Caras largas y rostros desencajados en el regreso del Málaga CF a casa. La derrota ante el Tenerife, por cómo se dio y por suponer la quinta en seis partidos de Liga SmartBank, es un revés importante para las aspiraciones de la plantilla, cuerpo técnico y dirección del club y el semblante de cada uno de los integrantes de la expedición lo reflejaba.

El equipo se ejercitó este martes en las instalaciones del Heliodoro tras jugar tarde este lunes, para así poner rumbo a la Costa del Sol en horario vespertino. La plantilla, tras bajar del avión, desfiló por los pasillos del aeropuerto rumbo al autobús del club completamente abatida, en silencio, con la mirada fija en el suelo en la mayoría de casos.

Pablo Guede también apareció muy serio, reflejo de la situación y de la posición en la que está, con su puesto pendiente de un hilo. Desde diferentes sectores de la afición ya han pedido su dimisión y reacción por parte de la entidad y las próximas horas pueden ser vitales para discernir si su tiempo se ha acabado o si le queda alguna bala en esta próxima jornada en casa, en La Rosaleda, ante el Villarreal B.

Junto al argentino caminaba también muy serio el resto de la expedición, entre los que estaba Manolo Gaspar, que entró a la par que Guede al autobús blanquiazul, sin mediar palabra pero con algún gesto de complicidad del director deportivo con el técnico. Mañana miércoles la plantilla está de nuevo citada para entrenar en las instalaciones de La Rosaleda, a estas horas, con el argentino al frente del equipo.