era una ronda copera ni un bolo veraniego. En casi todas apareció Roberto, que amagó un par de veces, reclamó un posible penalti y acabó firmando el 1-1. Dani Lorenzo encontró una autopista para Víctor García el lateral se internó en el área. Su centro medido al primer palo lo cabeceó el delantero cordobés, que logró su segundo tanto de la temporada.

Quedó tocado el cuadro balear, que en la segunda parte vio cómo el Málaga se adelantaba por abrasión. Tres córners consecutivos hasta que derribó la muralla. Gabilondo la puso en la derecha y Lario la sacó con el puño como pudo. Juande la metió dentro, donde Nelson la continuó para que el esférico encontrase a Dioni. El malagueño no perdonó. No celebró por respeto al equipo que le dio de comer los dos últimos cursos, pero se notaba esa ansiedad del delantero. Ya puede quedarse tranquilo.

Rondando la hora de partido Pellicer retiró al propio Dioni y a Dani Lorenzo (que había sido amonestado al inicio de la segunda mitad). Anduvo cerca de sentenciar Genaro de cabeza en un córner servido por Kevin. El entrenador blanquiazul volvió a introducir variaciones. Sangalli y Loren al campo por Kevin y Roberto.

Anduvo cerca de matar el partido el Málaga, Sangalli filtró dos buenos balones a Juan Hernández y Larrubia, pero se toparon con un inspirado Lario, que también frustró otra ocasión de Juanpe. Eso permitió al cuadro balear apurar sus opciones hasta el pitido final. Pero este Málaga también fue capaz de robar algún segundo al reloj para lograr su segunda victoria consecutiva.