A todos sorprendió el cambio al descanso de Juan Ramón Muñiz. El gijonés introducía en el campo a Javi Ontiveros por Erik Morán. Hasta ahí todo bien, un cambio táctico de vocación ofensivo, pero es que el centrocampista de Portugalete había sido el primer refresco blanquiazul tras la lesión de Adrián González.

Muñiz no quiso que nadie especulara sobre el porqué de su cambio, si le estaba señalando o qué, y en rueda de prensa dejó todo bien claro: “Lo quiero hacer público, Erik Morán estaba haciendo un buen trabajo, tuvimos que sacrificar un pivote y le tocó por la tarjeta. Es una situación difícil para él y todo el mundo, pero queríamos desborde. Él tenía una tarjeta y no podíamos arriesgar a quedarnos con 10. El cambio era táctico”.

Así de simple lo formuló el entrenador blanquiazul, dejando a un lado la posibilidad de que el cambio hubiera sido por su labor sobre el terreno de juego en los poco más de 35 minutos que dispuso sobre el terreno de juego. La amarilla pesó por encima de todo en la decisión de Muñiz, o al menos eso manifestó.