2002 es una generación prolífica en el fútbol español. Pedri y Ansu Fati ya juegan con 18 años (el canario los cumple en breve) en el Barcelona. Y Girona y Málaga tienen en sus filas a dos jugadores de esa edad que ya hacen sus pinitos en el fútbol profesional. Se trata de Pablo Moreno y David Larrubia. Ambos se conocen desde hace tiempo y coincidieron hace justo un año en el Mundial sub 17 de Brasil, en el que España llegó hasta los cuartos de final, donde cayó ante Francia.

Larrubia, ya se sabe, renovó hace pocas fechas su compromiso con el Málaga hasta 2023. Acababa contrato en el mes de junio. Lleva varias semanas sin participar, pero hay alta confianza en el cuerpo técnico en su desarrollo y, siendo aún juvenil, está a tiempo completo a las órdenes de Pellicer. Su zurda tiene calidad altísima y está en proceso de adaptación al físico del fútbol profesional.

Mientras, Pablo Moreno es un jugador granadino que desde niño fue reclutado por el Barcelona. De allí pasó a la Juventus de Turín y, con ingeniería financiera, se fue al Manchester City, que lo ha cedido al Girona como club sobre el que tiene ascendencia. Es una operación que, en su día, el City quiso hacer con Brahim pero el malagueño no quiso y acabó yéndose meses después al Real Madrid.

Una trayectoria agitada, sin duda, con sólo 18 años para Moreno. Ha jugado 294 minutos repartidos en nueve partidos a las órdenes de Francisco. Desde pequeño se hablaba de su enorme capacidad goleadora, batía récords. Ahora le toca demostrar en la élite. Carreras paralelas de Larrubia y Moreno, que se encontrarán en Montilivi.