Esta es la cruz de este Malagueño. Así están pasando las semanas para los blanquiazules, sobre todo en su casa, en la Federación. No podía estar hoy más de cara el encuentro para los de Manolo Sanlúcar, pero el sino de este equipo es el que es y se tuerce por despistes como los que sucedieron ante la Balona. Un gol en los últimos minutos condenó a un filial que no pudo hacer efectiva la superioridad numérica desde el 50’.

La primera parte fue una historia muy diferente al desenlace final. Los 45 minutos iniciales cumplieron con el guión establecido en los partidos del Malagueño en casa: pocas ocasiones, juego poco fluido y mucho respeto entre ambas escuadras. El peligro fue testimonial en las áreas, siendo una de Cellerino la más clara y pasó a varios metros del arco de Casado.

El segundo tiempo fue otra historia. El encuentro se puso de cara para el Malagueño tras la expulsión de Carrasco, que cortó una contra de Deco como pudo y ya había visto la primera amarilla. Desde ese momento, y tras las entradas de Hicham y Xiscu, el filial volcó el juego por los costados y comenzó a llegar con claridad al área de Montoya.

Pero no fue suficiente, la superioridad numérica no hizo al Malagueño romper el marcador pese al buen hacer de Hicham por la derecha. La zaga gaditana despejó cada centro lateral que se colgó al área y se dedicó a hacer que el tiempo pasara lo más rápido posible. Una tímida contra de la Balona, en la que logró forzar un córner, significó el 0-1 de los visitantes y a la postre, la condena local.

Sana fue el autor del tanto. Su cabezazo en el segundo palo, tras error de la zaga blanquiazul en la marca, dio los tres puntos a los visitantes sentenciando el partido en una de las pocas ocasiones que dispusieron. Máxima condena para un Malagueño que paga muy caro sus errores y no encuentra rédito a su esfuerzo, seguirá una semana más colista del Grupo IV de Segunda División B.