El Atlético Malagueño más joven de la historia, a por el máster del play off de ascenso
Juanfran Funes y Bravo dialogan sobre la temporada en 'Málaga Hoy'
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Juanfran Funes y Francis Bravo, primer y segundo entrenador del Atlético Malagueño, dialogaron con Málaga Hoy para analizar el estado en el que va a llegar el filial blanquiazul a los play off de ascenso a Segunda RFEF. Clasificados matemáticamente con una plantilla extremadamente joven e inexperta que ha funcionado desde el primer día. Ha tenido que ver la confianza que les han transmitido desde el primer momento Loren Juarros y su apuesta por permitirles trabajar con un bloque desde principios de verano.
“Se lo hemos dicho a los jugadores, que ha sido una grata sorpresa. No lo presagiábamos al principio de temporada, que iba a ir tan bien como ha sido. Estamos contentos con ellos”, empezaba Funes, recogiendo el guante Bravo: “Ha sido relativamente fácil, viéndolo de ahora hacia atrás, trabajar con ellos. Pese a que son un grupo joven, el más joven de la historia, se han dado las cosas con mucha naturalidad, han tenido una predisposición máxima. A nivel de grupo han conseguido ser muy sólidos, unidos entre ellos y eso facilita mucho el día a día”.
El plan de Loren Juarros
“Loren tenía una idea clara. Más que subir muchos al primer equipo, que cuando lo hagan, estén mucho más consolidados. Ha habido un proceso muy importante en el que los jugadores han pasado mucho más tiempo con nosotros y eso nos ha dado la oportunidad de que hayan podido disfrutar más del grupo y competir mucho mejor. No por edad, por sí por vivencias, tenemos un grupo de jugadores más maduros”, explicaba Funes, que sin embargo cree que a veces los inconvenientes provocan nexos de unión: "A nivel de lo que nos puede haber faltado, pues como cualquier equipo, algún proceso de mejora que se podía haber consolidado, alguna situación que podría haber sido mejor. Creo que una de las cosas que ha unido mucho a los niños era cuando entrenábamos en Alhaurín. Te ibas por la mañana, volvías. El cambio de campos con la ciudad deportiva. Momentos que han hecho que pasemos mucho tiempo juntos. Nos íbamos temprano, volvíamos tarde. Muchas horas juntos, que han provocado que el grupo se una más”.
El paso del fútbol base al senior es un contraste que no todos los chicos saben asimilar. Bravo lo argumentaba: “Luego al final siempre está el hándicap de que son gente muy joven y el paso de juvenil a un equipo senior es muy complicado. Aunque no estamos en una categoría profesional, a la hora de entrenar lo es totalmente. Que ellos vean el cambio, que se adapten y ganen los hábitos necesarios para entrenar de forma profesional. Tienen que manejar distintas situaciones. Vienen de jugar mucho y a lo mejor les toca hacerlo menos, porque tienen gente delante con mayor bagaje. Cosas que pueden generar cierta frustración y tienen que aprender a manejarla. Tratamos de inculcarles paciencia, que no todo es inmediato y las cosas se consiguen a base de trabajo. Todo tiene un tiempo. Llegar cuanto antes no es la mejor fórmula, es llegar preparado para consolidarte”.
Izan Merino, Cordero y Ochoa
Algunos casos son asombrosos teniendo en cuenta que son prácticamente adolescentes como sucede con Izan Merino, Antoñito Cordero y Aarón Ochoa. “Son jugadores que en el día a día se ve que son diferenciales, que tienen algo distinto. Lo que más los distingue ya no son las características futbolísticas, sino la aceptación de ese rol. Subir con el primer equipo y cuando toca bajar, ser uno más y trabajar igual o más. No pierden ese sentimiento de pertenencia con sus compañeros de abajo. Habla de una madurez diferente. Es fundamental que los demás vean en ellos ese ejemplo. Esa distorsión que se crea cuando van de arriba a abajo, no siempre es fácil de manejar o no siempre están preparados mentalmente”, reseñaba Bravo.
Funes tiró del ejemplo de Cordero, que era algo que hacía tiempo que no veía de cerca: “Muchas veces verse en el ático y luego volver aquí, hace que sus esquemas se rompan. Yo se lo dije a Antonio (Cordero). Hay una cosa que me sorprende de ti para bien y espero que siga siendo así y es que desde Juan Cruz no veíamos a nadie que fuera capaz de rendir exactamente igual cuando subía y cuando bajaba. Su rendimiento no cambiaba y eso impactaba bastante. A veces querer hacer más de la cuenta cuando bajas, provoca que no hagas las cosas bien. Sin embargo a ellos no les afecta lo más mínimo. Antonio ya no por números, sino por juego, está haciendo partidos espectaculares”.
El play off de ascenso
Todavía faltan un par de jornadas y con enfrentamientos directos para ver quién sube directamente y cómo queda el orden de los play off de ascenso a Segunda RFEF. "Que sea un proceso de aprendizaje para ellos, que vivan esa experiencia. No todo el mundo tiene la oportunidad de jugar unos play off y menos ellos con la edad que tienen. Importante para su formación, para manejar la presión, para saber que independientemente de errores y aciertos tienen que seguir con su trabajo. No pueden venirse arriba o abajo por un fallo o un acierto. Es un play off todo se te cae o pone de cara en un momento. Un máster a final de temporada”, desarrollaba Bravo.
Funes fue contundente: “La ambición tiene que ser absoluta. Ellos tienen que ir a por todas. En sus cabezas tiene que estar que cuando acabe la liga nos tienen que quedar seis partidos, sea como sea. Hay que ir a por cada uno pero con ambición y ganas. Cada partido es una oportunidad de que sean pasos adelante y por ello tenemos que ir a jugarlos todos”.
Jugar en La Rosaleda
Sobre si les conviene o no jugar en La Rosaleda o seguir en el campo de la Federación Malagueña en la fase de ascenso, un veteranos como Bravo lo explicaba a la perfección: “La Rosaleda es un escenario que a quién no le apetece. Y más para jugadores que es donde se proyectan, que es su futuro. Es lógico que les ilusione, igual que durante el transcurso de la temporada ha habido un par de partidos allí. Pero luego, parece que no, pero los hábitos y las referencias, el día a día de donde tú estás, te crea seguridad. Los cambios de escenario, aunque son mucho más impresionantes, tienen esa pequeña distorsión. Quedarte en el campo donde has estado todo el año no es tan mala idea, pero si se lo propones a ellos, quieren jugar en La Rosaleda”.
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